Lo raro es maravilloso. Y también es financiable.
¿Sabes quién es raro? Los astronautas. Los santos. Los ganadores del Premio Nobel. Científicos. Gente con aficiones de las que nunca has oído hablar o que te da miedo probar. Personas que dicen lo que piensan. Personas con problemas y soluciones. Personas que (envidiablemente) no son como tú. Ser raro significa ser notablemente diferente. Significa ser o hacer algo que hace que los demás se queden mirando, o se rían, aplaudan o abucheen. Y es algo que todos debemos cultivar.
Tu rareza es valiosa. He aquí por qué:
La rareza tiene menos competencia.
La rareza, por su propia definición, es una desviación de la norma, lo contrario de una mercancía. Lo raro crea sus propios mercados. La rareza crea sus propias reglas. La rareza proporciona un espacio para respirar y una ventaja.
La rareza es menos dolorosa.
Para encajar en el molde de la galleta, hay que desprenderse de una parte de uno mismo. Duele menos ser auténtico. Deja de agotarte fingiendo ser alguien o algo que no eres.
La rareza fomenta la comunidad.
Raro no es igual a solo. Busca en Google cualquier cosa que te guste y probablemente haya un club de fans que lo apoye. Cuando admites tus intereses, aficiones o habilidades raras, puedes y encontrarás a otros que entienden, empatizan y comparten lo que creías que era un rasgo aislante.
La rareza crea una notoriedad automática.
Lo que sea más único en ti se convertirá en tu rasgo definitorio. Así es como acabamos teniendo apodos y tarjetas de visita. Y cuando tu tarjeta de visita es realmente especial, es fácil que los demás te recuerden. ¿No preferirías ser «Amy la del trapecio» que «Amy la de la Y»?
Más rareza significa más libertad.
Cuando no intentas encajar, eres libre de destacar. Los que destacan, por si no te has dado cuenta, imponen respeto y atención. A veces, salirse de la línea significa que no tienes que esperar para hacer lo que siempre quisiste.
Las llamadas extrañas requieren un precio superior.
Lo diferente no siempre es mejor, pero lo mejor siempre es diferente. Aproveche el hecho de que la mayoría de la gente nunca se atreverá a ser desviada (incluso positivamente desviada), y ponga un precio a sus bienes, servicios y cualidades en consecuencia.
Lo raro es intransferible.
No se puede obtener un título en ser raro. No hay un uniforme oficial para los raros (al contrario de lo que aprendiste en el instituto). No pierdes tus cualidades especiales si pierdes tu trabajo. No puedes olvidar tu rareza con tu otro abrigo. La rareza -la que no es una actuación- forma parte de ti. Y aunque puede ser intimidada para que se esconda o se oculte a plena vista, no es algo que puedas perder realmente.
Rareza: es genial para las fiestas.
No es una charla trivial cuando sacas tu gran rareza. La rareza bien hecha (es decir, honesta y positivamente) es cautivadora y atractiva. Lo raro no es espeluznante: lo raro es lo que hace la vida menos aburrida.