Sistemas en la práctica
Introducción
La Ley de la Infancia del Reino Unido de 1989 (HMSO, 1989) establece toda la legislación sobre el cuidado de los niños en lo que respecta a los niños acogidos por una Autoridad Local. En la base de la Ley de la Infancia está la creencia de que los niños están mejor atendidos cuando están en sus propios hogares (Devon County Council, 2007a). Además, las creencias fundamentales de la Ley son que el bienestar del niño es de suma importancia, que los padres del niño deben seguir participando en todos los procedimientos legales que les conciernen y que se debe evitar, en la medida de lo posible, ese curso de acción (Consejo del Condado de Devon, 2007a). La Ley también sostiene que se debe promover el bienestar del niño y que éste debe permanecer en su familia a menos que sea inevitable (Devon County Council, 2007a). Por último, las necesidades del niño, teniendo en cuenta factores como la raza, la religión, la cultura y el idioma, representan facetas fundamentales. En los casos en los que un niño se encuentra bajo la tutela de una autoridad local, es responsabilidad de ésta velar por las necesidades de los niños en estos casos (Devon County Council, 2007b).
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Lo anterior representa importantes consideraciones de fondo con respecto al acogimiento familiar, y los principios que subyacen a éste. Estos fundamentos representan las bases de cualquier cuidado de acogida, colocación y aplicaciones relacionadas. Este examen revisará un estudio de caso sobre la colocación de trabajo social para profundizar en la forma en que la aplicación de la teoría, y las ideas que se relacionan con el trabajo de grupo en la práctica del trabajo social.
Hammond (2003, p. xi) indica que el «concepto de sistemas es un marco teórico en las ciencias físicas, las ciencias de la vida, y las ciencias sociales». En general, se reconoce que la teoría de los sistemas comenzó con cuatro personas, «Bertalanffy, Boulding, Gerard y Rapoport, que se reunieron en 1954 en el Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento de Stanford» (Hammond, 2003, p. xiii). Fundaron la Sociedad para la Investigación de Sistemas Generales, que desde entonces se ha convertido en la Sociedad Internacional para las Ciencias de los Sistemas (International Society for the Systems Sciences , 2007). La teoría de sistemas es «el estudio transdisciplinario de la organización abstracta de los fenómenos», en un contexto que es «independiente de su sustancia, tipo o escala espacial o temporal de existencia» (Principia Cybernetica Web, 2007). La teoría de sistemas «investiga tanto los principios comunes a todas las entidades complejas» como «los modelos que pueden utilizarse para describirlas» (Principia Cybernetica Web, 2007). En el contexto del trabajo social, la teoría de los sistemas, en su sentido más amplio, representa el estudio interdisciplinario relativo a la vida humana, junto con la organización social representada por los sistemas (Principia Cybernetica Web, 2007).
La complejidad, y a la vez la simplicidad de lo que es la teoría de los sistemas, está representada por la siguiente explicación de Hammond (2003. p. 32) «Aunque los desarrollos en los campos de la ingeniería y la gestión se destacan en el enfoque tecnocrático de los sistemas, la aparición de las concepciones organicistas en la biología, la psicología y la sociología durante principios del siglo XX fue más importante para la evolución del pensamiento general de los sistemas». Continúa: «Por supuesto, los conceptos biológicos se interpretaron de distintas maneras dentro de las diferentes corrientes del pensamiento sistémico, y a menudo se apropiaron para reforzar y legitimar las aplicaciones gerenciales de los conceptos sistémicos» (Hammond, 2003, p. 32). Ludwig von Beralanffy (1968, p. xxiii), ofrece su descripción de la teoría de sistemas como «La preocupación humanista de la teoría general de sistemas, tal y como yo la entiendo, marca la diferencia con los teóricos de sistemas de orientación mecanicista que hablan únicamente en términos de matemáticas, retroalimentación y tecnología, dando lugar al temor de que la teoría de sistemas sea, de hecho, el último paso hacia la mecanización y la devaluación del hombre y hacia la sociedad tecnocrática». El concepto, aunque bastante complejo, tiene un sentido de simplicidad en el sentido de que la teoría de los sistemas «se refiere realmente a «una forma de pensar sobre» o «un enfoque para estudiar» los sistemas complejos» (Hammond, 2003. p. 104).
Harris (2002, p. 2) advierte que el enfoque de von Beralanffy era «una aproximación más organísmica al estudio de los sistemas complejos, oponiéndose al estrecho reduccionismo de la ciencia clásica». La teoría de los sistemas, en lo que respecta a los seres humanos y a las ciencias sociales, según lo expresado por Harris (2002, p. 10) tiene «algo que ofrecer en la articulación e implementación de una visión más sostenible y sustentable del futuro de la humanidad»
En lo que respecta al trabajo social, Harris (2002, p. 4) afirma que «dentro de este marco, el estado de bienestar ha proporcionado el vehículo principal para la mediación del trabajo social». Harris (2002, p. 4) continúa: «Los procesos institucionales y organizativos del estado de bienestar han sido la fuente de la autoridad legal y moral del trabajo social y han constituido las condiciones materiales para su práctica.» Pinderhughes (1997, p. 20) nos dice que «La formación de los profesionales para que sean competentes con poblaciones diversas ocupa un lugar destacado en la lista de iniciativas correctoras para hacer frente a… las insuficiencias» en la práctica del trabajo social». Harris (2002, p. 4) indica que la política social está influenciada por los trabajadores sociales que «aplican la legislación en nombre del Estado», ejerciendo así una influencia considerable en sus funciones como profesionales. Es importante destacar que Harris (2002, p. 4) señala que «la ley establece los derechos, los deberes y las responsabilidades de los trabajadores sociales, por un lado, y de los usuarios de los servicios, por otro, en aquellas áreas socialmente problemáticas a las que se ha otorgado reconocimiento oficial. La ley no sólo define los fines del trabajo social, sino que constituye la fuente de autoridad de los trabajadores sociales para los medios con los que intervienen en la vida de los usuarios de los servicios en el cumplimiento de las obligaciones legales». Johnson (1972, p. 77) interpreta lo anterior afirmando que el trabajo social no está mediado por su contexto, sino que es una profesión mediada en la que el estado decide la clientela así como lo que debe proporcionarse en su nombre.
Harris (1999, pp. 915-937) nos dice que el trabajo social representa la «encarnación operativa de la intervención del estado de bienestar en la vida de los ciudadanos individuales». Para entender el contexto del trabajo social en el Reino Unido, Briggs (1961, p. 228) define el estado de bienestar como un «estado en el que el poder organizado se utiliza deliberadamente… para modificar el juego de las fuerzas del mercado…en primer lugar, garantizando a los individuos y a las familias unos ingresos mínimos, independientemente del valor de mercado de su trabajo o de sus bienes; en segundo lugar, reduciendo el alcance de la inseguridad al permitir a los individuos y a las familias hacer frente a ciertas «contingencias sociales», por ejemplo, la enfermedad, la vejez y el desempleo, que de otro modo conducirían a crisis individuales y familiares; y en tercer lugar, asegurando que a todos los ciudadanos, sin distinción de estatus o de clase, se les ofrezca el mejor nivel disponible en relación con una determinada gama acordada de servicios sociales». Lo anterior es importante para entender las fuerzas que hay detrás del trabajo social y cómo repercute en su aplicación, uso y contexto en las vidas, así como en la visión consciente e inconsciente que tiene el público.
Al ayudar a conformar más este panorama, Marshall (1963, p. 74) ayuda a colorear aún más la paleta al explicar que el elemento social significa «toda la gama que va desde el derecho a un mínimo de bienestar y seguridad económicos hasta el derecho a participar plenamente en el patrimonio social y a vivir la vida de un ser civilizado según las normas que prevalecen en la sociedad» Continúa diciendo que «Las instituciones más estrechamente relacionadas con él son el sistema educativo y los servicios sociales» (Marshall, 1963, p. 74). 74) De hecho, el trabajo social desempeña un papel importante en la vinculación del Estado con su población, ya que representa el vínculo humano físico entre el gobierno y lo que hace por la gente que se puede ver, sentir y tocar. O, en otras palabras, ¡que se puede utilizar! Las funciones del Estado, como las carreteras, las infraestructuras, las comunidades sostenibles, los parques, los aeropuertos, las leyes, la policía y todos los demás servicios que presta el Estado están ahí en un sentido físico, como las carreteras, etc., o ahí para los casos de peligro, como la policía y las fuerzas armadas. El trabajo social es un brazo del Estado que ayuda y que llega a nosotros de la misma manera que los servicios sanitarios. Wootton (1959, p. 298-299) ofrece una descripción al afirmar que «la trabajadora social que hace por el conjunto de la gente corriente lo que las secretarias y asistentes confidenciales hacen por los pocos favorecidos está poniendo una genuina habilidad profesional a disposición de los que pueden llamarse propiamente sus clientes y es tan esencial para el funcionamiento de un estado de bienestar como lo es la lubricación para el funcionamiento de un motor. Sin ella, la maquinaria se agarrotaría».
Marshall (1975, p. 205) ilustra lo anterior refiriéndose a los trabajadores sociales como los mecánicos que aplican «su experiencia a la lubricación del motor del estado de bienestar eran profesionales que utilizaban su experiencia en la prestación de servicios sociales». El gobierno, junto con el trabajo social, identifica el segmento de la población que requiere asistencia y, por lo tanto, a través del presupuesto y la política, asigna los recursos para satisfacer esas necesidades (Alaszewski y Manthorpe, 1990, p. 237). Curiosamente, como las áreas de la práctica de trabajo social aceptada han llegado a ser visto como la norma, y la injusticia se hizo menos tolerable, históricamente, los nuevos servicios fueron así clamados para sentir otras necesidades explicando así la naturaleza creciente del estado y la atención social (Harris, 2002, p. 13)
Gertrude Wilson es generalmente reconocida como un individuo clave en el desarrollo del trabajo de grupo (Smith, 2004). Su primer libro, «Case Work and Group Work», presentó el enfoque integrado de la práctica del trabajo social, que se basa en la teoría de que los problemas personales provienen de fuentes internas y externas, y por lo tanto deben ser investigados y examinados en conjunto (Smith, 2004). Su definición del trabajo de grupo establece que 1) es de desarrollo, en el sentido de que proporciona «un crecimiento social normal, 2) es «protector o correctivo, representando que puede «ofrecerse a personas sin grupos», 3) y que es «instrumental» en términos de «lograr fines socialmente deseables» (Smith, 2004). La última faceta implica la comprensión de las personalidades de cada miembro, la influencia del trabajador social en cuanto a su interacción en el grupo y el proceso de participación (Smith, 2004). Una faceta clave de este proceso representa la capacidad de «ayudar a los participantes a lidiar con el conflicto y a aceptar a los «extraños»» (McDermott, 2002, p. 14). Señala lo anterior como esencial para que la relación de trabajo en grupo sea recíproca (McDermott, 2002, p. 14). Es la reciprocidad la que representa un elemento clave en el proceso, ya que sienta las bases para dar y recibir, así como fomenta la confianza, la cohesión dentro del grupo y esto puede transferirse así al mundo exterior (McDermott, 2002, p. 14).
Trecker (1948, p. 7) aconseja que «el trabajo social en grupo representa «un método en la profesión del trabajo social». Indica que «el trabajo de casos sociales y el trabajo de organización comunitaria» representan los otros métodos». Trecker (1948, p. 7) cree que una definición del trabajo social de grupo es más fácil de describir que de definir. Lo ve como un método que se compone de «una forma ordenada, sistemática y planificada de trabajar con personas en grupos» (Trecker, 1948 pp. 7-8). Trecker añade que el «método es un procedimiento consciente, un medio diseñado para alcanzar un objetivo» (1948, pp. 8). Además, añade que es «un método es una forma de hacer algo, pero debajo del hacer siempre descubrimos una disposición integrada de conocimientos, comprensión y principios.» (Trecker, 1948 pp. 8).
Importante para la comprensión del trabajo en grupo en el contexto del trabajo social es la familia. Hartman y Laird (1983, p. 4) ayudan a proporcionar una perspectiva al afirmar: «Los seres humanos pueden ser comprendidos y ayudados sólo en el contexto de los sistemas humanos íntimos y poderosos de los que forman parte, de los cuales la familia es uno de los más importantes». Smith (1995, p. 7) profundiza al afirmar que «no existe una definición única y correcta de familia…. Más bien, hay múltiples definiciones derivadas de perspectivas teóricas particulares». Y añade: «Ninguna teoría podría representar satisfactoriamente la verdad, pero las múltiples formas de ver a las familias pueden ayudarnos a comprenderlas mejor» (Smith, 1995, p. 7). Por último, echaremos un vistazo a Hartman y Laird (1983, p. 30), quienes nos dicen:
«Una familia se convierte en familia cuando dos o más individuos han decidido que son una familia, que en el entorno íntimo, aquí y ahora, en el que se reúnen, se comparten las necesidades emocionales de cercanía, el espacio vital que se considera «hogar» y los roles y tareas necesarios para satisfacer los requisitos biológicos, sociales y psicológicos de los individuos implicados.»
Lo anterior se ha incluido para ayudar a completar los importantes elementos tanto externos como internos que son factores en un estudio de caso relativo a la colocación de trabajo social.
Un estudio
Una de las funciones más importantes, delicadas y críticas que lleva a cabo el trabajo social es la colocación de niños en hogares de acogida. Como puede imaginarse, representa un proceso tan importante como confidencial tanto para el niño como para el equipo de acogimiento que participa en el proceso. Debido a esa confidencialidad, no se dispone de expedientes directos de los casos, sino sólo de sinopsis de estudios de acogimiento que implican las metodologías empleadas. Los relatos de los acogimientos conllevan descripciones de las variables externas, tal y como indican los resúmenes básicos de los acogimientos, pero no el fondo. El Consejo Municipal de Bracknell Forest (2005) proporcionó un recurso equitativo en el sentido de que ofrece un resumen de los procedimientos, y las directrices prácticas relativas a los acuerdos de acogimiento realizados en virtud de la normativa de acogimiento privado. En virtud de la nueva normativa que regula la colocación de niños, las autoridades locales deben estar satisfechas con el carácter adecuado de cualquier acuerdo propuesto (Bracknell Forest Borough Council, 2005). Si no es así, dicha autoridad local debe ejercer sus poderes o bien prohibir o bien imponer requisitos antes de que el niño sea acogido, junto con todas y cada una de las salvaguardias necesarias.
Para entender los matices de la colocación de trabajo social, ciertas descripciones y definiciones de algunos términos ayudarán a la comprensión del proceso. Un niño acogido privadamente es cualquier niño menor de 16 años, 18 si es discapacitado, que es «cuidado y alojado durante 28 días consecutivos» o más por alguien que no sea el padre o la madre del niño, un pariente o alguien que tenga la responsabilidad parental según lo dispuesto por el padre o la madre para dicho caso (Bracknell Forest Borough Council, 2005). La responsabilidad de los cuidadores implica a un individuo «que no tiene la responsabilidad parental de un niño en particular», sin embargo tiene el cuidado del niño (Bracknell Forest Borough Council, 2005). La definición indica que el cuidador «puede hacer lo que sea razonable» en cualquier circunstancia para salvaguardar o promover el bienestar de ese niño (Bracknell Forest Borough Council, 2005). En cuanto a los deberes de la autoridad local, que representa una faceta extremadamente importante en el acogimiento de un niño, dicha autoridad local tiene una serie de deberes importantes que cumplir. Se trata de factores como: 1) publicar el asesoramiento y la información, 2) garantizar el cumplimiento de la normativa, 3) realizar los controles y las visitas adecuados, 4) garantizar la protección de los niños acogidos de acuerdo con la normativa, 5) garantizar las visitas oportunas de los funcionarios, 6) garantizar que los niños visitados sean vistos a solas y entrevistados, 7) investigar todas las quejas, 8) informar a los padres o a otras personas autorizadas sobre el bienestar del niño, 9) garantizar la satisfacción de las autoridades con la colocación de los niños en acogida, 10) supervisar el cumplimiento, 11) tomar las medidas oportunas, 12) enviar evaluaciones anuales al Director de Servicios Infantiles sobre las colocaciones y los resultados (Bracknell Forest Borough Council, 2005).
El trabajador social de la colocación familiar tiene las siguientes responsabilidades. En primer lugar, realiza la evaluación inicial de la idoneidad de los acogedores propuestos, así como de todos los demás miembros de la familia (Bracknell Forest Borough Council, 2005). A continuación, el trabajador social lleva a cabo una evaluación del alojamiento y del entorno del vecindario, y establece una estrecha relación con el trabajador social del niño en lo que respecta a la idoneidad del acogimiento y al potencial de éste para satisfacer las necesidades del niño, así como a la probabilidad de fomentar su bienestar (Bracknell Forest Borough Council, 2005). Con lo anterior gestionado, el trabajador social hace recomendaciones sobre la conveniencia de una reunión con todas las partes (Bracknell Forest Borough Council, 2005). Si todos los pasos anteriores han concluido positivamente, las responsabilidades continuas del trabajador social implican proporcionar apoyo, así como asistencia al cuidador y a otras personas según sea apropiado y o necesario (Bracknell Forest Borough Council, 2005).
Los pasos del consejo anteriores representan el esquema de los procedimientos en la colocación de niños. En un caso real, tanto los pasos como los detalles están más definidos. En un acogimiento real, el personal de campo lleva a cabo los contactos con los padres, si es el caso, y con los acogedores propuestos (Bracknell Forest Borough Council, 2005). Después de que se hayan visto todos los pasos relevantes de lo anterior, la evaluación se envía al trabajador social de colocación, siempre que lo anterior haya cumplido con los requisitos, y el proceso de colocación comienza.
El resumen de la colocación anterior trajo a la ecuación el concepto de trabajo social desde su perspectiva más amplia, tal y como lo plantea Harris (2002, p. 4) donde indica que la política social está influenciada por los trabajadores sociales que «implementan la legislación en nombre del estado», ejerciendo así una influencia considerable en sus funciones como profesionales». La afirmación continúa con «La ley establece los derechos, los deberes y las responsabilidades de los trabajadores sociales, por un lado, y de los usuarios de los servicios, por otro, en aquellas áreas socialmente problemáticas a las que se ha otorgado reconocimiento oficial» (Harris, 2002, p.4). Lo anterior se refiere a las normas, procedimientos y requisitos que deben cumplir la agencia de colocación, los trabajadores sociales y todos los demás implicados en el proceso.
El aspecto del trabajo en grupo es evidente a lo largo de todo el proceso, incluso antes de que comience. La autoridad local, la agencia de colocación, los trabajadores de campo, el trabajador social de la colocación y el trabajador social del niño, todos están comprometidos bajo la misma red de procedimientos regulados, incluso si no se están manejando casos, y o colocaciones. Los reglamentos exigen un seguimiento constante de las colocaciones pendientes, por lo que exigen y hacen que los distintos equipos e individuos mantengan el contacto. Esa relación de trabajo continua representa la teoría del trabajo en grupo en la práctica y la aplicación. Trecker (1948, p. 7) describió el trabajo en grupo como «una forma ordenada, sistemática y planificada de trabajar con personas en grupo». A lo anterior Trecker (1948, p. 8) añadió que «el método es un procedimiento consciente, un medio diseñado para lograr un objetivo». McDermoot (2002, p. 3) añade a lo anterior que «los trabajadores sociales, los psicólogos, los trabajadores comunitarios, los trabajadores juveniles y otros proveedores de servicios en el campo de los servicios humanos pasan gran parte de su tiempo trabajando con grupos -como miembros del personal, como colegas- utilizando grupos como estrategias de intervención».
La etapa de contacto inicial comienza este proceso de trabajo grupal collativo en el entorno de acogida. El trabajador social de la colocación familiar se reúne con el trabajador social de campo y discute la colocación propuesta, obteniendo una copia de los informes (Bracknell Forest Borough Council, 2005). Las cuestiones de confianza y competencia son fuertes en el sentido de que cada paso del proceso depende en gran medida de los pasos que lo preceden. En consecuencia, la teoría de los sistemas representa la base que une todo el proceso. También representa el marco subyacente que constituye la forma en que se concibieron y establecieron las normas, los reglamentos y los procesos, así como su modificación continua a medida que la información, los conocimientos y la experiencia lo justifican. A modo de repaso, la teoría de sistemas «investiga tanto los principios comunes a todas las entidades complejas» como «los modelos que pueden utilizarse para describirlas» (Principia Cybernetica Web, 2007). Ludwig von Beralanffy explica que un elemento importante de la teoría de sistemas «se refiere realmente a «una forma de pensar sobre» (Hammond, 2003. p. 104). El estudio interdisciplinario de la teoría de los sistemas en relación con la vida humana, junto con la organización social representada por los sistemas (Principia Cybernetica Web, 2007) representa la base a través de la cual tienen lugar las normas, los procedimientos, las regulaciones, el seguimiento, la supervisión, la entrevista, la investigación y los procesos de evaluación descritos. Los contactos iniciales, así como las comprobaciones realizadas por el trabajador social de acogida, incluyen comprobaciones interdepartamentales sobre el cuidador propuesto, así como la información obtenida en las reuniones y entrevistas iniciales y de seguimiento (Bracknell Forest Borough Council, 2005).
Todos estos pasos, así como los que siguen, son elementos de la teoría de sistemas, fundamentos del trabajo social y teoría de grupos. Si uno se aleja del proceso y revisa de nuevo los pasos generales, la relevancia de la teoría de los sistemas comienza a tomar forma. La teoría de sistemas es «el estudio transdisciplinario de la organización abstracta de los fenómenos», en un contexto que es «independiente de su sustancia, tipo o escala espacial o temporal de existencia» (Principia Cybernetica Web, 2007). Los pasos del procedimiento activo tienen lugar en un marco temporal. Sin embargo, el funcionamiento del sistema de normas, reglamentos y procedimientos está siempre activo, funcionando y esperando a ser utilizado tanto si hay algo que lo comprometa como si no. En este contexto, los preceptos anteriores que sustentan la teoría de los sistemas ganan en claridad.
McDermott (2002, p. 14) ayuda a llevar el concepto de trabajo en grupo a la situación de colocación anterior en su discusión de la reciprocidad. Afirma que es la reciprocidad la que representa un elemento clave en el proceso, ya que sienta las bases para dar y recibir, así como fomenta la confianza y la cohesión dentro del grupo, lo que puede transferirse al mundo exterior (McDermott, 2002, p. 14). Lo anterior describe acertadamente el mecanismo de trabajo interno del grupo que, en la fase de investigación, se centra en el trabajador social de la colocación y, posteriormente, se apoya en el trabajador social del niño para completar el proceso. Esto continúa con la evaluación de la idoneidad relativa a los cuidadores, así como a otros miembros de la familia y del hogar. A través de la utilización de la teoría de los sistemas, todas las contingencias son evaluadas y consideradas como una parte del todo, y un todo ampliado.
Al revisar el proceso en términos de las lecciones aprendidas, y el potencial para una(s) aplicación(es) diferente(s) en el futuro, hay una perspectiva de evolución. Independientemente de lo correcto que parezca el sistema a partir de la revisión de los pasos del procedimiento, siempre hay margen de mejora como resultado del factor humano, el trabajo en grupo, la teoría de sistemas y los contextos de trabajo social. El potencial de error humano se perfila como el mayor punto de fallo, ya que toda la metodología de procedimiento se basa, depende y se apoya en la aportación, las decisiones, la evaluación y las observaciones humanas. El componente central del proceso es el trabajador social que toma la decisión final basándose en las aportaciones más importantes de todos los demás sectores. Y si bien es cierto que el trabajador social de campo, así como el trabajador social del niño, podrían contaminar las aportaciones y los resultados, es el trabajador social de colocación el que clasifica y llega a la determinación. Por lo tanto, como segmento potencialmente débil dentro del proceso, una revisión por etapas en la que un segundo trabajador social de colocación, o un supervisor informado en cada momento, interviene periódicamente en cualquier etapa del proceso en vivo y hace observaciones, sugerencias, y o pide información adicional para apuntalar el potencial de error, y o los factores críticos que necesitan una mayor atención, y o revisión. Además, el modelado informático de la eficacia de los miembros del grupo como proyección de la evaluación, serviría para alertar al personal de supervisión de los posibles puntos débiles en el perfil de uno de los miembros del tam como señal para una comprobación adicional, y o revisión.
Conclusión
Las facetas aparentemente distantes de la teoría de sistemas, el trabajo en grupo, y el trabajo social como un aspecto cohesivo de la colocación requiere la visión a largo plazo con el fin de ver el ajuste de estos elementos de cerca. En el centro de estas aplicaciones teóricas y prácticas está el niño, que es y sigue siendo el centro de estos aspectos. Así, estando en juego el bienestar y el bienestar de un ser humano vulnerable, los procesos, sistemas, reglamentos, normas y procedimientos nunca pueden ser demasiado precisos, cuidadosos o correctos, ya que el coste del error es incalculable.
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McDermott (2002, p. 1) dice: «Tienes que haber hecho un poco (de trabajo en grupo) tú mismo para entender el proceso.» En cuanto al contexto de este examen, McDermoot (2002, p. 3) aconseja que «los trabajadores sociales, los psicólogos, los trabajadores comunitarios, los trabajadores juveniles y otros proveedores de servicios en el campo de los servicios humanos pasan gran parte de su tiempo trabajando con grupos -como miembros del personal, como colegas- utilizando grupos como estrategias de intervención». Añade que «el trabajo en grupo consiste en crear vínculos entre las personas que dependen del establecimiento de relaciones de confianza» (McDermott, 2002, p. 14). Además, añade: «También se trata de ayudar a forjar conexiones entre personas que pueden ser diferentes o distintas entre sí. Esta última actividad -encontrar un terreno común a través de las diferencias- es la más difícil, y es aquí donde los trabajadores del grupo y los participantes requieren conocimientos y habilidades» (McDermott, 2002, p. 14).
Lo anterior resume los aspectos interrelacionados del proceso que exigen una mayor cohesión, así como una mejora a través de la modificación, las relaciones interpersonales y las habilidades, así como la comprensión de que el potencial de error siempre existe, y puede esconderse en cualquier parte del proceso. Con esta consideración en la mente de los participantes, es menos probable que se produzca.
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