El estrés – la mera palabra puede hacer que cualquiera se acobarde y se sienta al límite. El estrés es la forma en que el cuerpo reacciona a cualquier tipo de demanda, amenaza o cambio que se experimenta. Suele asociarse a una sensación de agobio. Es importante tener en cuenta que el estrés no es un concepto de «talla única». Lo que estresa a una persona puede no molestar a la siguiente en función de la forma en que percibe el factor estresante. Por eso es importante entender las causas y los efectos del estrés, así como la forma de identificar sus propios factores de estrés y las maneras de gestionar adecuadamente su estrés.
Una amplia variedad de condiciones, situaciones y presiones pueden causar estrés a cualquier persona en un momento dado. Estas situaciones y presiones que causan estrés se conocen como «estresores». Los estresores pueden provenir de factores externos y/o internos, como los que se indican a continuación:
Estresores internos comunes:
- – Preocupación crónica
- – Pesimismo
- – Autoconversación negativa
- – Expectativas poco realistas/Perfeccionismo
- – Pensamiento rígido, falta de flexibilidad
- – Actitud de todo o nada
Estresores externos comunes:
- – Cambios importantes en la vida
- – Trabajo o escuela
- – Dificultades en las relaciones
- – Problemas financieros
- – Hijos y familia
El concepto erróneo común del público es etiquetar el estrés como algo malo, pero en realidad, el estrés puede ser muy saludable. Cuando el cuerpo experimenta un factor estresante, su respuesta de lucha o huida se pone en marcha como una forma de protegerse manteniéndose concentrado, enérgico y alerta. Los estudios han demostrado que una cantidad saludable de estrés manejable puede conducir a un mayor funcionamiento del cerebro, un sistema inmunológico reforzado y una mejor preparación para futuras situaciones de estrés, lo que puede afectar positivamente a la salud emocional con su trabajo y la vida familiar.
Sin embargo, cuando el estrés crónico no se gestiona adecuadamente, puede causar graves efectos en la salud, como el aumento de la presión arterial, la supresión del sistema inmunológico, un mayor riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrales y una mayor probabilidad de experimentar algún tipo de problemas de salud mental o emocional. Los síntomas del estrés pueden experimentarse mental, física, emocional y conductualmente. Realice una rápida evaluación del estrés consultando el siguiente cuadro. Cuantos más síntomas sea capaz de identificar, más riesgo tendrá de experimentar una posible sobrecarga de estrés.
Si se encuentra experimentando varios de los síntomas anteriores y siente que el estrés en su vida es abrumador, es hora de retomar el control. El primer paso para controlar el estrés es reconocer las señales de advertencia e identificar los factores de estrés en su vida. Tomar el control total de su gestión del estrés requerirá que cambie la situación estresante cuando pueda e influya en su reacción a la situación cuando no pueda.
En Verve Health, promovemos técnicas integradoras de gestión del estrés que coinciden con las técnicas identificadas por el Instituto Nacional de Salud Mental. Estas incluyen:
- – Hacer ejercicio regularmente y adoptar un estilo de vida saludable
- – Explorar programas de afrontamiento del estrés, que pueden incorporar meditación, yoga, tai chi u otros ejercicios suaves.
- – Comprometerse socialmente
- – Evitar los factores de estrés innecesarios estableciendo prioridades y aprendiendo a decir «no» a las tareas
- – Cambiar las situaciones, adaptándose o aceptando las cosas que no puede cambiar
- – Haciendo tiempo para las cosas que le gustan y ayudándole a relajarse
Por favor, busque ayuda de un proveedor de atención de salud mental cualificado si se siente abrumado, siente que no puede hacer frente a la situación, tiene pensamientos suicidas o está usando drogas o alcohol para afrontarla.