El poderoso proceso que te ayudará a escribir más en 2017
¿Alguna vez has mirado las bibliografías de los escritores prolíficos y te has preguntado cómo demonios escriben tantos libros?
¿Simplemente tienen una cantidad increíble de tiempo para dedicar a la escritura?
¿Un motor dentro de sus manos que los mantiene tecleando?
¿Un refugio de escritura donde pueden esconderse para bloquear todas las distracciones del mundo?
En realidad, la respuesta es mucho más sencilla.
Estos prolíficos escritores no suelen llevar vidas poco convencionales ni poseen ningún poder sobrehumano. Más bien han desarrollado un único hábito que cualquiera puede dominar: establecer un objetivo de recuento de palabras diario y cumplirlo cada día.
Siga leyendo para descubrir el recuento de palabras diario de varios autores prolíficos (¡algunos de ellos pueden sorprenderle!), y la mejor manera de establecer su propio objetivo de recuento diario de palabras y cumplirlo cada día.
Sólo porque alguien sea un escritor prolífico no significa que esté escribiendo más de 5.000 palabras al día.
Graham Greene escribió 24 novelas, además de libros de viajes, libros infantiles, obras de teatro, guiones y cuentos. Su objetivo de escritura diaria era de sólo 500 palabras.
En The End of the Affair, describió su propio proceso de escritura:
«A lo largo de veinte años, probablemente he escrito una media de quinientas palabras al día durante cinco días a la semana. Puedo producir una novela en un año, y eso deja tiempo para la revisión y la corrección de la composición.
Siempre he sido muy metódico, y cuando mi cuota de trabajo está terminada hago una pausa, incluso en medio de una escena. De vez en cuando, durante el trabajo de la mañana, cuento lo que he hecho y marco los cientos en mi manuscrito.»
Más tarde, cuando Greene tenía 66 años, admitió en una entrevista que su recuento diario de palabras había bajado a 300 palabras:
«Antes, al principio de un libro, me fijaba 500 palabras al día, pero ahora pongo la marca en unas 300 palabras.»
Por supuesto, hay escritores como Stephen King (autor de 54 novelas y casi 200 relatos) que ponen el listón mucho más alto.
En sus memorias On Writing, Stephen King señala,
«Me gusta escribir diez páginas al día, lo que equivale a 2.000 palabras… Algunos días esas diez páginas llegan con facilidad; me levanto y salgo a hacer recados a las once y media de la mañana…
Con más frecuencia, a medida que envejezco, me encuentro almorzando en mi escritorio y terminando el trabajo del día alrededor de la una y media de la tarde. A veces, cuando las palabras vienen con fuerza, todavía estoy trasteando a la hora del té. Cualquiera de las dos formas me parece bien, pero sólo en circunstancias extremas me permito desconectar antes de llegar a las 2.000 palabras».
Aquí tienes una lista inspiradora que muestra el recuento diario de palabras de treinta y nueve escritores diferentes.
Segundo paso: escribe sin parar
Puedes ser un Stephen King o un Graham Greene. Tal vez incluso podrías empezar con un objetivo de 500 palabras y llegar gradualmente a las 2.000.
Lo importante es establecer un objetivo manejable que sepas que puedes alcanzar fácilmente. Si te pones una meta demasiado alta, puede ser intimidante en los días en que no tienes mucho tiempo o no tienes ganas de escribir. Quieres asegurarte de que te presentas ante tu ordenador para escribir esas palabras todos los días.
Aquí tienes varios consejos para encontrar más tiempo para escribir incluso cuando tu vida está ocupada:
Neil Gaiman (autor de 11 novelas, así como de muchas más novelas gráficas y cuentos) escribe,
«Si sólo vas a escribir cuando estés inspirado, puede que seas un poeta bastante decente, pero nunca serás un novelista – porque vas a tener que hacer que tu palabra cuente hoy, y esas palabras no van a esperar por ti, estés inspirado o no. Así que tienes que escribir cuando no estés ‘inspirado’.’
… Y lo raro es que seis meses después, o un año después, vas a mirar atrás y no vas a recordar qué escenas escribiste cuando estabas inspirado y qué escenas escribiste porque había que escribirlas.»
Gaiman se dirige específicamente a los novelistas, pero sus palabras se aplican a cualquier tipo de aspirante a escritor.
Si queremos mejorar nuestro oficio, tenemos que practicar día a día.
Cualquiera que sean nuestros sueños de escritura (quizás escribir un libro de no ficción o una novela), tenemos que dividirlos en pasos fáciles y procesables. Al fijarnos un objetivo de recuento de palabras, hacemos que nuestros sueños sean alcanzables.
Mi método para alcanzar un objetivo de recuento de palabras diario
Como hemos visto, cada escritor debe determinar el objetivo de recuento de palabras mínimo que más le conviene. Aunque nunca debemos evitar ponernos retos, debemos asegurarnos de no exigir lo imposible.
Personalmente, todavía no estoy en la fase en la que pueda escribir 2.000 palabras cada día como hace Stephen King. Por supuesto, hay días en los que alcanzo ese objetivo sin problemas, pero no todos los días.
Así que he decidido fijar mi objetivo en un mínimo de 500 palabras como Graham Greene. Una vez que se haya convertido en un hábito diario en el que me resulte fácil escribir esas 500 palabras cada mañana, me obligaré a apuntar un poco más alto.
Determinar un objetivo realista es la parte fácil. Seguirlo es mucho más difícil.
Para acostumbrarme a escribir al menos 500 palabras cada mañana, he empezado a llevar un diario en mi ordenador. Antes me encantaba llevar un diario físico, pero ahora mis días son mucho más ajetreados y me parece que puedo escribir mucho más rápido cuando lo hago a máquina.
Utilizo una aplicación llamada Day One que tiene una interfaz sencilla y elegante. La aplicación para el ordenador no tiene actualmente una calculadora de recuento de palabras, pero no me importa ya que significa que puedo escribir sin presión y contar mi recuento de palabras después (encuentro que a menudo termino escribiendo más de 500 palabras).
Probablemente podrías llevar un diario en un documento de Word si quieres. El truco es simplemente empezar a escribir.
Por lo general, escribo sobre mis objetivos para el día o empiezo a dar cuerpo a las ideas para una entrada de blog o una historia corta. Sin embargo, esta es la clave: nada de lo que escriba en el diario será publicado.
Esto significa que no necesito estresarme con cada frase. Me ayuda a derramar las palabras en la pantalla y no preocuparme por el perfeccionismo.
Después de completar mis 500 palabras en el diario, puedo pasar a mis otros proyectos de escritura. Mi músculo de la escritura se ha calentado y me siento confiado y feliz de haber completado 500 palabras.
Ésta es otra técnica que utilizo en los días en los que estoy luchando con el bloqueo del escritor o simplemente con la pura procrastinación:
Y, sí, inevitablemente habrá un día, o a veces incluso una semana, en la que podría no alcanzar mis objetivos diarios. Puede ser desalentador, pero he aprendido a no rendirme. Más bien, vuelvo a mi ordenador y vuelvo a escribir. Desarrollar un hábito de escritura diario requiere paciencia y persistencia.
La lección
Tal vez decidas probar a escribir un diario o tal vez prefieras lanzarte de inmediato a tus otros proyectos de escritura. Independientemente del método que elijas, si sigues cada mañana o tarde o noche, a pesar de las distracciones y la locura de tu vida diaria, desarrollarás gradualmente un hábito de escritura diario.
Y eso significa que también habrás desarrollado una increíble cantidad de concentración y determinación y pasión por tu oficio.
Ese es el secreto para convertirte en un escritor verdaderamente prolífico y exitoso.
Como observó Ray Bradbury,
«Simplemente escribe todos los días de tu vida. Lee intensamente. Luego, ve lo que sucede. La mayoría de mis amigos que se someten a esa dieta tienen carreras muy agradables»
¿Cuál es tu objetivo de escritura diaria para el nuevo año? Si quieres tener compañeros escritores que te animen y te hagan rendir cuentas mientras trabajas para conseguir tu objetivo diario de escritura, asegúrate de unirte a mi comunidad privada de escritores en Facebook. En este momento, estamos participando en un desafío de enero para establecer mejores hábitos de escritura en el nuevo año.
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