Al igual que los árboles muestran su vida examinando sus anillos, al desvelar las capas de Taxila se demuestran las fascinantes influencias de las múltiples civilizaciones que vivieron en esta antigua ciudad a lo largo del río Indo pakistaní.
Dado a conocer al mundo exterior por medio de relatos de la literatura india y grecorromana, Taxila presenta un paseo exploratorio por el surgimiento de la civilización humana en el sudeste asiático, desde las tumbas neolíticas hasta los pasos del propio Buda.
Situada en la confluencia de antiguas rutas comerciales que otorgaban prosperidad a la zona, Taxila es un gigante tanto por su tamaño como por el alcance de su patrimonio arqueológico. Tres técnicas de albañilería distintas dividen el yacimiento en tres «ciudades» separadas procedentes de tres periodos de tiempo distintos. Además de sus famosas estupas budistas, algunas de las cuales son anteriores a la tradición de las representaciones físicas de Buda, muchos consideran que Taxila cuenta con la primera universidad del mundo, Takṣaśilā. Además, las ruinas de Sarai Kala albergaban restos de los primeros Harappan que se remontan hasta el año 2900 a.C.
Aunque son mucho menos conocidos que muchos otros sitios históricos, pocos lugares de la Tierra tienen tal concentración de nuestro registro histórico; así que no fue una sorpresa que la UNESCO designara a Taxila como Patrimonio de la Humanidad en 1980. Con esta afluencia de preservación y conservación, se creó un museo para proporcionar una guía eficaz de los tres milenios de civilización humana que se encuentran bajo sus pies, haciendo que las vastas maravillas de la ciudad sean accesibles para todos.