El pH, explicado
El pH puede parecer que pertenece a la tabla periódica de los elementos, pero en realidad es una unidad de medida. La abreviatura pH significa hidrógeno potencial, y nos indica la cantidad de hidrógeno que hay en los líquidos y lo activos que son los iones de hidrógeno.
Cómo surgió el pH
El químico danés Soren Sorensen inventó el concepto de pH en 1893 cuando estudiaba el proceso de elaboración de la cerveza. Descubrió que medir el pH de un líquido podía indicarnos su grado de acidez y, sobre todo, que 7 es un pH equilibrado para el agua. Todo lo que está por debajo de 7 es ácido, todo lo que está por encima de 7 es alcalino y las soluciones neutras tienen un pH de 7, como explica Science Buddies.
Encontrar el equilibrio: el pH y el cuerpo humano
¿Qué es mejor para ti: chupar un limón o merendar un racimo de plátanos? Para responder a esta pregunta, primero hay que entender el impacto del pH en el cuerpo y cómo gestionar su delicado equilibrio.
La fina línea entre lo ácido y lo alcalino
El cuerpo humano tiene un pH natural de 7,4 y necesita mantener este nivel para funcionar al máximo. Todo lo que consumimos tiene su propio nivel de pH. Así que nuestro cuerpo trabaja constantemente para restablecer el frágil equilibrio que se interrumpe temporalmente cada vez que comemos o bebemos algo demasiado ácido o alcalino. Este proceso se denomina homeostasis celular, es decir, la capacidad del cuerpo para mantener el equilibrio frente a los desafíos externos.
El pH y el agua dulce
El cuerpo humano está compuesto por un 70 por ciento de agua. Así que no es de extrañar que el H2O juegue un papel clave en la estabilización de nuestro nivel de pH natural. Esa es una de las razones por las que siempre se nos dice que bebamos mucha agua. Pero no cualquier agua. El agua con un pH de entre 7,2 y 7,8 es ideal para mantener una buena salud.
Cuando bebemos líquidos demasiado ácidos o demasiado alcalinos, se puede alterar el delicado equilibrio del organismo, lo que puede provocar el desarrollo de bacterias, virus, hongos, levaduras y parásitos. ¿En resumen? Elige bien el agua y bebe mucha.
No te olvides de las verduras
Lograr el equilibrio perfecto del pH no es sólo cuestión de agua. Los alimentos que ingerimos también juegan un papel importante. La acidosis, una condición que ocurre cuando nuestro ambiente interno se vuelve demasiado ácido, puede ser causada por comer demasiada carne o azúcar. Para evitar el estrés corporal de la acidosis y la fatiga y pérdida de energía que provoca, llénate de muchas verduras, frutas y semillas con propiedades alcalinizantes, como las judías verdes, los espárragos, los pepinos, las zanahorias, el trigo sarraceno, la quinoa, el arroz integral, el coco y los aguacates.
Los minerales y sus múltiples beneficios
No sólo los alimentos ácidos pueden alterar el equilibrio de tu cuerpo. Beber agua a la que se le han quitado los minerales también puede hacerlo. Los minerales en el agua no sólo ayudan a darle un sabor distintivo, sino que también tienen un impacto positivo en su nivel de pH. Cada mineral, dependiendo de su propia composición iónica, afecta directamente al nivel de pH y a la pureza del agua.
Un vaso de agua perfectamente equilibrada, por favor
¿Sabes que beber agua más alcalina (con un pH superior a 7) puede ayudarte a restablecer el equilibrio de tu cuerpo al reducir tu nivel de acidez interno? También puede ayudarte a ahorrar en tu factura dental, ya que las bebidas ácidas son una de las principales causas de las caries!
Sigue tu verdadera naturaleza y mantén tu cuerpo hidratado con agua natural de manantial
¿Por qué intentar imitar a la naturaleza cuando es perfecta tal y como es? Por regla general, el agua muy depurada -aunque haya sido remineralizada- tiene un pH inferior a 7. En cambio, el agua extraída de fuentes subterráneas que no ha sido tratada ni mineralizada de ninguna manera tiene casi siempre un pH de entre 7,2 y 7,8, lo que hace que el agua de manantial natural sea ideal para mantener el equilibrio natural del pH de nuestro cuerpo.
Con un pH de entre 7,3 y 7,8, Eska es una de las aguas de manantial más saludables y equilibradas que existen. Una razón más para levantar un vaso (de Eska) por su salud.