Antecedentes: Existen numerosos términos para describir los episodios similares a las convulsiones que no se explican por la enfermedad-por ejemplo, pseudoconvulsiones, convulsiones psicógenas y trastorno por ataque no epiléptico. Los debates sobre cuál es el mejor uso tienden a centrarse en argumentos teóricos y no en la evaluación científica. En este estudio examinamos los significados de estas etiquetas para los pacientes, que tienen el menor potencial de ofender y, en consecuencia, de proporcionar una base más positiva para el manejo posterior.
Métodos y resultados: Entrevistamos a 102 pacientes ambulatorios de neurología general consecutivos a los que se les pidió que consideraran un escenario en el que un médico les diera un diagnóstico tras experimentar un desmayo con pruebas normales. Investigamos 10 diagnósticos diferentes para los desmayos con seis connotaciones diferentes. Tres de estas connotaciones – «ponerlo», «loco» e «imaginar los síntomas»- se utilizaron para obtener una «puntuación de ofensa» global. Con esta puntuación, algunas etiquetas resultaron muy ofensivas, por ejemplo, «los síntomas están en la mente» (89%) y «ataques de histeria» (48%). No hubo diferencias significativas entre las etiquetas «pseudoconvulsiones», «convulsiones psicógenas» y «trastorno por ataque no epiléptico». Las ‘convulsiones relacionadas con el estrés’ y las ‘convulsiones funcionales’ fueron significativamente menos ofensivas que estos tres diagnósticos y fueron equivalentes a ‘tónico-clónico’ y ‘gran mal’.
Conclusiones: Muchas etiquetas para las convulsiones no explicadas por la enfermedad son potencialmente ofensivas para los pacientes. La búsqueda de etiquetas que describan con precisión el fenómeno, que puedan ser utilizadas por los pacientes, los médicos y los investigadores y que mejoren la confianza y la recuperación merece la pena y es susceptible de estudio científico.