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Todos hemos estado ahí o lo hemos visto: el niño de 3 años llorón que se ha tirado al suelo en el pasillo de Target porque mamá ha dicho que no a comprar otro juguete de la Patrulla Canina. Nadie quiere estar en esa situación, pero nos pasa a los mejores.
Las rabietas no son raras a esta edad. De hecho, se esperan porque los niños pequeños están probando sus límites para aprender las reglas del mundo.
A esta corta edad (especialmente los niños de 1 o 2 años), les cuesta comunicar sus deseos y necesidades. Es posible que veas más de estos comportamientos cuando tu hijo está demasiado cansado o sobreestimulado y no sabe cómo decirte lo que siente.
En momentos como éste es cuando realmente se beneficiarían de actividades sensoriales calmantes para atenuar su energía, excitación o frustración. Depende de ti darles las herramientas para que sus cuerpos se sientan mejor.
Como adultos, todos tenemos cosas que hacemos para satisfacer nuestro sistema sensorial y ayudarnos a calmarnos, mantenernos alerta o dormirnos.
Por ejemplo, algunos adultos pueden hacer garabatos en un papel durante una reunión de negocios, frotarse las manos cuando están nerviosos o sacudir la pierna cuando están cansados para ayudarles a mantenerse despiertos. Yo, personalmente, siempre juego con el bolígrafo o la tapa del bolígrafo para prestar atención.
Los pequeños cuerpos de los niños también necesitan este estímulo sensorial, sólo que aún no saben qué o cómo conseguirlo.
Actividades sensoriales para calmar
A continuación encontrará algunas actividades sensoriales que puede probar para calmar a su hijo pequeño. Éstas deberían ayudar si su hijo parece estar sobreestimulado, para prepararlo para una situación demasiado excitante, o para calmarse y prepararse para ir a la cama.
Puede incorporar algunas de estas actividades a la vez o tal vez sólo una a la vez para ver qué funciona mejor. Cada niño responderá de manera diferente a todas estas actividades, por lo que puede ser un proceso de prueba y error para ver qué es lo más útil para su hijo.
Puede que haya que probar varias veces antes de que una actividad sea eficaz para calmarlo. Si no parece funcionar a la primera, dale otra oportunidad antes de abandonar por completo la idea.
Puede que tu hijo necesite varios intentos para acostumbrarse y darse cuenta de lo relajante que es para él.
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1. Masaje con loción
Utiliza loción para masajear firmemente los brazos, las manos, las piernas, los pies y la espalda de tu hijo. Acaricia una extremidad cada vez y ejerce una presión firme y profunda. Incluso puedes masajearle suavemente la cara y la cabeza si le gusta.
Nosotros usamos la loción hidratante sin fragancia de Burt’s Bee y funciona muy bien. Me encanta que sea totalmente natural y que no contenga la mayoría de los productos químicos tóxicos que se encuentran en otros productos.
2. Música suave
Las nanas, la música suave, el ruido blanco o los sonidos de la naturaleza pueden ser muy relajantes. Ponga melodías suaves a su hijo en cualquier momento del día, pero normalmente antes de las siestas, a la hora de dormir o cuando intente calmarlo. Incluso puede ser útil ponerla mientras intentan concentrarse en una actividad o tarea.
Tengo algunas listas de reproducción favoritas de Spotify que utilizamos como Baby Sleep o Sleep, Baby Sleep que consiguen que mi hija se adormezca cuando necesito que se eche una siesta. Además, prueba Amazon Music Unlimited Free Trial que tiene una serie de álbumes y listas de reproducción como Baby Lullaby y Baby Music.
Amazon Music y Spotify también me han salvado la vida en el coche o en la silla de paseo cuando mi hijo pequeño está ansioso por salir de su asiento. Poner música suave sobre la marcha siempre ayuda.
3. Crea una zona suave y tranquilizadora
Puedes crear una pequeña zona o rincón en tu casa que proporcione un espacio tranquilo y calmado para tu hijo pequeño. Si tienes una pequeña tienda de campaña (como este castillo) o un tee-pee (este es el que usé para hacer el espacio de calma de mi hija) eso debería funcionar muy bien.
Sin embargo, también puedes utilizar un rincón de la habitación o construir un pequeño fuerte con una sábana.
Tira algunas almohadas suaves, mantas y animales de peluche para que sea un lugar acogedor y de descanso. También puedes poner cualquier cosa que hayas descubierto que ayuda a tu hijo a calmarse.
Por ejemplo, una pelota para apretar, un cuento social o una botella sensorial (de la que hablaré más adelante).
El objetivo sería que pudieran ir a su sitio de forma independiente y relajarse mientras vuelven a estar menos estimulados. Además, podrías tener un iPod en la zona de calma para que puedan poner música suave de forma independiente (pero no una tableta que pueda ser excesivamente estimulante).
Descubre qué es lo que mejor se adapta a tu hijo y trabaja a partir de ahí. Encuentra más ideas sobre cómo crear una habitación sensorial completa para tu hijo aquí.
3. Aplastar con bolsas de frijoles
Si a tu hijo le encantan los masajes de presión profunda, también puede gustarle que le aplasten el cuerpo con un saco de judías. Si tienes un saco de frijoles grande, como éste, simplemente hazlo rodar sobre su cuerpo (por delante y por detrás).
Debería gustarles el peso y la sensación de calma que proporciona. También puede utilizar una pelota terapéutica de tamaño mediano/grande para hacerla rodar sobre ellos.
4. Baño de burbujas caliente
El agua tibia suele provocar somnolencia y relajación. No pongas demasiados juguetes estimulantes con ellos si eso es causa de sobreestimulación. Tal vez sólo quieras usar algunas burbujas o colores de baño para que puedan sentarse y relajarse. Además, la difusión de aceites esenciales de lavanda durante la hora del baño es un buen complemento mientras hay vapor y calor en el cuarto de baño.
Muchos padres incorporan un baño caliente como parte de la rutina para acostarse. Si su hijo suele necesitar relajarse después del día para conciliar el sueño, puede utilizarlo justo antes de acostarse. Si no se duermen bien en las siestas, siempre puedes darles un baño a primera hora de la tarde.
5. Envuélvelos bien en una manta
Cuando nuestros pequeños eran pequeños, los envolvíamos bien. Luego teníamos que dejar de hacerlo cuando ya podían darse la vuelta. Sin embargo, la mayoría de los niños siguen buscando o necesitando esa sensación de ajuste a su alrededor que nunca les devolvemos después de haberlos envuelto.
Prueba a coger una manta grande y enrollarlos en ella con fuerza, asegurándote de que su cabeza queda fuera. Puedes cogerlos o acunarlos mientras están en la manta o simplemente dejarlos descansar en el sofá o en el suelo así.
6. Manta con peso
Como seguramente habrás oído últimamente, estas mantas con peso son muy populares entre niños y adultos como modo de relajación.
Sin embargo, esto no es una nueva tendencia en la comunidad sensorial y OT. Llevamos años utilizando estas mantas y chalecos ponderados en niños con dificultades de procesamiento sensorial.
Sólo tiene que colocar la manta sobre su hijo cuando se sienta hiperactivo o sobreestimulado y ver cómo se rinde a la relajación. ¡La manta de 4 libras es el peso justo para su niño pequeño! Son una gran ayuda para conseguir que los niños se calmen.
7. Peluche
Los niños se sienten seguros y reconfortados cuando sostienen su peluche, manta o peluche favorito. Asegúrese de que tengan acceso a estos artículos cuando puedan necesitarlos.
Nosotros solemos tener el peluche favorito de mi hija en su cuna, pero hay otros similares por toda la casa para cuando los quiera.
8. Rodillo de espuma
Similar a los aplastamientos de la bolsa ben, tu hijo puede encontrar calmante la presión profunda y firme de un rodillo de espuma.
Prueba a tumbarle sobre el vientre y la espalda y a pasar el rodillo de espuma por su cuerpo con suavidad, pero con firmeza. Pregúntele dónde le gusta sentir la presión. ¿Son las piernas, la parte superior o la parte inferior de la espalda?
9. Botellas sensoriales
Estas botellas sensoriales son muy fáciles de hacer y a los niños pequeños les encantan. Se rellenan con purpurina, agua, un poco de pegamento y cualquier otro artilugio pequeño que quieras.
¡Agítalas y verás cómo los ojos de tu hijo se quedan pegados para ver qué pasa! Disfrutarán de la purpurina y de los objetos que flotan poco a poco alrededor de la botella.
Si no quieres dedicar tiempo a su elaboración, puedes comprar estas botellas sensoriales aquí. Además, aquí tienes un estupendo tutorial y ejemplos de cómo hacer tus propias botellas sensoriales.
10. Cubos sensoriales
A los niños les encantan los contenedores sensoriales! Puedes llenar un recipiente con todo tipo de objetos y dejar que tu hijo pase las manos y los dedos por él.
Todo lo que tiene que hacer es utilizar un tipo de relleno (arroz, arena, piedras, tiras de papel, cuentas, crema de afeitar, yogur, etc.) y otros objetos pequeños para que los pesquen.
Little Bins for Little Hands tiene un montón de ideas de cubos sensoriales que a tu pequeño le encantarán.
11. Aceites esenciales
Los aceites esenciales son muy populares ahora mismo para inducir un estado de calma y relajación (además de otros beneficios para la salud). Utilice un difusor (como éste) para que los aromas se dispersen bien por el aire en la habitación de su hijo o cerca de su espacio de calma.
La menta y el eucalipto no se consideran seguros (incluso difundidos) cerca de los niños pequeños. La lavanda y la naranja dulce/mandarina son seguras y los mejores aromas para calmar a los niños pequeños utilizados a través de un difusor o inhalados.
Asegúrese de comprobar qué aceites son seguros para los niños pequeños.
12. Mézclese lentamente sobre una pelota
El lento balanceo sobre una pelota terapéutica de tamaño medio-grande puede resultar calmante para su hijo. Haga que se acueste boca abajo sobre la pelota mientras usted lo sujeta firmemente y lo mece de un lado a otro.
13. Perlas de agua calmantes
Las perlas de agua empiezan siendo pequeñas y duras y se convierten en estas bolas gelatinosas, viscosas y blandas. Sólo tienes que echarlas en una bañera de tamaño medio, cubrirlas con agua y ver cómo se expanden. Es muy agradable sumergir las manos en ellas.
Incorpora algunos juguetes pequeños o manipulables para que tu hijo los «busque» y tendrás una actividad tranquilizadora que mantendrá a tu hijo ocupado durante un rato.
14. Apretar una pelota antiestrés o un juguete sensorial
Las pelotas antiestrés pueden ayudar a calmar a un niño que está demasiado excitado. Este paquete múltiple de bolas de estrés contiene diferentes tipos de bolas blandas y juguetes sensoriales para el disfrute de su hijo.
¡También es muy fácil hacer tus propias bolas de estrés! También puedes hacer que tus hijos participen en esta actividad. Todo lo que necesitas son globos y harina. Consulta Natural Beach Living para ver cómo hacer bolas de estrés divertidas para niños.
15. Luz tenue
La luz artificial brillante puede ser muy estimulante para un niño. Cuando les des tiempo para calmarse, ya sea en su rincón tranquilo o en su cuna, asegúrate de mantener las luces bajas.
16. Cuento social
Los cuentos sociales son libros cortos que tu hijo puede leerse a sí mismo. Están escritos desde la perspectiva del niño y le ofrecen recordatorios o consejos sobre comportamientos sociales adecuados.
Por ejemplo, mantener la calma y seguir las reglas. También puede escribir sus propias historias sociales únicas para las necesidades de su propio hijo.
17. Soplar burbujas
Si a tu hijo le encantan las burbujas y no se sobreestimula con ellas, utilízalas como actividad tranquilizadora.
Esta máquina de burbujas es genial para esto ya que pueden crear fácilmente miles de burbujas para su disfrute sin la habilidad de soplarlas.
18. Utiliza la cuna
Una cuna no tiene por qué servir sólo para dormir. Puede ser un espacio calmante y tranquilo para tu hijo.
Podemos poner a nuestra hija de 18 meses en su cuna con una manta, una almohada y un peluche y podría pasar una hora allí incluso sin dormir.
Siempre parece tranquilizarla y darle un tiempo de relajación a solas.
19. Cama elástica
Saltar en una cama elástica es una actividad sensorial que podría calmar o sobreestimular a tu hijo, así que inténtalo con precaución. Para algunos niños, su cuerpo busca esas sensaciones de alta energía y regocijo.
Puede que necesiten los saltos para sacar toda su energía y volver a sentirse bien. Por otro lado, también podría hacerlos más hiperactivos.
Prueba esta cama elástica si crees que a tu hijo pequeño le puede interesar.
20. Posturas de yoga
Todos sabemos que el yoga es muy relajante para los adultos. Puede ser igual de calmante para los niños.
Puedes empezar a enseñar a tus hijos pequeños algunas posturas de yoga que puedan imitar desde muy pronto. Kids Yoga Stories es un excelente recurso gratuito para enseñar a su hijo pequeño todo sobre el yoga
21. Cepillado
Este es un cepillo específico hecho para niños con algunas dificultades de procesamiento sensorial. Las suaves y delicadas cerdas se cepillan a lo largo de la piel de tu hijo (brazos, piernas y espalda) y puede producir una sensación muy relajada y calmante para ellos. Aquí tienes un breve vídeo sobre cómo hacer la técnica del cepillado correctamente.
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El trastorno del procesamiento sensorial puede tener un gran impacto financiero en una familia que necesita financiar tratamientos, mejoras en el hogar y equipos de adaptación.
BankRate proporciona una lista de los mejores artículos y mejoras para el hogar, así como una lista de organizaciones que proporcionan ayuda financiera a las familias de niños con problemas sensoriales para adaptar un hogar con el equipo adecuado.
Espero que te hayan gustado estas actividades sensoriales calmantes para tu hijo pequeño y que las pruebes. ¿Tienes alguna otra forma de calmar a tu hijo?
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