Mastoidectomía
Situado detrás de la oreja, el hueso mastoideo se conecta al oído medio y contiene muchos espacios llenos de aire cuando está sano. Las infecciones de oído o las enfermedades en el oído o en otros lugares pueden hacer que esos espacios se llenen de líquido, mucosidad o exceso de tejido (como un colesteatoma, un tumor benigno que puede crecer a partir de un tímpano perforado en proceso de cicatrización y causar daños auditivos).
Cuando los medicamentos y otros tratamientos no quirúrgicos, como los antibióticos o la limpieza profesional, no consiguen resolver el problema, se puede realizar una mastoidectomía -drenaje quirúrgico-.
Las complicaciones de la cirugía son poco frecuentes, pero pueden incluir drenaje del oído, infección, mareos temporales o pérdida del gusto en un lado de la lengua, pérdida de audición y, en raras ocasiones, lesiones nerviosas en el lado de la cara operado.
Miringotomía/timpanoplastia
Se puede recomendar una timpanoplastia para las infecciones crónicas del oído y/o los síntomas de pérdida de audición.
La miringotomía con la inserción de tubos en el oído es un tratamiento opcional para la inflamación del oído medio. Durante una miringotomía, se realiza una incisión en el tímpano, o membrana timpánica. Se aspira el líquido del conducto auditivo y se coloca un pequeño tubo para permitir un futuro drenaje en caso de infección.
La miringotomía es la operación del oído que se realiza con más frecuencia y el segundo procedimiento quirúrgico más común en niños menores de dos años. Se realiza para drenar el líquido del oído, recuperar la audición perdida, aliviar el dolor y prevenir las infecciones. Durante una miringotomía, se realiza una abertura en el tímpano para drenar el exceso de líquido. A continuación, el cirujano puede insertar un tubo que permanecerá en su lugar durante unos meses. Tras la intervención, el drenaje debería detenerse y el orificio en el tímpano debería curarse por sí solo. Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes requiere una segunda intervención.