Las alucinaciones visuales, o ver cosas que no están realmente ahí, pueden ser aterradoras y angustiosas.
Pueden ocurrir debido a una gran variedad de condiciones físicas y psiquiátricas. Pero una causa menos conocida es el síndrome de Charles Bonnet (se pronuncia bo-nay), que lleva el nombre del científico suizo que describió por primera vez la afección en 1760.
El síndrome de Charles Bonnet (también llamado alucinaciones de liberación visual) se refiere a las alucinaciones visuales en pacientes con pérdida de visión grave debido a una enfermedad ocular, del nervio óptico o del cerebro.
No conocemos la causa exacta del síndrome de Charles Bonnet. Pero la teoría más comúnmente aceptada es que la pérdida de señales sensoriales visuales al cerebro (por ejemplo, cuando una persona se queda ciega) significa que el cerebro no puede poner freno a la actividad cerebral excesiva y no deseada.
Esto lleva a la parte del cerebro responsable de la sensación de la visión (la corteza visual) a disparar señales de forma inapropiada. La persona, a su vez, percibe que está viendo algo en ausencia de un estímulo verdadero: una alucinación visual.
Si estos síntomas le afectan a usted, a un amigo o a un familiar que se ha quedado ciego de uno o de los dos ojos, es importante que entienda que no es un signo de «locura».
¿Cómo son las alucinaciones de Charles Bonnet?
Las alucinaciones pueden ser «simples» (como líneas, formas o destellos de luz) o «complejas» (como imágenes formadas de animales, como mariposas). Las alucinaciones simples son mucho más comunes.
Pueden ocurrir durante segundos o minutos hasta horas o de forma continua, y la frecuencia va desde episodios aislados hasta múltiples veces al día. Es normal que el síndrome de Charles Bonnet dure años; algunas personas experimentarán los síntomas durante el resto de su vida.
La naturaleza de las alucinaciones de Charles Bonnet es muy variable. Es decir, las personas afectadas no suelen ver la misma cosa repetidamente, y una persona con el síndrome de Charles Bonnet verá cosas diferentes a la siguiente.
Las alucinaciones de Charles Bonnet suelen tener poco o ningún significado emocional, lo que permite a las personas afectadas reconocer que no son reales. Esto es distinto de las alucinaciones asociadas a las enfermedades mentales.
Otras características de las alucinaciones visuales exclusivas del síndrome de Charles Bonnet incluyen:
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las alucinaciones sólo aparecen en las zonas en las que se ha perdido la visión (por ejemplo, una persona ciega del ojo izquierdo percibirá las alucinaciones sólo en ese ojo)
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las alucinaciones se observan con más frecuencia con los ojos abiertos que cerrados, y pueden desaparecer cuando la persona cierra los ojos o mira hacia otro lado
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Las alucinaciones son más frecuentes en entornos de privación sensorial (por ejemplo, de noche o con luz tenue, o durante períodos de inactividad).
¿Quién está afectado?
La mayoría de las personas con el síndrome de Charles Bonnet son adultos mayores (normalmente de más de 70 años). Esto se debe probablemente a que la pérdida de visión es más común en este grupo de edad. Pero cualquier persona de cualquier edad con pérdida de visión adquirida puede desarrollar el síndrome de Charles Bonnet.
Las causas de ceguera que conducen al síndrome de Charles Bonnet suelen ser la degeneración macular, el glaucoma, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares y las lesiones, pero cualquier enfermedad que conduzca a la ceguera puede causar el síndrome de Charles Bonnet.
El síndrome no se produce en la ceguera congénita (personas que nacen ciegas de nacimiento).
Actualmente no disponemos de datos concluyentes sobre cuántos australianos padecen el síndrome de Charles Bonnet, aunque un estudio estimó que más del 17% de las personas mayores de 60 años con problemas de visión lo padecían. En otro estudio, hasta el 57% de los participantes con pérdida de visión declararon haber percibido alucinaciones visuales.
Es importante destacar que puede ser más común de lo que se estima debido a la falta de notificación. Es decir, es posible que las personas afectadas no informen de sus alucinaciones por miedo a padecer una enfermedad psiquiátrica o a que se les considere «locos».
Además, las personas que informan de sus síntomas pueden ser diagnosticadas erróneamente de psicosis o demencia.
Las opciones de tratamiento son limitadas
La visita a un médico de cabecera (a menudo junto con un neurólogo y/o geriatra) es un primer paso importante para excluir otras causas de las alucinaciones. Entre ellas se encuentran la demencia, las afecciones neurológicas físicas (por ejemplo, un tumor cerebral), la epilepsia y el delirio debido a infecciones o medicamentos. Su médico puede solicitar análisis de sangre y/o imágenes cerebrales para descartarlas.
El tratamiento del síndrome de Charles Bonnet es muy limitado, pero muchos pacientes afirman que lo único que necesitan es tranquilizarse, especialmente en el caso de alucinaciones poco frecuentes o que no afectan negativamente a la calidad de vida.
Las estrategias para minimizar la frecuencia y la duración de las alucinaciones incluyen el parpadeo frecuente o el movimiento rápido de los ojos, ir a un lugar más luminoso o encender una luz, y aumentar la interacción social, lo que ayuda a contrarrestar la inactividad.
Para los pacientes con síntomas debilitantes, los médicos pueden probar medicamentos como antidepresivos, antipsicóticos y antiepilépticos, aunque su eficacia es variable y puede verse superada por los efectos secundarios.
Las alucinaciones pueden desaparecer si la causa de la pérdida de visión puede corregirse (por ejemplo, si las cataratas graves estaban causando ceguera y el paciente se somete a una operación de cataratas).
Sin embargo, por desgracia, generalmente las causas de la pérdida de visión que provocan el síndrome de Charles Bonnet no pueden tratarse.