En una nueva entrevista en el número de septiembre de Vanity Fair, Angelina Jolie hizo público el diagnóstico de parálisis de Bell, un tipo de parálisis facial temporal.
«A veces las mujeres de las familias se ponen en último lugar hasta que se manifiesta en su propia salud», dijo a la revista, señalando que la tuvo el año pasado y que la acupuntura la ayudó a recuperarse completamente.
¿Qué es?
Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE.UU., la parálisis de Bell está causada por un daño o traumatismo en el nervio facial (también conocido como séptimo nervio craneal), que provoca una interrupción de la señal nerviosa en algún punto entre su origen en el tronco cerebral y los músculos de cada lado de la cara del paciente, provocando la caída de ese lado.
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El parpadeo, la sonrisa, la elevación de las cejas, el aleteo de las fosas nasales e incluso la sensación del gusto también pueden verse afectados, ya que el mismo nervio es el responsable de esas funciones.
En la mayoría de los casos, sólo se ve afectado un lado de la cara, aunque puede afectar a ambos.
¿QUÉ LO CAUSA?
Jolie mencionó en su entrevista que también le habían diagnosticado hipertensión, o presión arterial alta, que se ha relacionado con la parálisis de Bell, junto con la diabetes, la enfermedad de Lyme y los trastornos autoinmunes, las infecciones crónicas del oído, los tumores y los traumatismos en la cabeza o la cara.
Se ha relacionado a menudo con el estrés, aunque no se ha encontrado una causa única y precisa.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) afirman que muchos médicos creen que las infecciones virales o la meningitis viral crean una situación en la que el nervio facial se hincha dentro de su canal, lo que restringe el flujo de sangre y oxígeno en todo el nervio.
En casos menores, sólo se ve afectada la vaina de mielina, o el aislamiento graso del nervio, en lugar de las propias fibras nerviosas. (La vaina de mielina es el mismo tejido afectado por la esclerosis múltiple.)
¿Cuáles son los síntomas?
Uno de los párpados del paciente puede caer o un ojo puede producir más lágrimas que el lado no afectado.
La boca también puede estar caída, producir un exceso de saliva (o no la suficiente) y el sentido del gusto puede verse afectado, junto con la capacidad del paciente para comer o beber.
La hipersensibilidad al sonido, los zumbidos en los oídos, los dolores de cabeza, los mareos y el deterioro del habla también pueden ser signos de parálisis de Bell.
Los síntomas suelen aparecer de forma repentina y alcanzan su punto máximo en 48 horas.
¿Cómo se diagnostica y se trata?
Ninguna prueba de laboratorio puede determinar si un paciente tiene parálisis de Bell. Se trata de eliminar otras causas de parálisis facial. Pueden utilizarse resonancias magnéticas y tomografías computarizadas para descartar otras causas.
Los otorrinolaringólogos (especialistas en cabeza y cuello) que tratan el trastorno también pueden utilizar la electromiografía para comprobar la función nerviosa midiendo la reacción de las células musculares a la activación eléctrica o neurológica.
Si los ojos están afectados, los médicos suelen recomendar gotas para los ojos o parches oculares para protegerlos durante el proceso de recuperación.
Los casos leves de parálisis de Bell pueden desaparecer por sí solos en dos semanas. Si los síntomas persisten, puede tratarse con analgésicos o esteroides (a menudo prednisona) para reducir la hinchazón.
La mayoría de los pacientes se recuperan completamente en un plazo de tres a seis meses, aunque algunos nunca se libran de ella o pueden sufrir una recidiva.
¿Quién la padece?
Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), hay unos 40.000 casos de parálisis de Bell al año y la mayoría afecta a personas de entre 15 y 60 años.
Las personas con diabetes o enfermedades de las vías respiratorias superiores corren un riesgo especial.
¿Qué otras personas famosas han padecido parálisis de Bell?
George Clooney: El actor era un niño de 14 años cuando se le escapó la leche de la boca durante una comida después de la iglesia. Se temió lo peor.
«Pensé: ‘Dios mío, tengo la enfermedad de Lou Gehrig'», dijo a Larry King de la CNN en 2006.
En comparación, su parálisis de Bell, que duró unos nueve meses, no fue tan grave. Aun así, señaló: «Era el primer año de instituto, una mala época para tener la mitad de la cara paralizada».
Pierce Brosnan: El ex actor de James Bond contó a TV Guide que lo sufrió en los años 80 tras contraer un virus mientras rodaba una escena sin camiseta en un río.
Le pusieron prednisona y tuvieron que inyectarle desde el lado izquierdo para enmascarar el trastorno, que desapareció unas semanas después.
Hafþor Julius Bjornsson (La Montaña de Juego de Tronos): El actor islandés compartió su diagnóstico a principios de esta primavera en Instagram.
No le impidió ganar el título de Hombre más fuerte de Europa, aunque, comprensiblemente, dijo a sus fans que no podría sonreír para las fotos.
Joe Mantegna: A la estrella de Mentes Criminales se le diagnosticó parálisis de Bell en la década de 1980 mientras protagonizaba la obra de teatro Speed the Plow.
«Mi personaje (un productor de cine de alto nivel) estaba en el escenario todo el tiempo y eso añade mucho estrés porque nunca puedes recuperar el aliento», dijo a Los Angeles Times en 1988.
«Mientras hacía la obra, enfermé de parálisis de Bell, que es una enfermedad relacionada con el estrés, y estoy seguro de que la obra tuvo algo que ver con que la contrajera».
– USA TODAY
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