Un vídeo que está circulando por las redes sociales parece mostrar a una serpiente sin cabeza que sigue moviéndose por una playa, buscando al hombre que la está grabando y agitando con una raqueta de tenis.
El usuario anónimo especuló con que la serpiente había sido arrojada a la playa por un pájaro, tras haberle arrancado la cabeza y otro trozo de su costado.
Afirma que encontró la serpiente mientras daba un paseo con su perro.
«Creo que fue un pájaro el que lo hizo», escribió en Reddit. «También hay algunas aves de rapiña en la zona».
Aunque no descartamos que se trate de un ingenioso CGI, es posible que las imágenes sean auténticas.
«Las serpientes en general son bien conocidas por conservar los reflejos después de la muerte», dijo Steven Beaupré, profesor de biología de la Universidad de Arkansas a Live Science después de que un chef en China fuera mordido y asesinado por la cabeza de una serpiente muerta en 2014. «Estos espeluznantes movimientos post-mortem son alimentados por los iones, o partículas cargadas eléctricamente, que permanecen en las células nerviosas de una serpiente durante varias horas después de su muerte. Cuando se estimula el nervio de una serpiente recién muerta, los canales del nervio se abren, permitiendo el paso de los iones. Esto crea un impulso eléctrico que permite al músculo llevar a cabo una acción refleja, como una mordida»
Los animales de sangre fría no necesitan generar su propio calor, obteniéndolo de fuentes externas. Esto significa que sus necesidades de oxígeno son menores y pueden seguir moviéndose por reflejo durante algún tiempo después de la muerte.
«En el momento en que la serpiente ha perdido la cabeza, está muerta y las funciones corporales básicas han cesado, pero todavía hay alguna acción refleja. En otras palabras, las serpientes tienen la capacidad de provocar mordeduras e inyectar veneno incluso después de que la cabeza haya sido cortada, aunque esté muerta.»
También es posible que la serpiente del vídeo aún tuviera parte de su cerebro tras el ataque del ave, como le ocurrió a Mike, el pollo sin cabeza, que siguió viviendo durante 18 meses a pesar del intento fallido de un granjero de cortarle la cabeza. La casi decapitación le quitó la mayor parte de la cabeza, pero parte del cerebro sobrevivió. El desafortunado pájaro pudo mantenerse con vida al ser alimentado a través de un agujero con una jeringa tras el fallido intento de decapitación.