Las avalanchas de nieve son un riesgo natural importante en la mayoría de las zonas montañosas cubiertas de nieve del mundo. Son movimientos de masa rápidos, impulsados por la gravedad, y se consideran un peligro inducido por la meteorología. Las avalanchas de nieve son uno de los pocos peligros que se pueden predecir, y es posible realizar mediciones in situ de la inestabilidad. Existen medidas avanzadas de mitigación del peligro, como la planificación del uso del suelo basada en la modelización de la dinámica de los aludes. Las avalanchas de nieve más peligrosas comienzan como una avalancha de nieve seca, que se describe mejor con un enfoque mecánico de fractura. La velocidad y la distancia de un alud es la cuestión fundamental de la ingeniería de aludes. Los modelos de diferentes niveles de complejidad física permiten predecir el movimiento de las avalanchas. Aunque el peligro de avalancha (la probabilidad de que se produzca) en una región determinada puede predecirse -en la mayoría de los países con un riesgo significativo de avalancha, se emiten avisos de avalancha con regularidad-, la predicción de un evento único en el tiempo y el espacio no es posible (todavía).