Las personas que rodean a la persona también tendrán sus propias reacciones emocionales que afrontar. Es importante que tanto la persona con demencia como las personas de su entorno se sientan capaces de expresar sus sentimientos y se les anime a hacerlo.
Algunas personas experimentan reacciones positivas cuando reciben un diagnóstico de demencia. Puede que se sientan aliviadas por saber qué es lo que está mal o que se alegren de poder planificar con antelación. Algunos pueden utilizar la experiencia para reevaluar su situación y centrarse en las actividades y relaciones que les hacen felices.
Apoyar las respuestas emocionales de la persona: consejos para los cuidadores
- Intente comprender cómo se siente la persona con demencia.
- No desestime las preocupaciones de la persona: escúchela y demuéstrele que está ahí para ella.
- Intente disfrutar del momento e intente no pasar demasiado tiempo pensando en lo que puede o no puede deparar el futuro.
- El sentido del humor puede ayudar, si el momento es adecuado.
Emociones y sentimientos
Las personas con demencia suelen experimentar cambios en sus respuestas emocionales. Pueden tener menos control sobre sus sentimientos y la forma de expresarlos. Por ejemplo, alguien puede estar irritable, o ser propenso a cambios rápidos de humor o a reaccionar de forma exagerada ante las cosas. También puede parecer inusualmente desinteresado o distante.
Estos cambios son a menudo difíciles de manejar para los cuidadores. Puede ser de ayuda que los cuidadores recuerden que están causados en parte por el daño en el cerebro de la persona. Una persona puede reaccionar más emocionalmente a una situación de lo que cabría esperar (por ejemplo, llorando o agitándose) porque algunos de sus recuerdos fácticos o su capacidad para pensar con claridad sobre la situación han disminuido. Es importante mirar más allá de las palabras o los comportamientos que se pueden ver para ver los sentimientos que la persona puede estar tratando de expresar. Las emociones fuertes también pueden estar causadas por necesidades insatisfechas. Los cuidadores deben intentar averiguar cuáles son estas necesidades y satisfacerlas cuando sea posible.
Confianza y autoestima
La demencia puede hacer que las personas se sientan inseguras y pierdan la confianza en sí mismas y en sus capacidades. Pueden sentir que ya no tienen el control y pueden no confiar en su propio juicio. También pueden experimentar los efectos del estigma y la «degradación» social -no ser tratados de la misma manera por la gente- como resultado de su diagnóstico. Todo esto puede tener un impacto negativo en la autoestima de la persona.
La demencia también puede tener un efecto indirecto en la autoestima de alguien al afectar a otras áreas de la vida de la persona. Los problemas de salud, las circunstancias económicas, la situación laboral y, lo que es más importante, las relaciones con los que les rodean pueden verse afectadas.
Algunas personas, sin embargo, establecen nuevas relaciones como resultado de su diagnóstico, a través de actividades como la asistencia a una clase o a un grupo de apoyo. Una alta autoestima permite a algunas personas afrontar mejor las condiciones de salud crónicas.
Apoyar a la persona con demencia para que mantenga su autoestima: consejos para los cuidadores
- Ofrecer a la persona muchos elogios y ánimos: celebrar los éxitos y centrarse en los aspectos positivos.
- Evite las críticas duras o los comentarios despectivos.
- Asegúrese de que las personas tienen tiempo para hacer las actividades que les gustan y que les dan un propósito.
- Si una persona comete un error, intente ser lo más comprensivo posible.
- Ayude a las personas a mantener las relaciones sociales existentes y a formar otras nuevas. Esto puede hacerse facilitando actividades conjuntas con amigos y familiares, uniéndose a grupos de aficiones y fomentando la conversación.