He aprendido a vivir sin anonimato. Hace años que no entro en una tienda de comestibles o en el metro. Es difícil que mis hijos salgan públicamente conmigo. La fama es diferente ahora que hace 20 años, ¡no sé qué demonios es ahora! Si tengo un momento raro de estar en algún lugar y no ser reconocido, es un lujo.
Nunca ha sido por el dinero para mí. Hubo momentos de juventud en los que me habría venido bien el dinero: después de la universidad estuve muchas veces en el paro y en una ocasión dormí en un escaparate durante unos días. Pero nunca he sido materialista. Salvo que lo soy, claro, porque mi estilo de vida me hace ser un derrochador!
Mi abuelo, James Gerardi, me enseñó a trabajar. Era yesero y el trabajo -cualquier tipo de trabajo- era la alegría de su vida. Así que crecí queriendo – es lo que siempre he perseguido. La alegría del trabajo es lo que me hace seguir adelante.
La conclusión de mis profesores fue que necesitaba un padre. No era una adolescente descontrolada, pero estaba cerca. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía dos años y mi padre no estuvo en mi vida desde entonces. Quería ser diferente con mis hijos. Quería ser responsable con ellos, así que dividí mi tiempo entre dos costas.
Los niños cambiaron mi perspectiva. Antes de tener a mis tres, andaba en mi propia cabeza, sin darme cuenta de nada. La actuación lo era todo; ahora, gracias a ellos, es sólo una pequeña parte.
No me faltan amigos. Todos podemos quedar atrapados en nuestras vidas, en nuestras carreras, pero siempre he entendido que hay una cierta tenacidad necesaria para la amistad.
El punto más bajo de mi vida fue perder a mi madre, a Rose y a mi abuelo: murieron con un año de diferencia. Tenía 22 años y las dos personas más influyentes de mi vida se habían ido, así que eso me hizo caer en picado. Perdí los 70 en cierto modo, pero luego dejé de beber en 1977 y decidí centrarme en el trabajo.
Entiendo el valor y el poder de las redes sociales, aunque realmente no lo hago yo. Tengo una página de Facebook a la que le dan «me gusta» 5,4 millones de personas. ¿Qué significa eso? No lo sé, aunque aprecio que estas plataformas son buenas para hacer llegar tu mensaje.
Michael Corleone en El Padrino fue y sigue siendo el papel más difícil que he interpretado. No lo veía como un gángster; sentía que su poder era su cualidad enigmática. Desgraciadamente, el estudio no lo vio al principio y pensó en despedirme. Fue durante los inicios de mi carrera, una película importante con Marlon Brando, y nadie más que Francis me quería para el papel.
Mis abuelos eran de un pueblo de Sicilia llamado Corleone. ¿Destino? Sí, tal vez – es muy extraño. Pero la vida da muchas vueltas.
La gente cree que hay rivalidad entre Robert De Niro y yo. Conozco a Bobby bastante bien. Es un amigo y él y yo hemos pasado por cosas similares. Me encanta lo que hace con la comedia; es pura genialidad.
Creo que he llegado a mi nivel, y por eso persisto. Mientras tengas pasión por el arte, sigue trabajando, porque la edad te alcanza.
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