Historia Digital

Versión imprimible

El republicanismo Anterior Siguiente
Historia Digital ID 3236

Cuando le preguntaron qué tipo de gobierno había creado la Convención Constitucional, Benjamín Franklin respondió: «Una república, si se puede mantener.» El artículo IV, sección 4, de la Constitución contiene una disposición que no puede ser modificada y que comienza así: «Los Estados Unidos garantizarán a todos los estados de la Unión una forma de gobierno republicana».

En la actualidad, la palabra «republicano» se refiere a uno de los dos principales partidos políticos de Estados Unidos. A finales del siglo XVIII, la palabra se refería a los principios y prácticas apropiados para un gobierno en el que la autoridad última reside en el pueblo y en el que los funcionarios y representantes elegidos son responsables ante el pueblo y deben gobernar de acuerdo con la ley.

Pero el republicanismo implicaba algo más que la eliminación de un rey y la institución de un gobierno representativo. También implicaba una crítica a la sociedad monárquica. Una sociedad republicana debía ser una sociedad libre de las corrupciones, las pretensiones y la rígida estratificación de clases que había en Europa. Las sociedades monárquicas mantenían su autoridad a través de los privilegios hereditarios, el mecenazgo, los ejércitos permanentes y el estamento religioso. Una sociedad verdaderamente republicana, en cambio, dependía de la independencia y la virtud moral de sus ciudadanos.

En la época de la Revolución Americana, las únicas repúblicas del mundo eran diminutas: las ciudades-estado de Italia y Suiza y los Países Bajos. Las repúblicas más grandes, como la de Inglaterra a mediados del siglo XVII, se habían hundido en la dictadura. Uno de los objetivos de James Madison al idear la Constitución de Estados Unidos era crear una república que perdurara a pesar de su gran tamaño y que no tuviera que depender enteramente de la virtud de los dirigentes del país. En los Documentos Federalistas, argumentó que en una república grande, los intereses diversos y conflictivos se equilibrarían y neutralizarían entre sí.

El objetivo de la Constitución era crear un sistema de gobierno que controlara el ansia de poder de los hombres y salvaguardara la libertad individual. Para evitar la concentración de poder, los creadores establecieron un sistema de controles y equilibrios. La autoridad se dividió entre el gobierno federal y los estados y se dividió además entre las tres ramas del gobierno federal.

Los artífices de la Constitución esperaban debilitar la base de la sociedad monárquica. Querían eliminar las formas de corrupción, como el nepotismo y la ocupación de múltiples cargos públicos, que caracterizaban al gobierno británico.

Previous Next

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.