Lena tiene sobrepeso desde hace unos años. Tiene 52 años y se enteró de que tiene diabetes de tipo 2 hace un año. Ha acudido a una enfermera de la consulta de su médico para obtener información nutricional y la enfermera la ha remitido a un dietista titulado (RD) de la clínica ambulatoria del hospital cercano.
Lena lleva sus registros de alimentos a su visita inicial con el RD. La DR revisa los registros, que consisten únicamente en las elecciones de alimentos de Lena, sin que se indiquen los tamaños de las porciones ni las cantidades consumidas. La DR recomienda que Lena considere pesar y medir el tamaño de sus porciones y escribirlas junto con sus elecciones de alimentos. El DR proporciona a Lena una copia del folleto de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) sobre el recuento básico de carbohidratos1 y utiliza modelos de alimentos para demostrar las porciones adecuadas de los alimentos que Lena podría elegir.
Durante el siguiente período de 3 meses, Lena trabaja con un presupuesto de carbohidratos para cada comida, utiliza el folleto sobre el recuento básico de carbohidratos y presta atención al tamaño de sus porciones. Pierde algo de peso, mejora su control glucémico y se siente más motivada para continuar.
Gino, de 35 años, tiene diabetes tipo 1 desde hace 3 años y disfruta de su comida étnica italiana. Consume alimentos con carbohidratos en todas las comidas y también a la hora de acostarse. Ha empezado a utilizar una relación insulina-carbohidratos para ajustar su insulina a la cantidad de carbohidratos que consume, y le parece útil.Pero está preocupado porque sus niveles de glucosa posprandial (GPP) no están dentro del rango objetivo. Expresa su preocupación a su médico y se le remite a un DR para una consulta.
Una evaluación nutricional indica que Gino ha intentado reducir su consumo de carbohidratos y aumentar su consumo de proteínas para conseguir que sus niveles de GPP estén dentro del rango objetivo. El DR repasa con Gino el enfoque básico de recuento de carbohidratos y le pide que trabaje con un presupuesto de carbohidratos en cada comida y que lleve un registro.
En su nueva visita, Gino está satisfecho con su control glucémico, pero le preocupa de nuevo que si come demasiados carbohidratos, su control glucémico se vea afectado. Durante esa conversación, la DR revisa con él el folleto de la ADA sobre el recuento avanzado de carbohidratos2 y también revisa cómo reelaborar la relación insulina-carbohidratos, cómo utilizar el concepto de terapia de insulina basal-bolo y cómo utilizar un factor de sensibilidad a la insulina para determinar las dosis de corrección de la misma. Toda esta información capacita a Gino, que está dispuesto a poner en práctica estas técnicas de recuento de carbohidratos, no sólo para poder disfrutar de los alimentos con carbohidratos, sino también para mantener un control glucémico óptimo.
El recuento de carbohidratos es un enfoque de planificación de las comidas y no una dieta específica.Hace hincapié en la cantidad total de carbohidratos consumidos, más que en la fuente o el tipo de carbohidratos consumidos. Asume que, para controlar la glucosa en sangre, un carbohidrato es un carbohidrato. Este enfoque promueve la consistencia de la ingesta de carbohidratos en momentos específicos del día y para comidas específicas. Todas las personas con diabetes pueden utilizar el recuento de hidratos de carbono como una opción de planificación de las comidas.3,4
Al evaluar a una persona interesada en aprender el recuento de hidratos de carbono, resulta útil hablar de los objetivos del tratamiento de la diabetes de la persona, su disposición y motivación para aprender el sistema, su nivel educativo, su capacidad para realizar cálculos matemáticos básicos, su concepción del control de las porciones y su disposición a realizar un control de la glucemia antes y después de las comidas mientras aprende el sistema.3
Se han definido dos niveles de recuento de carbohidratos: básico y avanzado.1,2