Entretenimiento de la nación comanche

Se impresionará con Cómo cocinaban la comida los comanches

Oklahoma ha sido durante mucho tiempo el hogar de los comanches, y éstos han sido durante mucho tiempo ingeniosos con todo lo que utilizaban. Alguna vez te has preguntado para qué puede servir el estómago de un búfalo? Si has adivinado que para hervir, estabas en lo cierto. El búfalo era una valiosa fuente de vida para la tribu y nunca se desperdiciaba nada, ni siquiera su estómago.

¿Sin olla? No hay problema. Los comanches colgaban el estómago del búfalo de un soporte hecho con palos y dejaban caer piedras calientes dentro para hervir su comida a fuego lento. La caza silvestre y las verduras forjadas se unían en una comida caliente y deliciosa que todos se reunían para comer. Sus calderas naturales eran una prueba de sus excelentes habilidades para depender únicamente de la tierra para todo lo que necesitaban.

«El búfalo nos daba todo lo que necesitábamos. Sin él no éramos nada. Nuestros tipis estaban hechos de su piel. Su piel era nuestra cama, nuestra manta, nuestro abrigo de invierno. Era nuestro tambor, que palpitaba durante la noche, vivo, sagrado. Con su piel hicimos nuestras bolsas de agua. Su carne nos fortaleció, se convirtió en carne de nuestra carne. No se desperdició ni la más mínima parte de ella. Su estómago, con una piedra al rojo vivo, se convirtió en nuestra olla de sopa. Sus cuernos fueron nuestras cucharas, los huesos nuestros cuchillos, nuestros punzones y agujas de mujer. De sus tendones hicimos nuestras cuerdas de arco e hilo. Sus costillas se convirtieron en trineos para nuestros hijos, sus pezuñas en sonajeros. Su poderoso cráneo, con la pipa apoyada en él, era nuestro altar sagrado. El nombre del más grande de todos los sioux era Tatanka Iyotake, Toro Sentado. Cuando se mataba al búfalo también se mataba al indio, al indio real y natural, al indio ‘salvaje'»
-John Fire Lame Deer

La belleza del estilo de vida comanche residía en su capacidad para hacer algo con todo; porque donde había búfalo, siempre había también una tetera.

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