Las queratodermas plantares pueden surgir debido a una variedad de mutaciones heredadas genéticamente. La necesidad de distinguir entre los diferentes trastornos de queratodermia plantar es cada vez más evidente porque hay pruebas de que no responden de forma idéntica al tratamiento. El diagnóstico puede verse facilitado por la observación de otras manifestaciones clínicas, como la queratodermia palmar, la hiperqueratosis más generalizada de la epidermis, las distrofias del cabello y las uñas, o la eritrodermia. Sin embargo, son frecuentes los casos de queratodermia plantar que se presentan de forma aislada. Esta revisión se centra en el raro trastorno queratínico autosómico dominante paquioniquia congénita, que se presenta con una queratodermia plantar especialmente dolorosa para la que no existe un tratamiento específico. Por lo general, los pacientes se recortan/reparan/afilan sus callos y se liman/afilan/recortan las uñas con regularidad. Los agentes tópicos, incluidos los queratolíticos (p. ej., ácido salicílico, urea) y las cremas hidratantes, pueden proporcionar un beneficio limitado al suavizar la piel. En algunos pacientes, los retinoides ayudan a adelgazar las callosidades, pero pueden provocar un aumento del dolor. Este hallazgo ha estimulado la búsqueda de opciones de tratamiento alternativas, desde la terapia génica hasta los métodos no genéticos alternativos que se centran en los nuevos descubrimientos sobre la patogénesis de la paquioniquia congénita y la función de los genes subyacentes.