PLEURISIA EXPERIMENTAL-RESOLUCIÓN DE UN EXUDO FIBROSO

La pleuresía fibrinosa producida por un irritante inflamatorio estéril ofrece la oportunidad de estudiar la parte que toman las enzimas de los leucocitos en la resolución de un exudado fibrinoso. Cuando se inyecta trementina en el tejido subcutáneo del perro, se produce un absceso, pero cuando se inyecta una cantidad igual de trementina en la cavidad pleural, hay una exudación abundante de líquido coagulable y las superficies serosas están cubiertas por una capa de fibrina. La acumulación de líquido que puede seguirse durante la vida mediante la percusión del tórax del animal alcanza un máximo al cabo de tres días, y luego disminuye gradualmente, de modo que al cabo de seis días, en la mayoría de los casos, la cavidad no contiene líquido. La fibrina, aunque disminuida en cantidad en el momento en que se ha absorbido el líquido, sigue estando presente y desaparece gradualmente; al cabo de dos o tres semanas la cavidad ha vuelto a la normalidad, salvo algunas adherencias organizadas. La trementina inyectada en la cavidad pleural derecha puede provocar una pleuresía serofibrinosa en el lado izquierdo; esta inflamación puede alcanzar su máxima intensidad en el momento en que cede la pleuresía del lado derecho. Durante la fase inicial de la inflamación, el exudado fibrinoso, liberado del suero por el lavado en solución salina, se somete a la digestión cuando se suspende en un medio alcalino (carbonato sódico al 0,2%) o en un medio ácido (ácido acético al 0,2%). Al cabo de cinco días, en un momento en que el líquido está desapareciendo de la cavidad pleural, la digestión no se produce en un medio alcalino, pero ocurre con mucha actividad en presencia de ácido. Durante la primera etapa de la reacción inflamatoria, cuando el líquido es abundante y la fibrina presente se digiere en medio alcalino, lo que indica la presencia de leucoproteasa, los leucocitos polinucleares son muy numerosos en las mallas de la fibrina. En la segunda etapa, la fibrina exudada contiene sólo una enzima que se digiere en presencia de ácido. En este momento los leucocitos polinucleares han desaparecido y sólo hay células mononucleares incrustadas en la fibrina. Los productos de la digestión proteolítica, es decir, la peptona y la albúmina, ausentes en el líquido exudado durante el primer día o los dos días de la inflamación, están presentes después de tres días y se encuentran en menor cantidad en un período posterior. El líquido exudado no pierde en ninguna fase de la reacción inflamatoria su poder de inhibición de las dos enzimas contenidas en los leucocitos. El exudado permanece alcalino durante todo el período de inflamación, pero su alcalinidad es menor que la de la sangre y disminuye ligeramente con el progreso de la inflamación. Dado que los ácidos, que in vitro favorecen la acción de la enzima, presentes solo durante la segunda etapa de la reacción inflamatoria, no se producen en el cuerpo, se ha sugerido la posibilidad de que el dióxido de carbono ponga en acción esta enzima. Si el dióxido de carbono se hace pasar por una solución salina normal en la que se suspenden tiras de dicha fibrina, la digestión se acelera enormemente. La inhibición normal ejercida por el suero sanguíneo sobre la enzima es superada por el dióxido de carbono y en presencia de una pequeña cantidad de suero sanguíneo, el dióxido de carbono provoca una mayor actividad enzimática que en presencia de la solución salina sola.

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