«Le recomiendo que empiece a medicar a su hijo para el TDAH», dice el médico. Esas son palabras alarmantes para la mayoría de los padres. La decisión de medicarlo les hace retorcerse las manos, escudriñar su alma y perder el sueño. Muchos padres se preocupan por el efecto en el cerebro de su hijo, así como por los desagradables efectos secundarios de la medicación para el TDAH que puedan experimentar. Así que esperan, a veces años, antes de decir que sí.
Por otro lado, la vida con el trastorno por déficit de atención (TDAH o ADD) puede ser tan perturbadora para el niño y los padres que a veces es un alivio cuando el médico sugiere la medicación. «¡Por fin», dicen los padres, «una solución a los comportamientos difíciles! Se acabaron los saltos en el sofá. No más carreras por el aula metiéndose en problemas».
Cuando mi hija era una niña de preescolar, le rogué al médico que le recetara algo – cualquier cosa – para mantenerla controlada y segura. Le dieron Dexedrina y, por primera vez en su vida, se sentó y jugó durante horas. Pero había nuevos problemas que gestionar: los efectos secundarios.
«Los más comunes son la supresión del apetito, el dolor de cabeza, la sequedad de boca y el insomnio, especialmente cuando el niño empieza a tomar la medicación», dice el doctor Terry Dickson, pediatra y fundador y director de The Behavioral Medicine Clinic of NW Michigan, en Traverse City.
¿Qué deben hacer los padres? «La regla general es esperar», explica Dickson. «La mayoría de los efectos secundarios disminuyen con el tiempo. Cuando hay un pequeño problema con un medicamento, hay que decidir qué es mejor: ¿vivir con un efecto secundario durante un tiempo o con la incapacidad del niño para concentrarse?»
Aquí están los efectos secundarios más comunes, junto con las recomendaciones de Dickson para afrontarlos.
Poco apetito/pérdida de peso/malestar
«Cuando un niño empieza a tomar la medicación, puede haber una pérdida de peso de una a tres libras en el primer mes», dice Dickson. «Sin embargo, es habitual que el niño recupere el peso en los tres meses siguientes».
- Siga el horario de su hijo, no el de la familia. Si está hambriento a las 3 de la tarde, déle una cena temprana.
- Haga la comida más abundante de su hijo cuando tenga más hambre – antes de que la medicación para el TDAH haga efecto o después de que se le pase.
- Ofrezca un desayuno abundante cargado de proteínas y carbohidratos complejos, que proporcionan energía a largo plazo. Esto hará que su hijo empiece con buen pie y se mantenga en marcha.
- Ofrezca pequeños tentempiés saludables a lo largo del día. Los niños pequeños a menudo no pueden identificar la sensación de hambre, pero pueden exteriorizarla con irritabilidad. Disponga de una zona especial en la cocina para los tentempiés saludables, y mantenga una cesta de tentempiés en su habitación.
- Para evitar el malestar estomacal, haga que su hijo tome su medicación con comida o leche. Sin embargo, si los efectos secundarios son muy preocupantes, debe consultar con su médico.
Dormir mal
- Apagar todos los aparatos electrónicos (TV, iPod, juegos de ordenador) una hora antes de acostarse.
- Inicie una rutina para la hora de acostarse que no cambie: baño relajante, merienda ligera, hora del cuento, acurrucarse, apagar las luces.
- Considere la posibilidad de utilizar una máquina de ruido blanco o de poner música suave en la habitación de su hijo para que se ponga a dormir.
- Pregunte a su hijo qué le ayudaría a tranquilizarse. ¿Un peluche? ¿Un rato en una mecedora antes de acostarse? Piense en lo que le tranquiliza durante el día y utilícelo a la hora de acostarse.
- En los casos graves, puede estar justificada más medicación. Hable con el médico de su hijo sobre la posibilidad de cambiar las dosis, los tipos de medicamentos o de añadir otra medicación para ayudarle a dormir.
Irritabilidad y cambios de humor
«La irritabilidad mientras se toma la medicación puede ser un efecto secundario del fármaco o un signo de que el niño puede tener otro trastorno», dice Dickson.
- Cuando el efecto de la medicación desaparece, algunos niños «rebotan» con irritabilidad y un empeoramiento de los síntomas del TDAH. Algunos médicos sugieren dar una segunda dosis, más pequeña, antes de que desaparezca la primera. Nunca intente esto sin supervisión médica.
- La irritabilidad puede ser un efecto secundario de la falta de apetito y sueño. Ofrezca tentempiés a lo largo del día y trabaje en una buena higiene del sueño.
- Esté atento a un aumento de la ansiedad mientras toma estimulantes, especialmente en niños con un trastorno de ansiedad subyacente. Discuta con su médico un cambio de medicación o la adición de un segundo medicamento para tratar la ansiedad.
- Compruebe si hay otras reacciones relacionadas con el estado de ánimo, como un aumento de la hiperactividad, arrebatos emocionales, pesadillas o poco sueño. Es posible que tenga un trastorno subyacente del estado de ánimo.
Dolores de cabeza
Aunque algunos niños se quejan de dolores de cabeza al empezar a tomar la medicación, el problema suele resolverse con el tiempo.
- «Dar Tylenol o Motrin es adecuado», dice Dickson.
- Si los dolores de cabeza persisten, comente el problema con su médico. Puede cambiar la dosis.
Boca seca
Suele ser un efecto secundario temporal.
- Haga que su hijo lleve una botella de agua en su mochila o cuando salga a jugar.
- Déle caramelos duros sin azúcar para que los chupe o chicles sin azúcar para que los mastique.
- Ofrézcale polos de hielo en casa cuando persista la sequedad de boca.
Actualizado el 30 de diciembre de 2019