Descripción
Una mujer de 71 años fue trasladada en ambulancia al servicio de urgencias con disminución de la conciencia. Los paramédicos observaron una leve caída hemifacial izquierda. En la evaluación inicial, la paciente estaba desorientada pero tenía una puntuación de coma de Glasgow de 15/15. La exploración neurológica reveló una debilidad de la neurona motora superior de la cara izquierda, con tono, potencia, reflejos y sensibilidad normales en todas las extremidades.
Se realizó un TAC urgente de la cabeza (figura 1). El radiólogo observó una baja atenuación de la sustancia blanca profunda bifrontal. Una historia colateral del médico de cabecera del paciente reveló un historial de leucotomías estereotácticas frontales bilaterales en 1969, por esquizofrenia grave. El examen de la ventana ósea reveló una deformidad ósea crónica en el lugar de una craneotomía frontal previa (figura 2).
Tomografía axial computarizada que muestra áreas bilaterales de baja atenuación en la corteza frontal/prefrontal.
Tomografía computarizada axial (ventana ósea) que muestra una antigua craneotomía del lado derecho.
Su aguda presentación en el hospital se atribuyó finalmente a una infección del tracto urinario, que fue tratada con éxito con terapia antibiótica.
La lobotomía frontal (más conocida en el Reino Unido como «leucotomía prefrontal») es un procedimiento extinto. Históricamente se realizaba en casos de enfermedades psiquiátricas intratables.1 El objetivo era interrumpir los tractos largos de la corteza prefrontal mediante un traumatismo mecánico contundente. Aunque el procedimiento generó una controversia mundial, su inventor, el Dr. Egas Moniz, recibió un Premio Nobel por su trabajo. En la década de 1960 fue sustituida gradualmente por los nuevos medicamentos antipsicóticos.2 Aunque algunos procedimientos psicoquirúrgicos siguen realizándose raramente en la actualidad, la lobotomía frontal ha pasado a la historia.
Aunque ya no se practica, las secuelas de la lobotomía frontal pueden observarse hoy en día en pacientes psiquiátricos de edad avanzada. Las características áreas bilaterales de baja atenuación que se observan en la TC deben diferenciarse del infarto cerebral y de las secuelas de antiguas contusiones.3
Puntos de aprendizaje
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Aunque se trata de un procedimiento histórico, los efectos de las lobotomías frontales pueden seguir encontrándose en pacientes psiquiátricos de edad avanzada.
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Si la información es limitada, debe considerarse una intervención psicoquirúrgica previa en los casos de áreas bifrontales de baja atenuación en la TC.