La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) del 2019 muestra que, al menos, 73 especies en todo el mundo están disminuyendo, mientras que solo 10 han reportado mejoras. Entre las que se encuentran en un estado más alarmante está el tiburón martillo (Sphyrna lewini), que recientemente pasó de estar en «peligro» a la categoría de «peligro crítico de extinción».
Esta especie se distribuye por México, Centroamérica e incluso Brasil. En el país, el tiburón martillo se encuentra en la vertiente del Pacífico, en zonas como el Golfo Dulce y la Isla del Coco.
Que la especie esté en peligro crítico significa que sus poblaciones a nivel mundial se han reducido en más del 80% en los últimos 30 años. Sus principales amenazas siguen siendo la pesca ilegal y el aleteo.
En Costa Rica, el pez sierra también está en peligro crítico de extinción. Tras al menos una década sin avistamientos del animal, el proyecto de investigación ‘En Busca del Pez Sierra’ ha tenido informes sobre su presencia en ríos y mares del país.
La última lista roja de la UICN incluye ya 30.178 especies amenazadas de extinción. Según los expertos, los efectos negativos del cambio climático son cada vez más evidentes. «El cambio climático se suma a las múltiples amenazas a las que se enfrentan las especies, y tenemos que actuar con decisión y urgencia para frenar la crisis», dijo Grethel Aguilar, directora general interina de la UICN.
Tiburón martillo: ¿Es una muestra de vida silvestre?
La protección de los tiburones en Costa Rica representa una larga controversia, que ha llevado a 2 presidentes de la República -Luis Guillermo Solís (2014-18) y Abel Pacheco (2002-06)- a haber sido declarados ‘Enemigo de los Tiburones’ por el organismo internacional.
Los tiburones, incluida la especie tiburón martillo, son capturados por ciertos sectores de la pesquería nacional, como el palangre. La pesca de tiburones no está prohibida, pero hay ciertos límites que se deben mantener.
En su administración, Solís Rivera generó un retroceso en las políticas de protección de estos animales. Su gobierno publicó un decreto en el que nombró al Instituto de Pesca y Acuacultura (Incopesca) como autoridad científica para decidir si se permite o no la exportación de especies de interés pesquero.
Esto en el marco de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). La Cites pretende regular el comercio de plantas y animales. Para exportar, debe haber un aval de la autoridad administrativa, basado en un criterio técnico de la autoridad científica. Antes la autoridad científica era el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), con el apoyo de un grupo de científicos de la academia.
Pero Luis Guillermo Solís lo cambió y, con sus acciones, se opuso a los criterios científicos anteriores, que recomendaban no permitir la exportación de varios grupos de aletas de tiburón martillo. Un decreto ejecutivo firmado por Solís dejó fuera al tiburón martillo de la Ley de Vida Silvestre y lo colocó como especie comercial.
En mayo de 2018, el Tribunal Contencioso Administrativo emitió una resolución que frenó la declaración del tiburón martillo como especie de interés pesquero. Esto mientras se lleva el caso a juicio y se resuelve. Este tendría lugar en enero de 2021. Los movimientos ambientalistas solicitan que el tiburón martillo sea declarado nuevamente como fauna silvestre, y así, quede bajo la protección del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).