Lo llamaron «el niño que nació sin cerebro». Pero ahora, seis años después, el cerebro de Noah Wall tiene el 80% del tamaño de un cerebro normal, y sigue desafiando las probabilidades.
Con 20 semanas de embarazo, Shelly y Rob Wall recibieron una noticia devastadora: su hijo por nacer tenía espina bífida e hidrocefalia, que hace que el cráneo se llene de líquido y la cabeza se expanda. Se temía que el bebé no sobreviviera fuera del vientre materno, ya que la hidrocefalia tiene una alta tasa de mortalidad debido a que la zona del cerebro que controla la respiración puede estar comprometida o dañada.
Pero cuando Noah nació, soltó un grito, y comenzó el viaje de los Wall para ayudar a su hijo a prosperar a pesar de su enfermedad. Los médicos le pusieron una derivación en la cabeza para ayudar a drenar el líquido, y todos esperaron lo mejor.
En la primera exploración de Noah tras el nacimiento, descubrieron algo sorprendente: Noah sólo tenía el dos por ciento de su cerebro. Podía comer, respirar y beber porque su tronco encefálico estaba intacto, dice el Dr. Gregory Scott, investigador de neurociencia del Imperial College de Londres.
Cuando Noah tenía tres años, le hicieron un segundo escáner cerebral. Los médicos se sorprendieron al ver que el cerebro de Noah había crecido. El Dr. Scott sugiere que la derivación puede haber ayudado a hacer espacio para que el cerebro de Noah crezca. Pero, sinceramente, nadie tiene la respuesta correcta. El cerebro es misterioso, y todavía sabemos muy poco sobre su funcionamiento.
Ahora, Noah está disfrutando de ser un niño. Tiene mucho apoyo emocional de su familia, que lo educa en casa. Recibe un «entrenamiento cerebral» que consiste en recibir aportes físicos y mentales, como ejercicios de matemáticas y lectura, para ayudar a estimularlo. Y Noah mejora constantemente. Está empezando a leer y se maneja muy bien con el iPad. Puede mantener conversaciones.
Y es divertido, un auténtico bromista.
Noah no se ha sometido a un escáner cerebral desde que tenía tres años, así que será interesante ver cuánto ha crecido su cerebro cuando se le haga un escáner actualizado. Hasta entonces, su cuerpo se está desarrollando a un ritmo normal.
Noah y su familia siguen enfrentándose a retos, pero su madre dice que él es la alegría de la familia.
«Le doy las gracias cada noche antes de que se vaya a la cama. Le digo ‘Noah, gracias por un día tan bonito. Me ha encantado el día’. Y él me dice ‘Te quiero, mamá. Buenas noches'».