Los eosinófilos son un tipo de célula de defensa de la sangre producida en la médula ósea, que tiene como objetivo defender el organismo contra la invasión de microorganismos extraños, siendo muy importante para la acción del sistema inmune.
Estas células de defensa se encuentran presentes en la sangre en elevadas concentraciones principalmente durante reacciones alérgicas o en caso de infecciones parasitarias, bacterianas y fúngicas. Los eosinófilos normalmente están en menor concentración en la sangre que otras células de defensa del organismo como los linfocitos, monocitos o neutrófilos, que también actúan en el sistema inmune.
Valores normales
La cantidad de eosinófilos en el organismo se evalúa en el leucograma, el cual forma parte de una hematología donde se evalúa las células blancas del organismo. Los valores normales de eosinófilos en la sangre son:
- Valor absoluto: 40 a 500 células/µL de sangre – es el recuento total de eosinófilos en la sangre;
- Valor relativo: 1 a 5% – es el porcentaje de eosinófilos en relación a otras células del leucograma.
Los valores pueden sufrir leves alteraciones de acuerdo con el laboratorio donde el examen fue realizado, por esto, el valor de referencia debe ser revisado en el mismo examen.
Qué puede alterar los Eosinófilos
Cuando el valor del examen está fuera del intervalo de valores normales se considera que la persona puede tener los eosinófilos altos o bajos, siendo que cada alteración tiene diferentes causas.
Eosinófilos altos
El recuento de eosinófilos elevado se llama eosinofilia, que surge cuando los eosinófilos están por encima de 500 por cada ml de sangre. Las principales causas de eosinofilia son:
- Alergia como asma, urticaria, rinitis alérgica, dermatitis, eczema;
- Enfermedad parasitaria como ascaridiasis, toxocariasis, ancilostomiasis, enterobiasis, esquistosomiasis, entre otras;
- Infecciones como fiebre tifoidea, tuberculosis, aspergilosis, coccidioidomicosis, algunos virus;
- Alergia por el uso de medicamentos como AAS, antibióticos, antihipertensivos o triptofano, por ejemplo;
- Enfermedades inflamatorias de la piel como penfigoide ampolloso, dermatitis;
- Otras enfermedades inflamatorias como enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades hematológicas, cáncer o enfermedades genéticas que causan eosinofilia hereditaria, por ejemplo.
En algunos casos que son muy raros, es posible que todavía no se conozca la causa del aumento de los eosinófilos, situación a la que se le denomina eosinofilia idiopática. Existe también una situación llamada hipereosinofilia, cuando el recuento de eosinófilos es muy alto y excede los 10.000 / ml, siendo más común en enfermedades autoinmunes y genéticas, como el Síndrome Hipereosinofílico.
Síntomas que pueden estar presentes
Una persona que tiene eosinófilos altos no siempre presenta síntomas, pero pueden surgir causados por la propia enfermedad que generó la eosinofilia, como falta de aire en casos de asma, estornudos y congestión de la nariz en caso de rinitis alérgica o dolor abdominal en casos de gusanos , por ejemplo.
Las personas que presentan una hipereosinofilia hereditaria, es posible que el exceso de eosinófilos provoque síntomas como dolor en la barriga, picazón en la piel, fiebre, dolor en el cuerpo, cólicos abdominales, diarrea y náuseas.
Eosinófilos bajos
El recuento bajo de eosinófilos, llamada eosinopenia, ocurre cuando los eosinófilos están por debajo de 40 células/µL, pudiendo llegar a 0 células/µL.
La eosinopenia puede ocurrir en situaciones como neumonía o meningitis, por ejemplo ya que son infecciones bacterianas graves que aumentan otros tipos de células de defensa como los neutrófilos, lo que hace que disminuya el recuento absoluto o relativo de los eosinófilos.
La reducción de los eosinófilos también puede ser el resultado de una disminución de la inmunidad debido a enfermedades o por el uso de medicamentos que deprimen el sistema inmune como los corticosteroides.
Además de esto, es posible tener eosinófilos bajos sin que se encuentren cambios. Esta situación también puede surgir en el embarazo, período en que ocurre una reducción fisiológica en el recuento de eosinófilos.
Otras causas raras incluyen enfermedades autoinmunes, enfermedades de la médula ósea, cáncer o HTLV, por ejemplo.
Síntomas que pueden estar presentes
El recuento bajo de eosinófilos no suele causar síntomas, excepto si está asociado a alguna enfermedad que pueda presentar algún tipo de manifestación clínica.