¿Por qué los perros no pueden comer huesos cocidos?
Los huesos cocidos, incluidos los restos de huesos de su plato, sin importar si están horneados, hervidos, al vapor, fritos o ahumados, son peligrosos para nuestros perros por varias razones. A medida que los huesos se cocinan, el college y los nutrientes se desprenden del hueso, dejando un hueso que era algo blando y flexible ahora quebradizo. Si un perro ansioso mastica un hueso cocido, es fácil que se astille en trozos irregulares. Estas astillas dentadas pueden convertirse no sólo en un peligro de asfixia, sino que también pueden causar graves daños internos si se tragan, incluyendo:
- Dientes rotos
- Las lesiones bucales, como las astillas de hueso que atraviesan su lengua y encías
- Obstrucciones causadas por los trozos del hueso que se atascan el esófago, la tráquea o los intestinos
- Los fragmentos de hueso pueden causar estreñimiento
- Sangrado interno si los fragmentos perforan los órganos internos
- Peritonitis – una infección bacteriana en el abdomen que puede ocurrir cuando los fragmentos de hueso perforan el estómago o los intestinos
- Pancreatitis por el alto contenido de grasa
Radiografía de un muslo de pollo en el estómago de un Teckel de cinco años
¿Qué hago si mi perro se come un hueso cocido?
No te asustes si tu perrito ha puesto sus patas en un hueso cocido. En primer lugar, comprueba si muestra alguno de estos signos:
- Asfixia o tos
- Vómitos
- Alargo
- Esfuerzo para defecar
- Sed excesiva
- Lamerse los labios
- Paseo ansioso
- No puede sentarse cómodamente
Si su perro muestra alguno de estos signos puede indicar una lesión del hueso cocido. La probabilidad de sufrir una lesión también depende del tamaño y la forma del hueso ingerido. Si su mascota ingiere un hueso cocido, se recomienda buscar tratamiento veterinario inmediatamente.
Es importante que preste mucha atención a su perro durante los días siguientes para asegurarse de que el hueso pasa. Si el hueso no pasa y su perro parece tener dificultad para defecar o hay sangre en sus heces, o su estómago parece estar hinchado, o vomita, o parece ansioso, visite a su veterinario inmediatamente.
Un hueso de costilla cocido y un tapón de botella extraídos del estómago de un Bull Terrier de 15 semanas después de ser ingeridos
¿Qué huesos puedo darle a mi perro?
Si decide darle huesos a su perro, cíñase siempre a los huesos crudos. Los huesos crudos actúan como una especie de cepillo de dientes eliminando el sarro y la placa, manteniendo sus dientes limpios. También son excelentes para combatir el aburrimiento, ya que proporcionan una estimulación mental y física. Aunque son más seguros que los huesos cocinados, tenga en cuenta sus factores de riesgo.
Sin embargo, hay ciertos huesos crudos que debe evitar alimentar a su perro. Estos incluyen:
- Cualquier hueso cubierto de grandes cantidades de grasa
- Huesos de cerdo ya que se astillan y agrietan fácilmente
- Huesos de costilla ya que al ser de pequeño tamaño son más fácilmente capaces de agrietarse y causar una obstrucción
- Huesos más pequeños que la boca de su cachorro ya que pueden ser un peligro de asfixia – especialmente los muslos de pavo y pollo que pueden alojarse fácilmente en sus vías respiratorias y causar la muerte
Siempre dé a los perros huesos crudos, nunca cocidos
Antes de dar a tu perro un hueso crudo siempre es mejor que compruebes con tu veterinario que la alimentación con huesos es adecuada. Algunas razas de perros no pueden o tienen dificultades para masticar los huesos. Esto ocurre sobre todo en las razas braquicéfalas, como los bóxers, los bulldogs, los pugs y los shih tzus, que tienen una estructura de mandíbula diferente y unos dientes más blandos que les impiden comer huesos crudos. Los perros con mandíbulas deformadas, enfermedades dentales e incluso algunos perros de edad avanzada también pueden tener dificultades para masticar.
Siguen existiendo riesgos con los huesos crudos, como que pueden ser portadores de bacterias, pueden estropearse en pocos días y también ser un posible peligro de asfixia. Pero siguiendo estos consejos reducirás los riesgos para tu perro:
- Siempre supervisa la alimentación con huesos
- No le des huesos cocidos
- Siempre descongela los huesos congelados antes de dárselos a tu perro, ya que es más probable que se rompa los dientes con los huesos congelados
- Almacena y manipula los huesos crudos de forma segura para reducir el riesgo de contaminación bacteriana
- Asegúrese de que es lo suficientemente grande como para que su perro no pueda meterse todo el hueso en la boca
- Al igual que con todas las golosinas, no le dé huesos cuando su perro esté hambriento, ya que puede masticar demasiado fuerte y lesionarse la boca o intentar tragárselo
- Dé siempre huesos frescos y no deje los huesos fuera durante mucho tiempo, especialmente en los días calurosos, donde el hueso puede pudrirse
- No permita que su perro entierre el hueso, ya que se desarrollan bacterias que pueden causar infecciones en caso de que sea desenterrado y masticado
- Como máximo, dé uno o dos huesos a la semana, ya que demasiados huesos crudos pueden provocar estreñimiento
- Evite dar huesos a los perros que han tenido un trabajo dental o son propensos a los problemas de estómago/pancreatitis
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Hay otras alternativas seguras a los huesos crudos que puede dar a su perro, como las golosinas dentales y los juguetes para masticar. Antes de dar huesos, te recomendamos que hables con tu veterinario.
Las golosinas dentales y los juguetes para masticar como los kongs son una gran alternativa a los huesos crudos