Tenemos que parpadear para limpiar y humedecer el ojo. Cada vez que los párpados se cierran, las secreciones saladas de las glándulas lagrimales recorren la superficie del ojo, eliminando las pequeñas partículas de polvo y lubricando la parte expuesta del globo ocular. Normalmente parpadeamos cada cuatro o seis segundos, pero en condiciones irritantes, como una habitación llena de humo, parpadeamos con más frecuencia para mantener los ojos limpios y húmedos.
PORQUE LO MÁS INTERESANTE del parpadeo es que lo hacemos con más frecuencia de la necesaria para limpiar y humedecer la córnea. Los bebés, por ejemplo, parpadean una vez cada minuto aproximadamente, pero los adultos parpadean una media de 10 a 15 veces por minuto. Esto ha llevado a los científicos a descubrir otras razones, más influenciadas psicológicamente, para parpadear con la frecuencia que lo hacemos.
La investigación ha demostrado que cuando la adquisición de información es importante, inhibimos activamente el parpadeo. Parpadeamos más a menudo cuando no estamos asimilando y procesando información. De este modo, los parpadeos son como signos de puntuación de la mente, que señalan una pausa en la actividad de la cabeza.
Por ejemplo, cuando leemos material interesante, parpadeamos una media de tres a ocho veces por minuto, frente a 15 veces por minuto cuando no estamos realizando una actividad que requiera atención. También es más probable que parpadeemos cuando nuestros ojos pasan de una página de texto a la siguiente o del final de una línea de texto al principio de la siguiente. Este fenómeno también se ha demostrado con la información auditiva cuando alguien está escuchando atentamente y, por tanto, no es exclusivo de la información presentada visualmente.
Un parpadeo no siempre es igual al siguiente. Los científicos han demostrado que la frecuencia y la duración varían en diferentes condiciones. Se ha demostrado que los pilotos de las Fuerzas Aéreas que vuelan en simuladores sobre territorio «amigo» parpadean con más frecuencia y tienen una mayor duración de cierre de los párpados que cuando vuelan sobre territorio «enemigo». En este último caso, la adquisición de información es más importante, y los pilotos parpadean con menos frecuencia y de forma más nítida. Los pilotos inhiben más el parpadeo cuando han sido «pintados» por el radar enemigo y están intentando encontrar y evadir misiles o mientras aterrizan un avión.
También existe una relación entre la frecuencia del parpadeo y el estado emocional de la persona. Alguien que está cansado parpadeará con más frecuencia y durante más tiempo que alguien que está bien descansado.
Y durante las audiencias del Watergate, por ejemplo, la frecuencia de parpadeo del presidente Nixon aumentó notablemente cuando se le hizo una pregunta que no estaba preparado para responder.
El Dr. John Stern es profesor de psicología en la Universidad de Washington en San Luis.
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