El paciente fue diagnosticado de dermografismo negro, que significa literalmente «escritura negra en la piel». El dermografismo negro es una decoloración de la piel que aparece cuando finas partículas metálicas, erosionadas de objetos metálicos por polvos o abrasivos en la piel, se depositan en la epidermis.
Este fenómeno puramente físico, no relacionado con la alergia a los metales, puede producirse no sólo en la piel normal, sino también en la piel de cadáveres, en tejidos o en papel. La deposición es siempre negra, independientemente del metal causante, porque las partículas son extremadamente finas y, por lo tanto, no reflejan ninguna luz.1
Se ha propuesto que ciertas sustancias de la piel, como los polvos contenidos en los cosméticos y ciertas lociones, son lo suficientemente duras como para desgastar el metal y, por lo tanto, iniciar la decoloración. La comparación de los polvos comunes utilizados en cosméticos y medicamentos con los metales de las joyas puede ayudar a determinar si se producirá la abrasión.
Los objetos de acero inoxidable y cromados son más duros que los polvos utilizados en cosméticos y medicamentos, por lo que no son abrasionados por ellos y no pueden producir dermografismo negro.
El carbono, el más duro de todos los polvos y abundante en el polvo urbano e industrial, desgasta fácilmente todos los metales, incluidos el cromo y el acero. La loción de calamina, que contiene zinc y óxido férrico, y ciertos polvos cosméticos y protectores solares que contienen óxido de zinc y dióxido de titanio desgastan la mayoría de los metales utilizados en joyería (níquel, platino, plata, oro).1,2
El dermografismo negro no tiene un tratamiento real y no se borra fácilmente. La única forma de alivio es el lavado repetido con agua y jabón. Para prevenir el dermografismo negro, la piel debe limpiarse para eliminar todos los polvos duros y otros abrasivos antes de llevar joyas o entrar en contacto con otros objetos metálicos. Las joyas y los objetos metálicos también deben limpiarse antes de llevarlos o utilizarlos.2,3
En este caso, el dermografismo negro se diagnosticó basándose en el estado de la piel del paciente y en la aparición previa de la decoloración. Aunque no había utilizado ningún abrasivo, loción o polvo en sus manos antes de pelar las manzanas, la piel gravemente xerótica del paciente actuó como abrasivo para iniciar la decoloración.
El dermografismo negro que se produce sin polvo abrasivo se ha descrito anteriormente; Hurley lo describió en el entorno de la piel áspera,3 y autores posteriores señalaron que las zonas muy queratinizadas, como las palmas de las manos, son más susceptibles al dermografismo negro.4
El lavado frecuente con agua y jabón acabó por eliminar la decoloración de nuestro paciente.
Gregg Anthony Severs, DO, practica la dermatología en Lackawanna Valley Dermatology Associates en Scranton, Pa. Michele S. Maroon, MD, es directora del programa de residencia en dermatología y dermatóloga clínica en el Centro Médico Geisinger en Danville, Pa.