Los ronquidos fuertes pueden sonar divertidos para su compañero de sueño, pero la condición no es una broma.
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Los ronquidos suelen ser el signo de una afección llamada apnea obstructiva del sueño, que aumenta el riesgo de padecer diabetes, obesidad, hipertensión, derrame cerebral, infarto de miocardio y otros problemas cardiovasculares.
Las personas con apnea obstructiva del sueño dejan de respirar entre 10 y 20 segundos mientras duermen; esto puede ocurrir desde unas pocas hasta cientos de veces por noche. Los ronquidos no se producen en todos los casos de apnea del sueño, y todas las personas que roncan no tienen apnea del sueño, pero cualquier persona a la que se le diga que ronca debería considerar la apnea obstructiva del sueño como una posible causa.
Los ronquidos se producen porque la lengua no tiene suficiente espacio en la parte posterior de la garganta, sobre todo en aquellas personas obesas, con insuficiencia cardíaca o que duermen boca arriba. Hay sustancias químicas en el cerebro cuya función es activar la respiración, y éstas pueden fallar en algunas personas que roncan. Como consecuencia, los niveles de oxígeno descienden drásticamente, lo que provoca un aumento de la cortisona, la adrenalina y otras hormonas.
Estas hormonas contribuyen a la hipertensión arterial y a las irregularidades del corazón y pueden provocar o agravar la insuficiencia cardíaca, desencadenar ataques cardíacos e incluso la muerte súbita. Incluso sin roncar, las personas con apnea obstructiva del sueño tienen una reducción de oxígeno en su sistema que puede dañar el corazón.