El canto del cisne de Roy Batty, que habla de acorazados en las costas de Orión, etc., termina con «…como lágrimas, en la lluvia». Cierra con una paloma revoloteando de su mano en el momento de la muerte. (Tomado de las convenciones de las películas rusas de principios del siglo XX, en las que un héroe poderoso libera contraintuitivamente, en lugar de aplastar, el pájaro que sostiene en su agonía). Vs. el momento de la canción en Ilíada 2.484-493, donde el narrador invoca a las musas para que le cuenten lo que han visto y oído; no puede contarlo por sí mismo, ya que no ha vivido la experiencia. También en la Ilíada 16.855-857, la psukhê de Patroklos revolotea hacia el Hades en el momento de su agonía; igualmente en 22.344-375, cuando la psukhê de Hektor revolotea (versos 361-363). Obsérvese que Aquiles mata a Hektor después de que se da cuenta de un detalle de su enemigo mortal, produciendo un «flashback» (22.311-336); contrasta con el «flashback» experimentado por RoyBatty justo antes de su canto de cisne «Si pudieras ver…». Entonces, quizá podríamos elegir un momento más de Bladerunner: «Esto es sólo una prueba…». Leon, el replicante, está siendo sometido a una prueba de empatía con diversos tipos de agonía experimentada por los animales; la prueba llega a su punto álgido con la pregunta del interrogador sobre su madre. Él responde: «¡Le hablaré de mi madre!» Los latidos del corazón del replicante, cuyo sonido insistente se vuelve cada vez más opresivo para nosotros, los espectadores, coinciden con la creciente agonía del animal descrito; y corresponde a una extraña escala de afectos que identifica tanto al replicante como al torturador de replicantes (¿también del animal?). Vs. el momento de la canción en Ilíada 9.574-596, donde el héroe Meleagros experimenta inadvertidamente su propia escala ascendente de afectos, culminada por la canción de lamento de su propia esposa Cleopatra, profetizando la agonía inminente y el holocausto de toda una comunidad.