El pelo es una de las características que definen a los mamíferos. En los humanos, el pelo puede ser del cuero cabelludo, del rostro, del pecho, del pubis y de las axilas, además de otros lugares. Los hombres suelen tener pelo en más lugares que las mujeres. El pelo no tiene en sí mismo ningún valor sexual intrínseco, salvo los atributos que le otorgan los individuos en un contexto cultural. Algunas culturas son ambivalentes en relación con el vello corporal, ya que algunos se consideran atractivos mientras que otros se consideran antiestéticos. Muchas culturas consideran que el vello de la mujer es erótico. Por ejemplo, muchas mujeres islámicas se cubren el pelo en público y lo muestran sólo a su familia y amigos cercanos. Del mismo modo, muchas mujeres judías se cubren el pelo después de casarse. Durante la Edad Media, se esperaba que las mujeres europeas se cubrieran el pelo después de casarse, y según el Nuevo Testamento, una mujer cristiana debe cubrirse la cabeza mientras está en una iglesia o rezando.
Incluso en las culturas en las que las mujeres no suelen cubrirse el pelo, se reconoce el significado erótico del cabello. Algunos estilos de cabello se asocian culturalmente con un género en particular, asociándose los estilos de cabello corto y la calvicie con los hombres y los estilos de cabello largo con las mujeres y las niñas, aunque hay muchas excepciones, como los hombres gaélicos irlandeses, y también representaciones de hombres en el arte a lo largo de la historia, siendo probablemente el ejemplo más notable el de Jesucristo. En el caso de las mujeres especialmente, el pelo de la cabeza se ha presentado en el arte y la literatura como un rasgo de belleza, vanidad y erotismo. El cabello tiene un papel muy importante en los cánones de belleza de las distintas regiones del mundo, y un cabello sano y peinado tiene dos funciones importantes, la belleza y la moda. En esas culturas, se dedica mucho tiempo y dinero a la presentación atractiva del cabello y, en algunos casos, a la eliminación del vello culturalmente no deseado. En la cultura india, las mujeres están estrictamente obligadas a dejarse crecer el pelo, y cortarlo se considera un signo de falta de respeto a su sociedad. También se obliga a las mujeres a atarse el pelo en gruesas y largas trenzas, para evitar que el pelo estorbe a los demás.
El fetichismo del pelo se manifiesta en una variedad de comportamientos. Un fetichista puede disfrutar viendo o tocando el pelo, tirando o cortando el pelo de otra persona. Además de disfrutar, pueden excitarse sexualmente con estas actividades. También puede describirse como una obsesión, como en el caso del lavado del pelo o el temor a perderlo. La excitación por el pelo de la cabeza puede surgir al ver o tocar el pelo muy largo o corto, el pelo mojado, un determinado color de pelo o un peinado concreto. Otros pueden encontrar la atracción de «tener sexo con el pelo de alguien» literalmente como una fantasía o fetiche. El fetiche afecta tanto a hombres como a mujeres.
Algunas personas sienten placer cuando les cortan o arreglan el pelo. Esto se debe a que producen endorfinas que les proporcionan una sensación similar a la de un masaje en la cabeza, una risa o una caricia. Por otro lado, muchas personas sienten cierto nivel de ansiedad cuando se les corta el pelo de la cabeza. Sigmund Freud afirmó que el corte del pelo largo de la mujer por parte de los hombres puede representar un miedo y/o un concepto de castración, lo que significa que el pelo largo de la mujer representa un pene figurado y que al cortarle el pelo el hombre puede sentir el dominio como castrador, no como castrado (mientras que paradójicamente también se tranquiliza por el hecho de que el pelo volverá a crecer).
La tricofilia puede presentarse con diferentes fuentes de excitación, siendo la más común, pero no la única, el pelo de la cabeza humana. La tricofilia también puede afectar al vello facial, al vello del pecho, al vello púbico, al vello de las axilas y al pelo de los animales. La excitación puede provenir de la textura, el color, el peinado y la longitud del pelo. Entre las variantes más comunes de esta parafilia están la excitación por el pelo largo y el pelo corto, la excitación del pelo rubio (fetichismo de las rubias) y del pelo rojo (fetichismo de las pelirrojas) y la excitación de las diferentes texturas del pelo (liso, rizado, ondulado, etc.). La tricofilia puede referirse a la excitación que provoca arrancar o tirar del pelo o del vello corporal.
El fetichismo del pelo proviene de una fascinación natural por la especie sobre la admiración del pelaje, ya que su textura proporciona sensaciones placenteras. Un bebé desarrolla este tipo de placer al sentir el pelo en su vida temprana, manifestándose como un comportamiento agresivo que le llevará a tirar del pelo de las personas con las que interactúa. La tricofilia se considera una parafilia que suele ser inofensiva.