Índice de Estrés Hídrico de América
Para diagnosticar adecuadamente el riesgo hídrico, los investigadores del Columbia Water Center examinaron tanto la demanda existente como las variaciones en el suministro de agua renovable con la resolución espacial y la unidad adecuadas. Una métrica que puede informar de la gravedad potencial de una escasez es el déficit acumulado entre la demanda y la oferta en un lugar. Aquí, proporcionamos formas de estimar este riesgo y mapearlo para los EE.UU. a nivel de condado.
Aunque la industria representa sólo el 18% del uso directo del agua, las cadenas de suministro industrial pueden tener más riesgo de agua debido a la variabilidad climática. La dependencia del agua fluvial importada o del agua subterránea extraída oculta el verdadero riesgo de las cadenas de suministro a través de las comunidades que comparten los suministros de agua. Es importante exponer el estrés hídrico subyacente ante la competencia espacial por los recursos hídricos existentes.
A diferencia de los trabajos anteriores que consideran las estimaciones de la recarga de aguas subterráneas y el caudal de los ríos como medidas de suministro, nosotros utilizamos las precipitaciones como suministro de agua renovable endógena a la zona, y consideramos los usos naturales y humanos de esta agua.
Es importante darse cuenta en esta coyuntura de que, si bien el suministro de agua conlleva entornos físicos e institucionales con derechos de agua definidos en algunas regiones, la incorporación de tales apropiaciones y factores institucionales es un reto dada la falta de una fuente de datos completa para tales factores no físicos. Además, a diferencia de la mayoría de las aplicaciones de los índices de riesgo hídrico, para nuestra aplicación, consideramos que el suministro está definido por las precipitaciones sobre la unidad contable (es decir, el condado). No hemos tenido en cuenta fuentes adicionales, como canales o ríos que entran o salen de la comarca, ya que limitar el enfoque hidrológico a escala diaria y a una unidad contable de escala fina es un reto. Por ejemplo, si se tuvieran en cuenta todos los almacenes y flujos para evaluar el estrés, habría que considerar también los flujos que entran y salen de las aguas subterráneas profundas, de las aguas subterráneas poco profundas y de los embalses naturales y artificiales, y estimarlos de forma fiable es un reto. Además, aunque los términos del balance hídrico definen el estrés hídrico real, éste estaría condicionado por las normas de asignación o de explotación, que no suelen estar disponibles a nivel nacional.
Cambiar la pregunta por la de «cómo de sostenibles son los recursos hídricos en esta unidad contable, si consideramos sólo el suministro endógeno renovable definido por las precipitaciones en la unidad», permite una evaluación más directa. Esto elimina los problemas de dotación y revela implícitamente la dependencia de los suministros exógenos.
Panel superior: Magnitud del estrés hídrico en todo el territorio continental de EE.UU. en un año (NDI)
Panel inferior: Análisis acumulativo multianual (NDC) para los datos diarios de oferta y demanda de 1949-2009.