Comenzando por la Bratwurst…
En primer lugar, empecemos a buscar los orígenes de la Bratwurst. Se trata de una salchicha encontrada en Nuremberg en el año 1300 y que forma parte de la cocina alemana desde hace mucho tiempo. Suele presentarse en tres variantes: cerdo, ternera, & y cada una de ellas tiene su propio valor.
La belleza de esta salchicha radica en su flexibilidad. Por ejemplo, se puede utilizar de muchas maneras diferentes. Incluso en Alemania hay más de 40 métodos de preparación de la Bratwurst.
Cada cocinero/carnicero tiene su propio enfoque meticuloso para maximizar el sabor, el aroma y, en última instancia, el valor de esta salchicha.
La Bratwurst es bien conocida por ser gruesa y larga (con una media de 15-20 cm), lo que la convierte en una parte importante de cualquier comida. Además, la Bratwurst es jugosa pero de textura gruesa. Sin embargo, tiene un cierto equilibrio que es difícil de encontrar en cualquier otra salchicha. Por encima de todo, la Bratwurst añade una verdadera textura a cualquier comida que acompañe.
En otras partes del mundo, como los Estados Unidos, la bratwurst puede verse a menudo en los estadios de béisbol. Las salchichas llegaron con los primeros inmigrantes alemanes y han seguido siendo un pilar fundamental.