Mucocele: Una presentación inusual de la lesión de las glándulas salivales menores | Minions

Discusión

Los mucoceles son lesiones quísticas de las glándulas salivales menores que contienen moco; son la 15ª lesión común de la mucosa oral con una prevalencia de 2,4 casos por cada 1000 personas. El mucocele se da en individuos jóvenes, siendo el 70% de ellos menores de 20 años. Los mucoceles superficiales tienden a ocurrir en individuos mayores de 30 años y las ránulas ocurren en niños y adultos jóvenes, con una frecuencia máxima en la segunda década. Los quistes de retención de mucosidad se dan en individuos de mayor edad; el pico de prevalencia se da en personas de 50-60 años. El labio inferior es el lugar más frecuente de aparición, seguido de la lengua, el suelo de la boca (ránula) y la mucosa bucal.

El aspecto clínico de un quiste mucoso es una hinchazón distinta, fluctuante e indolora de la mucosa. Alrededor del 75% de las lesiones tienen un diámetro inferior a 1 cm; sin embargo, en raras ocasiones, el tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Las lesiones superficiales adquieren una tonalidad entre azulada y translúcida, mientras que las profundas tienen una coloración normal de la mucosa y la hemorragia en la inflamación puede dar un aspecto rojo brillante y vascular. El paciente puede relatar una historia de traumatismos recientes o pasados en la boca o la cara o puede tener el hábito de morderse el labio. Los diversos diagnósticos diferenciales son el mucocele de Blandin y Nuhn, el hemangioma oral, el linfangioma oral, el lipoma y el absceso de tejidos blandos.

La historia y los hallazgos clínicos conducen al diagnóstico de un mucocele superficial. Se considera la evaluación radiográfica si se considera que los sialolitos son un factor que contribuye a la formación de ránulas orales y cervicales. La ecografía se ha utilizado para evaluar las lesiones, y con los transductores de alta frecuencia, la ecografía demuestra las estructuras internas con mayor claridad que la tomografía computarizada (TC). Así, los quistes congénitos y adquiridos de las glándulas salivales suelen estar llenos de líquido transparente; por ello, los criterios ecográficos típicos de las estructuras quísticas son identificables: Un tumor sin eco, de bordes nítidos con realce acústico distal.

El linfangioma y el hemangioma muestran características sonomorfológicas similares. En el examen, pueden detectarse patrones estructurales alveolares poco conectados, compuestos parcialmente por áreas hipoecogénicas e hiperecogénicas.

Lipomas intra y extraglandulares aparecen como masas ovoides nítidamente delimitadas con patrones de reflexión hipoecogénicos y homogéneos. El lipoma muestra un patrón de reflexión más hipoecogénico que el parénquima restante de la glándula salival, pero su textura de eco es más hiperecogénica que la de otros tipos de tumores intraglandulares y exhibe una textura plumosa lineal e hiperecogénica.

Los abscesos de tejidos blandos aparecen de hipoecogénicos a libres de ecos con un borde hiperecogénico, y un marcado realce acústico distal y ecos hiperecogénicos de patrón aproximado en el centro de los focos de licuefacción, pueden corresponder a contribuyentes de tejido necrótico. Así pues, la ecografía puede descartar el tipo de lesión antes de intentar las intervenciones quirúrgicas. La demostración del fenómeno de retención de moco y de las células inflamatorias puede realizarse mediante aspiración con aguja fina, y el alto contenido de amilasa y proteínas puede revelarse en el análisis químico. La localización y determinación del origen de la lesión puede hacerse mediante TC y resonancia magnética.

Se ha sugerido como tratamiento la escisión quirúrgica con extirpación de las glándulas salivales accesorias. La marsupialización sólo dará lugar a recidivas, pero las lesiones grandes se tratan mejor con procedimientos de desobstrucción (marsupialización). Se realiza para evitar la pérdida significativa de tejido o para disminuir el riesgo de traumatizar significativamente la rama labial del nervio mental. Si la pared fibrosa es gruesa, las lesiones de tamaño moderado pueden tratarse mediante disección. Si se utiliza este enfoque, las glándulas salivales menores adyacentes deben extirparse con cuidado para evitar que se lesionen las glándulas y conductos marginales, lo que puede provocar la reaparición de la lesión. El tejido extirpado debe someterse a las investigaciones patológicas para confirmar el diagnóstico. La ablación con láser, la criocirugía y el electrocauterio son métodos que también se han utilizado para el tratamiento de los mucoceles convencionales, con un éxito variable.

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