Es realmente de sentido común porque el cuerpo humano es aproximadamente un 60% de agua y prácticamente
todas las funciones fisiológicas de la circulación, la respiración, la digestión, la eliminación,
la movilidad, incluso el pensamiento requieren agua para funcionar correctamente. (El cerebro y el corazón tienen un 73% de agua y los pulmones un 83%). Cuando estamos enfermos con un resfriado, una infección, una respuesta alérgica, etc., nuestro sistema inmunológico (de defensa) necesita más agua para combatir el problema.
Cuando nos ataca un virus, una bacteria o un antígeno, generalmente tenemos fiebre como parte de la respuesta defensiva
y, debido a la elevada temperatura corporal, perdemos agua más rápidamente a través de los pulmones y la piel. Esto, a su vez, puede conducir fácilmente a la deshidratación y todas las funciones del cuerpo se vuelven menos eficaces. En los estados de deshidratación
la fiebre aumenta, los síntomas como el dolor de cabeza, la debilidad, los dolores musculares y articulares,
etc. empeoran.
Los pacientes enfermos en el hospital suelen ser controlados por «I & O», que significa Ingesta y
Salida. Se miden los líquidos ingeridos por boca y por infusión, así como la salida de orina. Se calcula el volumen de líquido que se pierde por la respiración, la sudoración, etc. La hidratación de un paciente enfermo es muy importante para su recuperación.
Entonces, ¿cómo se controla la I &y la O en casa? La forma más fácil es vigilar la función
urinaria. Si se está deshidratando, su producción de orina disminuirá y
la orina se volverá oscura, ya que sus riñones funcionan para conservar el agua. Si está
tomando suficientes líquidos para cubrir las necesidades normales y las necesidades adicionales de una enfermedad, su
orina será pálida y de entre uno y dos litros al día. A no ser que tenga ciertos
problemas renales, es mejor que tome muchos líquidos y sus riñones
se adaptarán con un aumento de la producción de orina.
Los líquidos ayudan a combatir la tos, los resfriados y las infecciones de las vías respiratorias superiores (URI), ya que mantienen la mucosidad diluida para que pueda ser eliminada de los pulmones y los senos paranasales. El mecanismo de transporte muco-
ciliar funciona mejor si la mucosidad no es demasiado espesa.
Aquí tiene varias formas de aumentar su ingesta de líquidos:
1. Beba diez (10) vasos de 8 onzas de agua todos los días.
2. Aumente la ingesta de agua… el té caliente o helado, el café, los refrescos,
los zumos de frutas o las bebidas con sabor a fruta son todas formas de aumentar la ingesta hasta los niveles deseados.
3. Coma agua… Las sopas son buenas. Las frutas y verduras tienen un 80% de agua. El pescado tiene un 75% de agua, mientras que la carne de vacuno, el jamón y los huevos tienen un 50%.
4. Inhale agua… un vaporizador eléctrico es lo mejor, pero una tetera de vapor antigua o
una olla en la estufa pueden ser útiles. Una ducha de vapor caliente puede ayudar a los pulmones a eliminar la mucosidad espesa cuando ésta sea un problema.
Manténgase hidratado James White, M.D.