… preguntó mi amigo después de que le confiara que, aunque me siento satisfecho con mi vida en este momento, no me llena porque no tengo un alguien.
Me di cuenta de que nunca había meditado realmente sobre su pregunta. Así que decidí hacer los 5 PORQUÉS.
Quiero que me toquen y me hagan el amor y me abracen con fuerza mientras me duermo, y que me besen por todas partes mientras mis ojos se despiertan.
¿Por qué es importante que me toquen?
Quiero construir intimidad con alguien, tanto física como emocional. Quiero compartir momentos especiales con ese alguien, así como las banalidades y pequeñas molestias de la vida.
¿Por qué es importante la intimidad?
Quiero construir algo con alguien, un proyecto, un humano, un espacio, la magia sucede cuando lo hacéis juntos.
¿Por qué es importante construir algo con alguien?
Quiero exponerme, y trabajar mis heridas más profundas cuando esa figura de apego, que encarna un compañero, me sostiene un espejo en la cara.
¿Por qué es importante estar expuesto?
Porque mi propósito en la vida es seguir creciendo…
¿No puedes crecer por otras vías?
Puedo.
¿Entonces por qué quieres tanto a ese alguien?
Y entonces llegó la respuesta cruda, aterradora y familiar:
Quiero pertenecer a la sociedad del consenso en la que vivimos. La mayoría de los planes de mis amigos se centran ahora en las parejas y en los niños y lo mismo ocurre con las conversaciones, me siento excluida. Me siento irrelevante.
No quiero acabar sola a los 60 años, en un apartamento, sin amigos a los que llamar cuando esté enferma, sin logros de los hijos de los que presumir, sin habilidades para estar con alguien, con tantas arrugas como para rechazar a cualquier hombre. Seré juzgada por el hecho de que nadie me haya propuesto matrimonio. Me hundiré en el barro de la vergüenza sin que nadie me salve. Algo está mal en mí.
Y entonces la verdadera y valiente respuesta habló:
Hay otra historia. La historia de una mujer que lo hizo a su manera, que se sintió completa en cada etapa de la vida. Que inspiró a otras mujeres y hombres a hacer lo mismo. Que nunca se conformó, ni siquiera cuando le dijeron que estaba cavando su propia tumba. La historia de una mujer que supo que sólo puede darse amor a sí misma, que sólo puede romper su propio corazón, y que sólo puede levantarse y volver a amar. La historia de una mujer que confió en la sabiduría que la vida arrojó en su camino, y supo que nada es duradero.
Esa es la historia que elijo hoy.