¿Te llena de rabia cuando alguien habla con la boca llena? Quieres huir cada vez que tu compañero de casa tose? Si ciertos ruidos te vuelven loco mientras nadie más parece darse cuenta, eso no significa que seas un pésimo amigo, cónyuge, compañero de trabajo o familiar. Sin embargo, podría significar que tiene misofonía.
La misofonía puede ser una experiencia aislante. Si tiene misofonía, es posible que evite ciertas situaciones sociales, como comer cerca de otras personas o asistir a almuerzos. Algunas personas con misofonía evitan realizar actividades que les gustan, como ir al cine, por ejemplo, por miedo a encontrarse con desencadenantes sonoros como otros espectadores que comen palomitas. Aunque en algunos casos la misofonía es leve y fácil de controlar, puede llegar a ser tan grave que provoque depresión o interfiera en las relaciones, el trabajo y la vida cotidiana.
Aunque todavía queda mucho por aprender sobre la misofonía, existe un tratamiento disponible para que pueda disfrutar de la vida y no preocuparse por los sonidos molestos. Y, aunque su médico de cabecera nunca haya oído hablar de esta afección, usted no está solo: es mucho más común de lo que uno podría pensar y se estima que se da hasta en un 20% de la población. Es posible que muchos otros no se den cuenta de que tienen misofonía o se avergüencen de esta afección. En otras palabras, es probable que millones de estadounidenses padezcan este trastorno y lo sufran en silencio.
En este post, exploraremos más a fondo la misofonía, responderemos a preguntas frecuentes y veremos las opciones de tratamiento. También estamos encantados de ayudar a proporcionar soluciones de sonido de la mejor manera que sabemos en la Vaca.
¿Cuál es la definición de misofonía?
La misofonía, que significa literalmente «odio al sonido», es una condición que provoca fuertes reacciones emocionales a sonidos específicos. Por ejemplo, una persona con misofonía puede experimentar un intenso enfado casi instantáneo ante el sonido de un miembro de la familia masticando en la mesa. La persona no elige sentirse así, sino que experimenta una reacción involuntaria a un sonido desencadenante específico.
Margaret M. Jastreboff y Pawel J. Jastreboff acuñaron el término misofonía en 2001. La misofonía, junto con una condición conocida como hiperacusia, se considera una condición de disminución de la tolerancia al sonido. La misofonía se denomina a veces síndrome de sensibilidad selectiva al sonido.
Si alguna vez se ha sentido irritado por un ruido concreto, no significa necesariamente que tenga misofonía. La mayoría de las personas se sienten molestas por ciertos sonidos de vez en cuando. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que sonidos como el de los clavos en una pizarra o el de un taladro eléctrico suelen ser molestos para la mayoría de nosotros. Esto se debe a que estos sonidos entran en la gama de frecuencias en la que nuestros oídos son más sensibles. Por otro lado, las personas con misofonía experimentan una oleada instantánea de emociones negativas como reacción a ruidos comunes y cotidianos. Pueden experimentar síntomas dolorosos de misofonía a diario dependiendo de la fuente.
¿Es real la misofonía?
Si tiene misofonía, puede que se pregunte si es una condición real o algo que puede controlar o hacer desaparecer fácilmente. Aunque la misofonía no se ha estudiado tanto como otras afecciones, es un trastorno real de la sensibilidad al sonido que afecta a la salud mental, emocional y social. Algunas personas experimentan síntomas graves de misofonía que afectan a su vida de forma importante. Por ejemplo, si alguien no puede tolerar el sonido de sus compañeros de trabajo comiendo, puede dejar su trabajo.
¿Cuáles son los desencadenantes habituales de la misofonía?
Las personas con misofonía a menudo experimentan reacciones emocionales ante sonidos ordinarios que otros no parecen notar. Sin embargo, no todos los sonidos afectan a alguien con misofonía todo el tiempo, y en algunos casos, sólo los sonidos creados por ciertas personas desencadenan los síntomas de la misofonía. La misofonía afecta a cada persona de forma diferente. Dicho esto, hay algunos desencadenantes comunes. Los desencadenantes habituales de la misofonía son los sonidos creados por la boca, la nariz o los dedos. Las personas con misofonía no tienen una baja tolerancia a los sonidos que ellos mismos producen. Los desencadenantes pueden ser los siguientes sonidos:
- Masticar
- Hacer sonar los labios
- Crujir
- Hablar con la comida en la boca
- Respirar
- Resoplar
- Soplar
- Toser
- Tosar
- Aclarar la garganta
- Teclear
- Chasquear el bolígrafo
- Tambear sobre la mesa
.
Esta no es una lista completa, ya que hay muchos más desencadenantes potenciales para alguien que experimenta misofonía. La misofonía suele implicar una sensibilidad a los sonidos suaves, lo que significa que no es necesario que los sonidos sean fuertes para provocar los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de la misofonía?
Una persona con misofonía o síndrome de sensibilidad selectiva al sonido experimenta una respuesta de lucha o huida ante sonidos específicos. Como resultado, pueden experimentar cualquiera de los siguientes síntomas, que pueden ir de leves a graves:
- Ansiedad
- Disgusto
- Malestar
- Furia
- Pánico
- Odio
- Miedo
- Malestar emocional
Los individuos con misofonía también pueden sentirse ansiosos al anticipar el encuentro con un desencadenante. Por ejemplo, pueden experimentar ansiedad cuando se acerca la hora de la cena, al saber que tendrán que escuchar a los miembros de la familia masticar.
Típicamente, los síntomas de la misofonía comienzan a manifestarse a una edad temprana, aunque pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Según la Escuela de Medicina de Harvard, los síntomas de la misofonía suelen aparecer alrededor de los 12 años. La misofonía afecta tanto a hombres como a mujeres.
¿Qué causa la misofonía?
Los médicos no saben exactamente qué causa la misofonía, pero creen que se debe a factores tanto psicológicos como físicos. A veces la misofonía se solapa con otras afecciones como:
- Trastornos de ansiedad
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Síndrome de Tourette
El tinnitus, que es la sensación de pitidos o zumbidos en los oídos, suele coexistir con la misofonía. Según la Asociación Americana de Acúfenos, se estima que entre el 4% y el 5% de los pacientes con acúfenos experimentan alguna forma de misofonía.
¿Qué parte del cerebro causa la misofonía?
Otra posible causa de la misofonía tiene que ver con el cerebro. Las personas que padecen misofonía pueden tener estructuras cerebrales diferentes a las de quienes no experimentan el trastorno. Mediante el estudio de escáneres cerebrales, un equipo de investigación de la Universidad de Newcastle descubrió que las personas con misofonía tienen una mayor mielina en su materia gris que las que no la padecen. La mielina es una sustancia grasa que potencia la velocidad de la comunicación eléctrica entre las neuronas, desencadenando una respuesta en diferentes áreas del cerebro y partes del cuerpo.
También encontraron una mayor actividad cerebral en la corteza insular anterior mientras los sujetos escuchaban sonidos desencadenantes. Esta parte del cerebro es responsable del miedo, de los recuerdos a largo plazo y de otras emociones, y podría explicar por qué los individuos con misofonía experimentan una respuesta de huida o lucha cuando escuchan un sonido desencadenante.
Por último, los investigadores encontraron respuestas corporales intensificadas a los desencadenantes, como el aumento del ritmo cardíaco y la sudoración. Esto demuestra el malestar físico real que experimenta una persona con misofonía al escuchar ciertos sonidos.
¿Se puede heredar la misofonía?
Algunos estudios sugieren que la misofonía es hereditaria. Por ejemplo, un estudio publicado en la Revista Brasileña de Otorrinolaringología exploró los síntomas de misofonía en quince miembros de la familia con misofonía. La edad de los sujetos oscilaba entre los 9 y los 73 años. Diez de ellos declararon haber desarrollado los síntomas de misofonía durante la infancia o la adolescencia, y más del 90% dijeron haber experimentado ansiedad en respuesta a los sonidos. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la misofonía puede ser más común de lo que pensamos, y puede ser hereditaria.
¿Es la misofonía una forma de trastorno obsesivo-compulsivo?
La misofonía puede ser común en individuos con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), y muchos expertos están de acuerdo en que la misofonía debería clasificarse dentro de los trastornos relacionados con el TOC en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Sin embargo, los científicos deben realizar más investigaciones para determinar si ésta es la categoría más adecuada para la misofonía. Mientras que muchos individuos que padecen otros trastornos como el TOC experimentan misofonía, otros no tienen ninguna otra afección.
¿Es la misofonía un síntoma de autismo?
Los individuos con trastorno del espectro autista (TEA) pueden experimentar una mayor sensibilidad a ciertos sonidos similar a la de las personas con misofonía. Sin embargo, aún se desconoce la relación exacta entre la misofonía y el autismo.
Actualmente, los investigadores creen que la misofonía no coexiste con un solo trastorno, sino que existe con varios trastornos, como el TOC, el autismo o el tinnitus, como se ha mencionado anteriormente. Se necesitan más investigaciones para determinar si la misofonía debe clasificarse como un trastorno propio y único que coocurre con otros trastornos, o como un conjunto de síntomas bajo un trastorno.
¿Cuál es la diferencia entre misofonía, hiperacusia y fonofobia?
Es posible que haya encontrado varios términos diferentes que describen una sensibilidad al sonido, pero todos ellos significan cosas muy diferentes. En primer lugar, la hiperacusia es un trastorno auditivo que hace que los sonidos ordinarios parezcan intolerablemente fuertes. Es diferente de la misofonía porque los individuos con misofonía se irritan con ciertos ruidos independientemente del nivel de sonido.
Alguien con hiperacusia puede experimentar sonidos como un grifo abierto o una conversación mucho más fuerte de lo que debería. Es una afección poco frecuente que sólo afecta a una de cada 50.000 personas, y la mayoría de las personas que la padecen también tienen acúfenos. La hiperacusia suele estar causada por una enfermedad o problema de salud concreto, como un traumatismo craneal o migrañas. A veces, estar cerca de un ruido fuerte o estar expuesto a ruidos fuertes durante un período prolongado puede causar hiperacusia.
La fonofobia, también conocida como ligirofobia, es un miedo a los ruidos fuertes. La fonofobia es más común en los niños pequeños, pero también puede encontrarse en los adultos. Las personas con fonofobia pueden tener miedo a los ruidos fuertes repentinos o a los ruidos continuos. La fonofobia es muy tratable, y el tratamiento depende del nivel de gravedad. El tratamiento puede incluir terapia de exposición, asesoramiento, meditación u otras técnicas de autoayuda. La misofonía, por otro lado, no es tanto un miedo a los sonidos como una intolerancia a sonidos específicos.
Misofonía y ASMR
La respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR) es una sensación de hormigueo relajante en la cabeza y una sensación de euforia que algunas personas obtienen cuando escuchan ciertos sonidos ordinarios como el susurro o el crujir de las hojas. Algunos individuos con misofonía también tienen ASMR. Un estudio, publicado en el Journal of Clinical Psychology, descubrió que de 300 individuos con misofonía, la mitad de ellos también experimentan ASMR. Esto sugiere que algunas personas pueden ser más sensibles tanto a los sonidos agradables como a los desagradables.
Sin embargo, algunos individuos con misofonía experimentan los sonidos ASMR como desencadenantes. Por lo tanto, si tiene misofonía y tampoco soporta los sonidos ASMR, ¡no está solo!
Cómo ser diagnosticado con misofonía
La misofonía no es un diagnóstico oficial, y algunos médicos pueden confundir la misofonía con la ansiedad u otro trastorno. Los investigadores de la Universidad de Ámsterdam sugieren que la misofonía se considere un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo y proponen que la misofonía se diagnostique basándose en los siguientes criterios:
- La presencia o anticipación de un sonido específico producido por un ser humano que provoca instantáneamente asco o irritación seguido de ira.
- La persona percibe una pérdida de autocontrol iniciada por la ira.
- La persona reconoce que su ira no es razonable.
- La persona tiende a evitar las situaciones que provocarían los desencadenantes y experimenta un malestar extremo cuando se ve obligada a soportar los desencadenantes.
- La misofonía provoca una gran angustia o interfiere en la vida cotidiana de la persona.
- Los síntomas no se explican por otro trastorno.
Para hacer un diagnóstico, un médico tendrá que considerar también las reacciones desencadenantes y las afecciones concurrentes. Puede utilizar una prueba de misofonía como el Cuestionario de Evaluación de la Misofonía o la Escala de Misofonía de Amsterdam. Lo más probable es que la misofonía sea autodiagnosticada o identificada por un amigo o familiar.
¿Cuál es el tratamiento de la misofonía?
Actualmente no existen tratamientos farmacéuticos para la misofonía ni terapias establecidas. En su lugar, el tratamiento se centra en abordar los trastornos concurrentes y recetar antidepresivos o ansiolíticos. Aunque no hay muchos estudios de tratamiento hasta la fecha, se cree que algunas terapias son tratamientos potenciales para la misofonía como:
- Terapia de reentrenamiento del acúfeno (TRT): La TRT fue creada para manejar los síntomas del tinnitus y las condiciones asociadas como la hiperacusia y la misofonía. La TRT enseña a los pacientes a lidiar con el zumbido de oídos a nivel consciente y subconsciente e incluye asesoramiento y terapia de sonido. Un estudio de Jastreboff y Jastreboff descubrió una tasa de éxito del 83% en pacientes con misofonía que se sometieron a TRT. El tratamiento utilizado en el estudio siguió los principios generales de la TRT con la adición de cuatro protocolos para la misofonía.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC puede utilizarse para ayudar a los pacientes a reducir las conductas de ira y mejorar el autocontrol, y podría ser especialmente útil para los niños con misofonía. Un estudio de 2017 encontró que la TCC fue un tratamiento eficaz en la mitad de los pacientes con misofonía y redujo significativamente los síntomas. A través de la TCC, los pacientes podrían aprender a separar los sonidos desencadenantes de sus emociones o aprender a centrar su atención lejos del sonido.
Las personas con misofonía también pueden practicar técnicas de autocuidado y manejar los síntomas por su cuenta. Esto puede incluir:
- Salir de la habitación para evitar los sonidos desencadenantes
- Utilizar auriculares para bloquear los sonidos o cubrirlos con música tranquilizadora
- Imitar los sonidos desencadenantes para reducir su importancia y proporcionar una forma aceptable de expresar la ira
- Entregar un diálogo interior positivo diálogo interno positivo
- Centrarse en los propios sonidos
- Usar tapones para los oídos
- Distraerse
- Usar sonidos agradables como máquinas de ruido blanco para cubrir los sonidos desencadenantes
La mayoría de los tratamientos se centran en abordar las reacciones emocionales de la persona y reducir la angustia, pero se necesita más investigación para encontrar las causas subyacentes de la misofonía. También es importante que los miembros de la familia busquen apoyo porque la misofonía puede afectar a todos.
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