Disección aórtica: Desgarro progresivo de la aorta. El revestimiento interno (íntima) de la aorta se desgarra y la sangre surge a través del desgarro, creando un nuevo canal falso y separando (diseccionando) la capa media (media) de la capa externa de la aorta.
La disección aórtica suele producirse en la aorta torácica, y con menos frecuencia en la aorta abdominal. Aproximadamente tres cuartas partes de las disecciones aórticas se producen en hombres y en personas de 40 a 70 años de edad.
Los factores de riesgo que predisponen a la disección aórtica son la hipertensión arterial, los trastornos genéticos del tejido conectivo como el síndrome de Marfan y el síndrome de Ehlers-Danlos, la insuficiencia aórtica (una válvula aórtica permeable), la coartación (estrechamiento congénito) de la aorta y la arteriosclerosis.
El síntoma principal de la disección aórtica es un dolor intenso y repentino de tipo desgarrador, generalmente en el pecho y en la espalda, entre los omóplatos. Una disección aórtica que no deja de desgarrarse es mortal.
El tratamiento suele ser urgente. Puede implicar la administración de medicamentos para reducir la presión arterial, la reparación quirúrgica para sustituir la parte dañada del vaso sanguíneo con un injerto sintético, o la colocación de un stent o injerto mediante un catéter.
También llamado aneurisma disecante de la aorta.
Imagen de la disección aórtica
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