Antecedentes: El diagnóstico temprano y la predicción de la lesión cerebral traumática (LCT) es esencial para determinar las estrategias de tratamiento y asignar recursos. Este estudio evaluó la precisión predictiva de los componentes verbales, motores y oculares de la Escala de Coma de Glasgow (GCS) por sí solos, o además del tamaño de la pupila y la reactividad, para el TBI.
Métodos: Se realizó un análisis de cohorte retrospectivo de los datos de 51 425 pacientes con lesiones graves registrados en el Registro de Trauma de la Sociedad Alemana de Cirugía de Trauma desde 1993 hasta 2009. Sólo se incluyeron los pacientes ingresados directamente que estaban vivos en el momento del ingreso y con datos completos sobre la GCS, el tamaño de la pupila y la reactividad de la pupila. Las funciones predictivas no ajustadas de los componentes de la GCS y los parámetros de la pupila, solos o en combinación, se modelaron mediante análisis del área bajo la curva de características operativas del receptor (AUROC) y regresión logística multivariable con respecto a la presencia de TBI y muerte.
Resultados: Unos 24 115 pacientes cumplieron los criterios de inclusión del estudio. La mejor precisión para la predicción del resultado se encontró para la reactividad de la pupila (AUROC 0,770, intervalo de confianza del 95 por ciento 0,761 a 0,779) y el componente motor de la GCS (AUROC 0,797, 0,788 a 0,805), con menos precisión para los componentes oculares y verbales de la GCS. La combinación de la reactividad pupilar y el componente motor de la GCS (AUROC 0,822, 0,814 a 0,830) superó la precisión predictiva de la GCS sola (AUROC 0,808, 0,800 a 0,815). La reactividad y el tamaño de las pupilas estaban significativamente correlacionados (r(s) = 0,56, P < 0,001). Los pacientes que mostraban tanto pupilas desiguales como pupilas fijas eran los más propensos a sufrir una LCT (95,1% de los 283 pacientes). Se documentó un buen resultado (puntuación de la Escala de Resultados de Glasgow de 4 o más) para sólo 1929 pacientes (8,0 por ciento) que mostraban pupilas fijas y bilaterales dilatadas.
Conclusión: La mejor precisión predictiva de la presencia de TBI se obtuvo utilizando los componentes de la GCS. La reactividad de las pupilas junto con el componente motor de la GCS fueron los que mejor predijeron la muerte.