Neumonía vs. Edema Pulmonar

La neumonía es una de las principales causas de mortalidad tanto en los países subdesarrollados como en los desarrollados, siendo la mayoritaria en niños y ancianos.

La neumonía es una infección de las vías respiratorias tras la cual se producen diversas complicaciones que conllevan otras morbilidades y malestar. La neumonía es principalmente de origen bacteriano, aunque también puede ser causada por virus. La neumonía se presenta con síntomas que pueden confundirse con el edema pulmonar, ya que ambas son infecciones respiratorias y comparten una progresión similar. La principal diferencia es que la neumonía es una patología infecciosa mientras que el edema pulmonar no suele estar causado por una infección. Es un marcador de una patología sistémica subyacente más grave, como la insuficiencia cardíaca o los estados de sobrecarga de volumen en el organismo. El edema pulmonar también puede ser una secuela de causas que suponen una sobrecarga de líquidos en el pulmón.

Neumonía: causas y síntomas

La neumonía está causada por una infección viral o bacteriana y es una inflamación del parénquima y la cavidad pulmonar. Sigue un conjunto definido de acontecimientos y se presenta con síntomas típicos. También existe una variante de la neumonía denominada neumonía atípica, que no presenta las características típicas y puede permanecer asintomática durante un largo periodo de tiempo. La neumonía se presenta con síntomas típicos como tos, dificultad para respirar y una producción masiva de esputo. El esputo se utiliza mucho en el diagnóstico del organismo causante y el color del esputo puede incluso revelar el organismo exacto, lo que permite un mejor diagnóstico y tratamiento. La neumonía sigue una serie de acontecimientos específicos a medida que avanza en el organismo.

  • Etapa de la congestión: los pulmones se llenan de líquido debido al proceso inflamatorio y la fuga de los vasos sanguíneos provoca una acumulación masiva de líquido en los pulmones. Se trata de una sorprendente similitud que hace que la gente confunda la neumonía con el edema pulmonar, ya que en ambos se acumula líquido en el pulmón.
  • Etapa de hepatización roja: ahora que la congestión se resuelve en cierta medida, el pulmón adquiere una consistencia dura y un aspecto rojo debido a la fuga de exudado e incluso de algunas células sanguíneas. Los pulmones se vuelven tan duros como el hígado, de ahí el término hepatización.
  • Etapa de hepatización gris: hay una fibrosis creciente y el pulmón parece un hígado fibroso.
  • Etapa de resolución/complicación: los pulmones ahora resuelven la infección debido a la inmunidad del huésped o entran en una fase complicada en la que sufren aún más infecciones superpuestas y un mayor aumento de la mortalidad.

Edema pulmonar: causa y presentación:

El edema pulmonar suele indicar una patología sistémica subyacente como la insuficiencia cardíaca, pero también puede deberse a causas desconocidas o a estados de sobrecarga de líquidos. El edema pulmonar se produce sobre todo cuando el líquido de los pulmones no puede drenar adecuadamente, como ocurre en los casos de insuficiencia cardíaca. En los casos de insuficiencia cardíaca izquierda, la sangre se acumula en los pulmones y provoca una acumulación masiva de líquido que causa dificultad para respirar, tos y dificultad respiratoria. Así pues, tanto la neumonía como el edema pulmonar comparten características clínicas similares. La diferencia esencial es que la neumonía es una causa infecciosa. El edema pulmonar no suele producirse solo, ya que el estado de sobrecarga de líquidos también provoca la carga de líquidos en otras partes del cuerpo, como el hígado y el bazo, y da lugar a una serie de síntomas.

¿Puede la neumonía causar edema pulmonar?

Sí. La neumonía puede causar un edema pulmonar, ya que el estado inflamatorio de la neumonía puede provocar una fuga de líquido de los vasos sanguíneos y capilares, lo que provoca una acumulación masiva de líquido en los pulmones que da un aspecto similar al del edema pulmonar.

Neumonía atípica

También puede ser atípica la neumonía que no se presenta con los signos y síntomas habituales y puede tener una presentación muy diferente que incluye

  • Descomposición de los glóbulos rojos que conduce a la anemia
  • Ataxia y alteraciones del movimiento
  • Irritación del cerebro y déficits neurológicos.
  • Erupciones en el cuerpo

Similitudes a la neumonía y al edema pulmonar

  • Se presenta con dificultad respiratoria
  • Se presenta con dificultad para respirar
  • Causa esfuerzo y fatiga
  • Puede provocar una decoloración azulada de la piel debido a una oxigenación inadecuada

Diferencias entre neumonía y edema pulmonar

  • La neumonía es de origen bacteriano o vírico. El edema pulmonar suele deberse a una patología sistémica o a una sobrecarga de volumen en la insuficiencia cardíaca.
  • La neumonía se presenta muy precozmente y provoca una dificultad respiratoria grave antes. El edema pulmonar se presenta más tarde y con mayor frecuencia en los ancianos y en los pacientes con insuficiencia cardíaca
  • La neumonía puede adquirirse en la comunidad o en los hospitales. El edema pulmonar no suele producirse de forma aguda

Prevención de la neumonía

La neumonía se presenta antes y la identificación precoz de la enfermedad puede mejorar drásticamente el resultado de la misma. La administración precoz de los antibióticos adecuados puede aliviar y tratar rápidamente esta enfermedad.

Prevención del edema pulmonar

El edema pulmonar puede aliviarse principalmente utilizando diuréticos que provocan una mayor producción de orina y alivian el líquido acumulado; ciertos medicamentos que provocan la modulación de la pared de los vasos sanguíneos ayudan a reducir la fuga de líquido y, por tanto, reducen el edema y la dificultad respiratoria.

Neumonía frente a edema pulmonar: grupo de edad objetivo

La neumonía encuentra su objetivo en los niños y los ancianos que no están tan sanos inmunológicamente y, por tanto, son objetivos fáciles. El edema pulmonar no sigue ningún patrón específico y puede producirse en cualquier grupo de edad si existe una patología sistémica subyacente, como insuficiencia cardíaca o vasos permeables en los pulmones, etc.

Presentación clínica de la neumonía y el edema pulmonar:

Tanto la neumonía como el edema pulmonar tienen una presentación similar y el paciente se queja de dificultad respiratoria, tos y esputo. La neumonía puede tener características adicionales como infecciones bacterianas superpuestas y, si no se trata con la máxima precaución, puede tener graves consecuencias. De hecho, la complicación más común son las infecciones superpuestas que pueden poner en peligro la vida. En los países subdesarrollados, la neumonía es una de las principales causas de mortalidad en niños menores de 5 años, ya que la malnutrición y la respuesta inmunitaria inadecuada predisponen al niño a las infecciones.

El edema pulmonar también puede deberse a patologías vasculares que provocan la fuga de sangre y líquido en el espacio tisular del interior de los pulmones y, por tanto, la acumulación localizada de líquido. Este líquido también puede infectarse si la acumulación no se resuelve mediante el proceso inmunitario del organismo.

El edema pulmonar se alivia en gran medida si se ayuda a la reacción inmunitaria natural del organismo con medicamentos sencillos como los diuréticos.

Remedios caseros: ¿son eficaces o no?

Los remedios caseros tienen una aplicación muy limitada en la neumonía, ya que se trata de una enfermedad infecciosa. La única ayuda que proporcionan es que el estado de nutrición y de líquidos de la persona afectada se mantiene y así no se expone a la deshidratación y a más infecciones.

En el edema pulmonar los remedios caseros pueden proporcionar alivio hasta cierto punto, ya que la postura, el reposo leve y la ingesta regulada de líquidos pueden aliviar los síntomas en gran medida.

Tomar vapor y despejar las vías respiratorias, además de los broncodilatadores aconsejados por el médico, puede aliviar la dificultad respiratoria en gran medida. El mejor modo de tratamiento para la neumonía es tomar antibióticos como la cefalosporina, los macrólidos y un mantenimiento dietético adecuado. Por otro lado, el edema pulmonar se alivia principalmente con el tratamiento de la patología subyacente (insuficiencia cardíaca en la mayoría de los casos) y con fármacos como los diuréticos. En ambos casos se administra un tratamiento sintomático para aliviar el malestar del paciente.

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