Hay muchas razones por las que la gente se hace daño a sí misma deliberadamente, lo que suele denominarse autolesión. Esto puede significar cortarse, quemarse o rascarse la piel una y otra vez. Las autolesiones son más frecuentes en la adolescencia y en los adultos jóvenes. Es posible que te dañes a ti mismo como mecanismo de afrontamiento porque te proporciona un alivio temporal de la angustia. Puedes autolesionarte cuando te sientas muy ansioso, deprimido y agobiado o simplemente cuando sientas que no vales nada. Autolesionarse NO es lo mismo que hacer un intento de suicidio, ya que la intención suele ser sentir dolor, pero no morir. Sin embargo, la conducta autolesiva puede poner en peligro la vida y hay un aumento de suicidios entre los que se autolesionan.
Si te cortas, probablemente tengas problemas para afrontar la situación. No estás solo. Pero al igual que el consumo de drogas, las autolesiones sólo hacen que las cosas se sientan mejor a corto plazo. A largo plazo, los problemas siguen ahí. Es importante que busques ayuda. Busca el apoyo de alguien en quien confíes: familia, amigos, un líder juvenil o un consejero escolar. Habla con tu médico de cabecera o con un profesional de la salud mental. Ellos pueden ayudarte a recibir tratamiento.