Niños copo de nieve

Este artículo trata sobre la adopción de embriones humanos. Para un término utilizado para describir a los jóvenes adultos de la década de 2010, véase Generation Snowflake.

Los niños copo de nieve es un término utilizado por las organizaciones que promueven la adopción de embriones congelados sobrantes de la fecundación in vitro (FIV) para describir a los niños resultantes. Los embriones son donados por familias que tienen embriones criopreservados sobrantes de su tratamiento de FIV que no piensan utilizar ellos mismos. La propiedad de los embriones se transfiere del donante al receptor siguiendo las mejores prácticas de la adopción. Se llama adopción de embriones, aunque el proceso legal para hacerse con la propiedad de un embrión difiere del de la adopción tradicional. Según un artículo de CBS News del 28 de julio de 2005, el término «bebé copo de nieve» fue acuñado por la primera agencia que prestó el servicio de adopción, Nightlight Christian Adoptions. Su programa de adopción de embriones se llama Snowflakes Embryo Adoption Program y de él han nacido más de 750 bebés.

Muchas otras organizaciones utilizan el término «bebé copo de nieve» para referirse a los niños nacidos de embriones donados.

Aunque el término «bebés copo de nieve» se ha utilizado para describir a los bebés nacidos de esta manera, los primeros niños copo de nieve ya no son bebés. Según CBS News, el primer bebé copo de nieve nació en 1998.

El ex presidente de EE.UU. George W. Bush ha hecho apariciones públicas junto a los niños copo de nieve mientras hablaba de su apoyo a la investigación con células madre adultas y su oposición a la destrucción de embriones humanos para la investigación con células madre embrionarias. En su libro Decision Points, Bush permitió que ciertas facciones sociales solicitaran y recibieran financiación federal para la genómica, la fabricación de vida humana de forma artificial. Escribió,

En la revista Science, el doctor Louis Guenin, especialista en bioética, argumentó: «Si desdeñamos, es probable que no nazca ni un solo bebé más. Si investigamos, podemos aliviar el sufrimiento». El mensaje era inequívoco: Dentro de cada embrión congelado había el comienzo de un niño… Uno de los grupos que más activamente apoya la investigación con células madre embrionarias es la Juvenile Diabetes Research Association. En julio de 2001, invité a representantes de la organización al Despacho Oval…. Ese mismo día, también me reuní con representantes de National Right to Life. Se oponían a cualquier investigación que destruyera embriones. Señalaron que cada pequeño grupo de células madre tenía el potencial de convertirse en una persona. De hecho, todos nosotros habíamos empezado nuestra vida en ese estado inicial. Como prueba, señalaron un nuevo programa dirigido por Nightlight Christian Adoptions. La agencia consiguió el permiso de los participantes en la FIV para dar en adopción sus embriones congelados no utilizados. Se implantaron los embriones a las madres que los querían y llevaron a los bebés -conocidos como copos de nieve- hasta el final. El mensaje era inequívoco: Dentro de cada embrión congelado estaba el comienzo de un niño… Cuando Karl Zinsmeister, mi asesor de política interior, sugirió invitar a un grupo de bebés copos de nieve a la Casa Blanca, pensé que la idea era perfecta. Cada uno de ellos procedía de un embrión congelado que, en lugar de ser destruido para la investigación, fue implantado en una madre adoptiva. (pp. 111-123)

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