Samuel Langhorne Clemens, nacido el 30 de noviembre de 1835, comenzó su vida como un niño típico, pero cuando la familia se trasladó del pequeño pueblo de Florida, Missouri, a Hannibal, Missouri, cuando Sam tenía sólo cuatro años, comenzó una infancia de aventuras y gran imaginación. Muchas de las obras literarias de este hombre, que se convirtió en Mark Twain unos veinte años más tarde, se basaron en los primeros años de vida de Mark Twain.
La infancia de Mark Twain transcurrió corriendo con un grupo de chicos que se dedicaban a hacer travesuras y payasadas propias del entorno de actividad en el que vivían. Al vivir en el río Misisipi, el joven Twain conoció los barcos de vapor, que subían y bajaban constantemente por el caudaloso río. Muy pronto, Twain decidió que se convertiría en piloto de uno de los enormes barcos que llegó a amar.
El padre de Twain murió cuando el niño tenía sólo doce años, dejando a la familia en apuros económicos. Él y sus otros hermanos tuvieron que empezar a trabajar a una edad temprana sólo para cubrir las necesidades básicas de la familia. A los dieciséis años, Twain dejó la escuela para trabajar a tiempo completo como aprendiz de imprenta en Hannibal, pero a los pocos años ya viajaba por la Costa Este como impresor independiente. Aunque la imprenta es la razón inicial por la que Twain se interesó por la escritura, el río permaneció en su corazón. Regresó a Missouri en 1857 para convertirse en aprendiz de piloto de barcos de vapor, una ocupación de corta duración que constituiría la base de muchas de sus posteriores novelas más vendidas, y el origen de su famoso seudónimo, Mark Twain, que significa «doce pies o dos brazas» de profundidad en referencia al nivel de agua apropiado para llevar un barco.
Aunque Mark Twain nunca recibió una educación formal tal y como se conoce hoy en día, recibió clases particulares en casa de su madre y asistió ocasionalmente a una escuela en Hannibal. No obstante, Twain se educó a sí mismo a través de la lectura en las bibliotecas locales donde vivía, y aprendiendo de otros.
La mayor parte de lo que se sabe sobre la infancia y los primeros años de vida de Mark Twain proviene de cosas que él mismo escribió. En su Autobiografía de Mark Twain Volumen I, escribe: «…la vida de un muchacho no es todo comedia; mucho de lo trágico entra en ella». Twain fue testigo de la muerte a una edad temprana a través del asesinato de un hombre en la calle y del asesinato de un esclavo por parte de un capataz, ambos ocurridos antes de cumplir los diez años, además de la muerte de su propio padre.
En el mismo relato de su vida, Twain se observa a sí mismo desde la perspectiva de su madre: «Mi madre tuvo bastantes problemas conmigo, pero creo que lo disfrutó». Como se puede comprobar a través de las aventuras y desventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Fin, así como de otras, la joven vida de Twain estuvo llena de entretenimiento. Comparte con el lector que su infancia también estuvo llena de bromas, vergüenzas e incluso rivalidad entre hermanos.
La familia del joven Mark Twain no disponía de riqueza económica ni siquiera de un fuerte vínculo familiar debido a que su padre solía rehuirlo, pero Twain siempre encontró la forma de divertirse y de superar obstáculos que podrían haber deprimido a otros jóvenes.