La lesión del nervio musculocutáneo puede ser causada por tres mecanismos: microtraumatismos repetidos, traumatismos indirectos o traumatismos directos sobre el nervio. El uso excesivo de los músculos coracobraquial, bíceps y braquial puede causar el estiramiento o la compresión del nervio musculocutáneo. Quienes lo padecen pueden quejarse de dolor, hormigueo o reducción de la sensibilidad en la cara lateral del antebrazo. Este síntoma puede reproducirse presionando sobre la región por debajo de la apófisis coracoides (signo de Tinel positivo). El dolor también puede reproducirse flexionando el brazo contra la resistencia. Otros diagnósticos diferenciales que pueden imitar los síntomas de la parálisis musculocutánea son Radiculopatía de la C6 (el dolor puede producirse con el movimiento del cuello), tendinopatía de la cabeza larga del bíceps (sin déficit motor ni sensorial), dolor del surco bicipital (se alivia con la inyección de la articulación del hombro). La prueba electromiográfica muestra una lesión neural leve en el bíceps y los músculos braquiales con una conducción motora y sensitiva más lenta sobre el punto de Erb.
En los traumatismos indirectos, la abducción y la retroposición violentas del hombro pueden estirar y la lesión del nervio musculocutáneo. Las personas con este tipo de lesión se presentan con dolor, disminución de la sensibilidad y hormigueo de la parte lateral del antebrazo (nervio cutáneo antebraquial lateral – rama sensorial terminal única del nervio musculocutáneo) con disminución de la fuerza de flexión del codo. El signo de Tinel puede ser positivo. El diagnóstico diferencial incluye las lesiones de las raíces nerviosas C5 y C6 del plexo braquial en las que se pierde la abducción, la rotación externa y la flexión del codo. Por otro lado, la rotura del bíceps puede causar la pérdida de la flexión del codo sin déficits sensoriales. La rotura de la CABEZA CORTA del bíceps puede disminuir la fuerza de flexión del codo, cuando el músculo braquial está intacto. La rotura de la CABEZA LARGA del bíceps provoca un leve debilitamiento de la supinación del antebrazo, siempre que el músculo supinador esté intacto. La prueba de electromiografía es negativa.
En los traumatismos directos, fractura del húmero, disparo de arma de fuego, lesiones por trozos de vidrio y otros, pueden causar la lesión del nervio musculocutáneo.
Las lesiones nerviosas iatrogénicas (por ejemplo, durante la cirugía ortopédica que implica una fijación interna del húmero) son relativamente comunes y en un cierto porcentaje de casos probablemente inevitables, aunque un conocimiento adecuado de la anatomía quirúrgica puede ayudar a reducir su frecuencia.
La neurólisis y el injerto nervioso son las opciones de tratamiento para las lesiones mencionadas.