Se utilizan dos tipos principales de estudios para averiguar si una sustancia causa cáncer: los estudios en animales y los estudios en humanos.
Es importante recordar que ninguno de ellos suele ser capaz de aportar pruebas definitivas. Esto se debe a que los resultados de los estudios en animales no siempre se aplican a los humanos y a que diferentes factores pueden hacer que los estudios en humanos sean difíciles de interpretar. Por ello, los investigadores analizan tanto los estudios en animales como en humanos.
Estudios que encontraron una conexión en animales
Un estudio publicado en 2006 en la revista Environmental Health Perspectives sugirió que dosis muy altas de aspartamo aumentaban el riesgo de leucemia, linfoma y otros tipos de cáncer en ratas.
Varios organismos reguladores, entre ellos la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, ordenaron revisar la calidad, el análisis y la interpretación de este estudio.
Se descubrió que el estudio tenía una serie de defectos, entre ellos las dosis administradas a las ratas, que eran el equivalente a entre 8 y 2.083 latas de refresco dietético al día. Los problemas encontrados en el estudio se documentaron al año siguiente en un número de la misma revista.
Ninguna de las agencias reguladoras cambió su postura sobre la seguridad del aspartamo y concluyó que el aspartamo es seguro para el consumo humano.
Estudios que encontraron una conexión en humanos
Un informe publicado en 1996 sugería que la introducción de edulcorantes artificiales en Estados Unidos podría ser la culpable del aumento del número de personas con tumores cerebrales.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), el aumento de los tumores cerebrales comenzó en realidad ocho años antes de que se aprobara el aspartamo y se encontró en personas de 70 años o más, un grupo de edad que no estaba expuesto a altas dosis de aspartamo.
En 2012, un estudio de 125.000 personas encontró una relación entre el aspartamo y un mayor riesgo de linfoma, leucemia y mieloma múltiple en hombres, pero no en mujeres. El estudio también encontró un vínculo entre los refrescos endulzados con azúcar en los hombres.
Debido a los efectos inconsistentes en hombres y mujeres, los investigadores concluyeron que los vínculos podrían explicarse por el azar. Los científicos que realizaron el estudio emitieron más tarde una disculpa por el estudio, admitiendo que los datos eran débiles.
Estudios que no encontraron una conexión en animales
Una revisión meta-analítica publicada en 2013 revisó 10 estudios previos en roedores sobre el aspartamo y el riesgo de cáncer realizados antes del 31 de diciembre de 2012. La revisión de los datos encontró que el consumo de aspartamo no tiene ningún efecto cancerígeno en los roedores.
Estudios que no encontraron una conexión en humanos
Uno de los mayores estudios sobre la posible relación entre el aspartamo y el cáncer fue realizado por investigadores del NCI. Examinaron a 285.079 hombres y 188.905 mujeres de entre 50 y 71 años que participaron en el Estudio de Dieta y Salud del NIH-AARP.
Los investigadores concluyeron que el aspartamo no estaba asociado con el desarrollo de cáncer cerebral, leucemia o linfoma.
Una revisión de 2013 de las pruebas de otros estudios sobre el consumo de aspartamo y varios tipos de cáncer tampoco encontró ninguna asociación entre el aspartamo y el riesgo de cáncer.
Se realizó una revisión sistemática de la relación entre los edulcorantes artificiales y el cáncer en los seres humanos utilizando los datos de 599.741 personas entre 2003 y 2014. Se concluyó que los datos no proporcionaban pruebas concluyentes que relacionaran el aspartamo con el cáncer.