A lo largo de los años hemos desarrollado un fuerte hábito de rezar juntos una vez que los niños están en la cama. Centrarnos en nuestra familia y en nuestra relación y abrirnos a Dios ha marcado la diferencia, no sólo en nuestra relación con el otro, sino también en nuestra relación con Dios. Aquí hay razones por las que usted y su cónyuge deben orar juntos.
Por qué usted y su cónyuge deben orar juntos
La Biblia nos enseña a orar juntos
En la Biblia se nos enseña a orar por nuestra cuenta, pero también se nos enseña a orar en comunidad y de acuerdo unos con otros. Mateo 18:19-20 afirma que «También les digo que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que pidan, el Padre que está en los cielos se lo hará. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Al abrir juntos su relación a Dios, usted y su cónyuge están trabajando, con la ayuda de Dios, para encontrar fuerza en su matrimonio y superar cualquier desafío que puedan enfrentar.
Si usted y su cónyuge no han orado juntos antes, puede requerir algo de práctica. Empiecen por encontrar un momento en el que sepan que tendrán la oportunidad de reflexionar sin interrupciones. Luego, empiecen con algo pequeño, dedicando cada uno unos minutos a rezar en voz alta. A medida que se sientan más cómodos hablando con Dios delante del otro, podrán hablar con más libertad y durante más tiempo.
Abre a los esposos/esposas el uno al otro
Cuando rezamos, compartimos con Dios nuestros pensamientos, preocupaciones y alegrías más profundas. Pedimos perdón por aquellas áreas en las que vemos la necesidad de mejorar. Al rezar con tu cónyuge, le permites entender tus deseos y preocupaciones más profundas… aquellas que de otra manera no podrías compartir. Sólo cuando ambos conocen esos pensamientos pueden apoyarse verdaderamente el uno al otro.
Orando juntos
Lleva su relación a un nuevo nivel
Una vez que hayan comenzado a compartir sus pensamientos más profundos con el otro (y con Dios) podrán apoyarse más mutuamente. Tendrán el conocimiento de aquellas cosas que están en la mente de su cónyuge y podrán trabajar juntos para encontrar estrategias para ayudarse mutuamente a avanzar.
A medida que usted y su esposo/esposa trabajen juntos para superar aquellas preocupaciones o deseos que puedan tener, esto ayudará a fortalecer su relación ya que ambos trabajan con pasión hacia las mismas metas.
Puede ser su red de seguridad
A veces, todas las parejas discuten. Las diferencias de opinión pueden llevar a conversaciones que parecen salirse de control. Si usted y su cónyuge han adquirido el hábito de orar el uno con el otro, acudir a Dios en los momentos de desacuerdo les ayudará a suavizar la situación y a volver a lo que es importante en el vínculo que comparten.
Dependiendo de la situación, pueden encontrar que hablar con Dios individualmente en tales circunstancias y luego volver a la oración juntos les ayudará a restablecer el amor y la paz en su matrimonio.
Le ayuda a servir como modelos positivos para su familia
La oración es un comportamiento aprendido. Así como Jesús nos enseñó a orar, podemos enseñar a otros a hacer lo mismo. Esta señal de fe y confianza en Dios es algo que sus hijos aprenderán con el ejemplo. Si son testigos de que usted y su marido/esposa rezan, verán el valor que le dan y practicarán los mismos hábitos.
Para ayudarles a desarrollar esos hábitos, es importante que no sólo recen juntos (antes de la cena, a la hora de acostarse, etc.) sino que también les vean a usted y a su marido/esposa en una variedad de entornos de oración. Ser testigos de sus hábitos les ayudará a ver que hay muchos momentos y formas en que podemos acudir a Dios y les ayudará a ver la importancia de cada uno.
¿Hay otras razones por las que usted y su cónyuge oran juntos? Por favor, comparta sus razones!
Más para considerar…
¡Compartir es cuidar!