Los niños lloran por muchas razones. El llanto es una respuesta emocional a una experiencia o situación angustiosa. El grado de angustia de un niño depende de su nivel de desarrollo y de sus experiencias pasadas. Los niños lloran cuando sienten dolor, miedo, tristeza, frustración, confusión, ira y cuando no pueden expresar sus sentimientos.
El llanto es una respuesta normal a las situaciones perturbadoras que el niño no puede resolver. Cuando las habilidades de afrontamiento del niño se agotan, el llanto es automático y natural.
Con el tiempo, el niño aprende a expresar sus sentimientos de frustración, ira o confusión sin llorar. Es posible que los padres tengan que establecer pautas para ayudar al niño a desarrollar comportamientos adecuados.
Elogie al niño por no llorar hasta el momento y lugar adecuados. Enseñar otras respuestas a las situaciones angustiosas. Anime a los niños a «usar sus palabras» para explicar lo que les molesta.
A medida que los niños desarrollen más habilidades de afrontamiento y resolución de problemas, llorarán con menos frecuencia. A medida que maduran, los niños tienden a llorar menos que las niñas. Muchos creen que esta diferencia entre niños y niñas es un comportamiento aprendido.
Las rabietas son comportamientos desagradables y perturbadores o arrebatos emocionales. Suelen producirse en respuesta a necesidades o deseos no satisfechos. Las rabietas son más probables en niños pequeños o en niños que no pueden expresar sus necesidades o controlar sus emociones cuando están frustrados.