¿Qué hay para cenar? Para algunos murciélagos vampiros brasileños, estos días es la sangre humana.
Ese es el sorprendente resultado de mi investigación, publicada recientemente en la revista Acta Chiropterologica, que reveló que el murciélago vampiro de patas peludas de Pernambuco, Brasil, ha desarrollado un apetito por la sangre humana por encima de la de otras posibles presas.
Este hallazgo pone en entredicho toda la literatura científica existente sobre esta especie de murciélago, que suele alimentarse de sangre de aves.
Un murciélago poco conocido (con un secreto)
El murciélago vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) es la menos estudiada de las tres especies de murciélagos vampiros conocidas. En 20 años de trabajo como zoólogo, nunca había tenido un espécimen vivo en mis manos.
Pero allí estaba yo, en las tierras áridas de Pernambuco, en 2013, dentro de una cueva del Parque Nacional de Catimbau, cuando enfoqué la linterna hacia una pequeña colonia de murciélagos sobre mi cabeza y divisé unos cuantos Diphylla.
Aunque no son la especie de murciélago más bonita, son más delicados que algunos, con una cara amable, orejas pequeñas y, debo decir, una mirada suave.
En el suelo, debajo de los murciélagos, vi charcos de guano, o excrementos de murciélago, cada uno del tamaño de un plato de sopa. Los murciélagos vampiros son hematófagos, es decir, sólo pueden comer sangre, por lo que sus excrementos están teñidos de rojo.
Los murciélagos se alimentan de la sangre de las aves, pero en el Parque de Catimbau las aves autóctonas de mediano y gran tamaño se han extinguido localmente. Probablemente debido a la caza no regulada, la pava de ceja blanca, el tinamú de patas amarillas y la paloma picazuro -todas presas potenciales de Diphylla en el pasado- ya no se observaron allí en 2013.
¿Entonces de qué se alimentaban esos Diphylla, si no eran aves? La sangre de cabra podría tener sentido. Había visto muchas pastando en el parque, criadas por los cientos de familias que aún viven en Catimbau, a pesar de su condición legal de zona de protección natural.
Volví a la Universidad Federal de Pernambuco, en Recife, decidido a investigar la dieta de Diphylla.
El método científico
Extraer el ADN del guano de los murciélagos vampiros no es poca cosa. Las proteínas de su tracto digestivo pueden descomponer el ADN de la sangre consumida, y las muestras recogidas en las cuevas pueden estar contaminadas con ADN exógeno, ya sea de otros organismos presentes en el guano (como bacterias, hongos e insectos) o del recolector de la muestra.
Para esta tarea uní fuerzas con Fernanda Ito, entonces una estudiante de la UFPE que trabajaba en su tesis de licenciatura. A ella le gustó la idea de utilizar el ADN fecal para averiguar las presas de los murciélagos como su proyecto de tesis. Más tarde, nuestro equipo recibió a Rodrigo Torres, del Departamento de Zoología de la UFPE, que trabaja con genética aplicada a la conservación de la biodiversidad.
Si todo salía bien, las secuencias que obtuviéramos se compararían con las depositadas en el GenBank, indicando las posibles presas de las que se alimentaba Diphylla.
El proceso de extracción y purificación del ADN fue tan largo y dramático como un culebrón brasileño. Durante días, Fernanda probó y modificó insistentemente los protocolos a distintas temperaturas y duraciones, hasta encontrar la combinación adecuada que permitiera la reacción perfecta.
Finalmente, cuando Fernanda estaba a punto de abandonar frustrada, consiguió secuenciar las muestras. Cuando comparamos las secuencias de ADN de nuestros murciélagos con las obtenidas de cabras, cerdos, vacas, perros, pollos y humanos, descubrimos que Diphylla había consumido sangre de pollos y humanos.
Al menos tres muestras obtenidas en diferentes fechas apuntaban al consumo de sangre humana. En las otras 12 de nuestras 15 muestras se encontró evidencia de que Diphylla chupaba sangre de pollos.
Este fue un hallazgo intrigante. La ciencia sugiere que Diphylla nunca consumiría sangre humana. De hecho, tres artículos (de México en 1966 y 1981 y de Brasil en 1994) indicaban incluso que en cautividad, Diphylla prefería morir de hambre antes que alimentarse de sangre de vacas, ratas, conejos, cerdos o cabras vivas.
Datos pioneros
Nuestros datos eran contrarios a toda la información disponible sobre Diphylla hasta el momento. De hecho, habíamos visto informes que indicaban que esta especie en realidad tiene una intolerancia fisiológica a la sangre de mamíferos, que tiene más materia seca, principalmente proteínas, que la sangre de aves (que contiene más agua y grasa).
Eso explicaría por qué los murciélagos no iban a por las cabras, como había pensado en un principio. Pero, ¿cómo explicar la extraña preferencia por la sangre humana?
Parece que la escasez de especies nativas de aves grandes en el parque ha llevado a Diphylla a desarrollar una dieta más flexible de lo que los científicos podrían haber imaginado. Eso puede ser bueno para la supervivencia de Diphylla, pero también es un indicador de que la zona estudiada no está bien. En los bosques secos del noreste de Brasil, las especies nativas están desapareciendo, lo que presumiblemente obliga a otras especies, también, a cambiar su dieta y comportamiento.
La presencia de sangre humana en el guano de murciélago también plantea problemas de salud pública. Evidentemente, algunas personas de la región de Catimbau están siendo mordidas por murciélagos, lo que aumenta el riesgo de que se transmitan la rabia y otras enfermedades.
En el lado positivo, Fernanda defendió su tesis con éxito y nuestro artículo en Acta Chiropterologica está atrayendo la cobertura de los medios de comunicación en todo el mundo.
Descubrir que los murciélagos pueden aprender a vivir de la sangre humana me ha dado varias ideas nuevas para explorar, como el seguimiento por radio para encontrar a sus presas humanas.
La nueva investigación comenzará pronto. Ahora, sólo tengo que encontrar una nueva Fernanda …