Es peor para las mujeres: 4 formas en las que las hormonas nos provocan dolores de cabeza

• Quedar embarazada
• Dolores de cabeza
• Cuidado prenatal

¿Las hormonas femeninas causan más dolores de cabeza en las mujeres? Desgraciadamente, parece que sí.

«Desde la época de la pubertad hasta los cambios de la menopausia, las mujeres experimentan muchos más dolores de cabeza que los hombres, sobre todo migrañas», explica el Dr. William Rettig, de Lifestages Centers for Women.

Según estudios realizados por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), las mujeres de EE.UU. sufren migrañas a un ritmo tres veces superior al de los hombres. Los culpables más probables son las fluctuaciones hormonales derivadas de importantes etapas de la vida, algunas afecciones médicas e incluso productos farmacéuticos exclusivos de las mujeres (como los anticonceptivos), informa la Sociedad Americana de Cefaleas.

Aquí se explica cómo las hormonas aumentan el riesgo de que las mujeres sufran dolores de cabeza, y especialmente migrañas, durante varias fases de su vida.

Pubertad

Una vez que las chicas llegan a la pubertad, son más propensas a sufrir dolores de cabeza. Según un estudio publicado en la revista médica Headache, de casi 900 niñas de entre 9 y 18 años, algo más de la mitad de las que habían empezado a menstruar tenían dolores de cabeza durante sus periodos, mientras que el 37 por ciento de todas las niñas declaraban tener dolores de cabeza mensuales, hubieran empezado a menstruar o no.

Menstruación

Alrededor del 50 al 60 por ciento de las migrañas de las mujeres son migrañas menstruales, según los estudios publicados por los NIH. Éstas pueden producirse durante la ovulación, o antes, durante o inmediatamente después de la menstruación.

La serotonina es probablemente el principal desencadenante hormonal de las cefaleas tanto en hombres como en mujeres. «Pero, en el caso de las mujeres, la forma en que la serotonina interactúa con hormonas exclusivamente femeninas, como el estrógeno y la progesterona, puede ser el desencadenante de las migrañas menstruales», afirma el Dr. Rettig.

Las migrañas menstruales suelen comenzar como un dolor de cabeza punzante y unilateral, acompañado de náuseas, vómitos o sensibilidad a luces y sonidos brillantes. El tratamiento puede incluir:

• Medicamentos para tratar las migrañas cuando se producen: Entre ellos se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE, como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno), la dihidroergotamina (DHE), los triptanes, los antidepresivos o una combinación de aspirina, paracetamol y cafeína (pero hable con su médico antes de combinarlos).
• Terapia hormonal: Su médico puede recetarle un suplemento de estrógeno o, si ya está tomando píldoras anticonceptivas de estrógeno/progesterona, puede aconsejarle que las tome diariamente (sin descanso) durante tres a seis meses para evitar las fluctuaciones.
• Tratamiento preventivo: Su médico puede indicarle que tome medicamentos para la migraña justo antes de que ésta comience para evitar ataques frecuentes y graves.

Algunas mujeres experimentan un dolor de cabeza premenstrual (SPM) con síntomas que son un poco diferentes a los de un dolor de cabeza menstrual o una migraña. Puede tener dolor de cabeza acompañado de fatiga, acné, dolor en las articulaciones, disminución de la micción, estreñimiento y falta de coordinación. También puede experimentar un aumento del apetito y antojos de chocolate, sal o alcohol.

Embarazo

Alrededor del 15 al 20 por ciento de las mujeres embarazadas tienen migrañas. Más de la mitad descubren que sus migrañas se producen con menos frecuencia a medida que se acercan al parto. Sin embargo, las migrañas pueden empeorar después del parto, durante el período posparto.

Las mujeres de Estados Unidos sufren migrañas en una proporción tres veces superior a la de los hombres.

Las migrañas, aunque son intensamente dolorosas para la madre, no suponen ningún peligro para el bebé en desarrollo. Y, según el Dr. Rettig, «si una mujer tiene antecedentes de migrañas, y no hay otros problemas de salud, las migrañas durante el embarazo no suelen ser algo de lo que preocuparse».

Sin embargo, si se produce un dolor de cabeza similar a una migraña por primera vez en el embarazo, informe a su médico. Es importante descartar cualquier otra afección peligrosa, como hemorragias cerebrales, meningitis (infección en los tejidos cerebrales), preeclampsia o tumores. Es posible que necesite más pruebas.

Teniendo en cuenta la seguridad de su bebé, se pueden recomendar los siguientes tratamientos para la migraña:

• Medidas calmantes, como compresas frías, una habitación oscura y dormir
• Evitar los desencadenantes, como ciertos alimentos y el estrés
• Medicamentos (pero debido a que muchos medicamentos pasan al bebé a través de la placenta, éstos deben considerarse cuidadosamente y sólo con el consejo de su médico)

Menopausia

Durante la menopausia, las fluctuaciones hormonales pueden hacer que los dolores de cabeza y las migrañas aumenten o disminuyan en las mujeres que utilizan terapia hormonal para la menopausia. De hecho, las migrañas pueden empeorar en los años inmediatamente anteriores a la menopausia, llamados perimenopausia.

Dependiendo de la gravedad y la frecuencia de sus dolores de cabeza, el tratamiento puede incluir una terapia hormonal menopáusica continua o una de estas opciones no hormonales:

• Cambios en el estilo de vida, solos o combinados con un tratamiento sin receta como las isoflavonas
• Antidepresivos como la venlafaxina fluoxetina y paroxetina
• Gabapentina (un medicamento típicamente utilizado para tratar la epilepsia, el dolor neuropático y los sofocos)

La histerectomía y/o la extirpación de los ovarios pueden realmente aumentar la frecuencia de las migrañas y los síntomas de la menopausia.

«Con todos los avances en la comprensión de cómo afectan los dolores de cabeza a las mujeres en las distintas fases de su vida, y cómo tratarlos, creo que podemos ayudar a muchas mujeres a sobrellevar las molestias, o incluso el dolor paralizante, que provocan los dolores de cabeza y las migrañas», aconseja el Dr. Rettig. «Es fundamental colaborar estrechamente con el médico a la hora de abordar estos problemas.»