‘El show de Oprah Winfrey’ primer episodio: THR’s 1986 Review

El 8 de septiembre de 1986, la primera edición de The Oprah Winfrey Show se emitió a nivel nacional. La reseña original de The Hollywood Reporter de esa semana está a continuación.

Oprah Winfrey es de las que dicen lo que piensan. Y a partir de esta semana, los espectadores de la zona de Los Ángeles podrán ver y escuchar a Winfrey expresando sus francos comentarios.

El lunes se estrenó el programa de Oprah Winfrey en Los Ángeles en la KABC, Winfrey sustituyó a Tom Snyder y se enfrentó al actual favorito de los programas de entrevistas diurnas, Phil «He’s-a-relationship» Donahue de la NBC, que casualmente emite en directo desde L.A.’s KNBC this week.

Judging by Winfrey’s debut broadcast, she’s a refreshing addition to the Southern California airwaves but in choice of subject matter not too radically different from what Phil is presenting.

Winfrey’s first show, heavily slanted towards the realm of pop psychology, focused on how to find a husband/wife or how to keep your present spouse. No es exactamente el apogeo del intelectualismo, pero no se anuncia como tal.

Winfrey, conocida por su papel de Sofía en El color púrpura, nominado al Oscar, comenzó su carrera como presentadora de A.M. Chicago hace dos años. Su presencia en el programa lo impulsó del sótano al número uno. Posteriormente, el programa fue rebautizado con el nombre de Winfrey y aumentó su duración a una hora. A nivel local, con la inclusión del programa de Oprah Winfrey en la programación de la KABC, Tom Snyder ha sido retirado del aire y los ejecutivos de la KABC afirman que están «desarrollando planes futuros» para Snyder.

De hecho, en la perspectiva y la técnica, Snyder y Winfrey son muy diferentes. Mientras que Snyder puede parecer altivo y arrogante, Winfrey se muestra juguetonamente beligerante. Detrás de sus opiniones tan contundentes hay una encantadora socarronería, una seductora obstinación que evita la belicosidad.

Sin embargo, y en contra de lo que la propaganda podría hacer creer, el programa de Oprah Winfrey no es la cura del cáncer ni la respuesta a cuántos ángeles pueden bailar en la cabeza de un alfiler. Pero en un mundo enloquecido por los pomposos presentadores de programas de entrevistas, Oprah Winfrey es algo diferente. – Miles Beller

Twitter: @THRArchives

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